Te invitamos a visitarnos en:

http://www.laquepagina.es.tl/


Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

miércoles, 31 de agosto de 2011

Devocional Día 58

Devocional Día 58
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


PLANTADOS POR LA PALABRA

Conectemos esta idea a la oración. Se aplica el mismo principio. Si usted cree en lo que ora y le pide a Dios que solucione alguna situación en su trabajo, una relación o una idea que Él le ha dado para un negocio, si usted confiesa y mantiene la verdad de Dios concerniente a su situación, usted no será avergonzado. Por ejemplo: Dios ha prometido que si vivimos justamente y nos deleitamos en Su Palabra, seremos "como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae" (Salmos 1:3). Usted mismo puede reclamar para sí lo que las Escrituras dicen: "Soy como árbol fructífero plantado junto a corrientes de aguas. Mi trabajo es como un árbol (mi relación es como un árbol), plantado junto a ríos de agua. Que producirá desarrollo (reconciliación) en su tiempo, y todo lo que haga prosperará". Si usted declara eso en oración y luego se mantiene diciéndolo y creyéndolo, Dios le dice: "No serás avergonzado en relación a eso".

Cuando usted está conectado a la Palabra de Dios, usted dará fruto en su tiempo.

El primer día que usted reclama la promesa de Dios, puede que las personas comiencen a reírse y decir: "No he visto ningún cambio en tu vida". El tercer día, puede que ellos todavía se rían de usted. No obstante, continúe diciéndolo y creyéndolo. Si Dios lo ha prometido, Él quiere que usted se lo reclame. Él dice: "No serás avergonzado". Al final, usted será el único que estará riendo—y con gozo. Pese a todo, usted debe mantenerse creyendo. Es por eso, que si usted es una persona justa viviendo por fe, debe mantener compañía con el mismo tipo de personas. Es difícil comenzar a creer y luego pasar la mayor parte del tiempo rodeado de personas que no están viviendo en la fe, porque entonces usted empieza a tomar esas actitudes, las cuales podrían aniquilar su fe.

La Biblia dice que Cristo nos lava por medio del lavamiento de agua, por medio de la Palabra:

Así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5:25-27).

En la Biblia, el agua es usada como un símbolo de la Palabra de Dios. El árbol mencionado en el Salmo 1:3 está "plantado junto a corrientes de agua". Está saludable y produce fruto porque está junto a las aguas y puede absorber el agua por medio de sus raíces. De la misma manera usted debe estar conectado a la Palabra de Dios para que pueda fluir continuamente en su vida. Entonces usted dará su fruto en su tiempo. Puede que usted no pueda ver la respuesta a su oración en ese momento, pero la temporada está por llegar porque la Palabra está fluyendo dentro de su vida. Todos los que se burlaron de su confianza en Dios van a ver el fruto en usted. Su temporada está en camino. Así que, usted puede decir: "No he visto ningún resultado todavía, pero en el árbol hay fruto".

¿Cómo usted se mantiene creyendo? Usted tiene que ser plantado. Plántese usted mismo en un lugar donde la Palabra es común y las personas a su rededor están continuamente hablándola y viviéndola. Mientras más tiempo usted pasa en la Palabra, más se transforma su mente. Usted comienza a pensar diferentemente. Cuando usted está constantemente alrededor de algo, cuando usted se mantiene escuchándolo, eso llega a ser parte de su corazón. Usted comienza a creer que eso ocurrirá y esa confianza se reflejará en lo usted dice. Luego el fruto comenzará a salir.

Algunas de las cosas por las que usted ha estado orando ahora no se han manifestado porque todavía no es el momento. Por consiguiente, entre la semilla de la oración y la manifestación del fruto, usted debe permanecer en la ribera, leyendo, meditando, hablando, viviendo, respirando la Palabra. ¡Plántese usted mismo! Para mantenerse creyendo, usted tiene que mantenerse tomando la Palabra. De hecho, los creyentes debemos ser como riberas los unos a los otros. Cada vez que se vean el uno al otro, deben edificarse mutuamente con la Palabra. Una de las maneras como podemos hacer esto es "hablando entre [nosotros] con salmos, con himnos y cánticos espirituales" (Efesios 5:19). También tenemos que recordarnos unos a otros que debemos seguir creyendo, aunque el tiempo no haya llegado todavía.

"Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego—pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan" (Romanos 10:11-12, el énfasis fue añadido). ¿A quién bendice Dios? "A todos los que le invocan". ¿Por qué? Por su fe. Cuando usted confía en Dios y cree en lo que le ha prometido, Dios dice que Él lo reivindicará al final. Él va darle a usted tal bendición que las personas van a mover sus cabezas y dirán: "Cuéntame acerca de tu Dios". Luego usted les pasará la palabra de fe a otros.

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? (Romanos 10:14-15).

La fe es un ministerio que Dios da. Él envía la palabra de fe y Él nos usa para que se la llevemos a otros.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

martes, 30 de agosto de 2011

Devocional Día 57

Devocional Día 57
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


LA FE EN DIOS VIENE POR SU PALABRA

¿Cómo obtiene usted el tipo de fe de Dios? Recuerde que Romanos 10:8 dice: "Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón". Una vez más, todo lo que está en su corazón, sale por su boca. En este caso podríamos definir "corazón" como el subconsciente. Es donde usted almacena todo lo que ha estado escuchando. Así mismo, lo que sale de su boca crea su mundo porque usted es casi como Dios de la manera que usted funciona. Todo lo que usted hable tiene el poder de que ocurra.

Quiero que usted recuerde esta verdad porque va a ser la prueba más grande de su fe. ¿Qué dice usted en medio de las pruebas? ¿Qué dice usted cuando está ante la adversidad? ¿Qué dice usted cuando las cosas no van como usted quiere que vayan? Lo que usted ha estado escuchando saldrá de su boca, porque eso es lo que está en su corazón. Por eso es tan importante tener una dieta constante de la Palabra de Dios, para que ésta pueda impregnar su corazón. La Palabra nutrirá su corazón, así cuando usted experimente los problemas, la Palabra será la que brote de su boca y usted creará lo que la Palabra dice.

Pablo dice que la palabra que está cerca de usted es "la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que 'Jesús es el Señor', y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:8-9). ¿Cómo es una persona salva? Confiesa con su boca y cree en el corazón. Para algunas personas es difícil entender el nacer de nuevo porque piensan que hay que sentirse conectado a la actividad sobrenatural de Dios. En otras palabras, ellos dicen: "Hice esta oración, pero no siento nada". Ese precisamente el error de ellos. La Biblia dice que si una persona quiere ser salva, necesita creer y hablar—no sentir.

¿Qué efecto tienen las palabras en su vida?

Es interesante que la Biblia nos revele lo que tenemos que decir para ser salvos. No lo deja a discreción nuestra. Para ser salvo, una persona debe decir con su boca: "Jesús es el Señor" (v. 9). Nosotros decimos: "Dios, ¿puedo hacer algo más emocionante que eso? ¿Podría tener una luz que brille desde el cielo? ¿Podrías dejarme caer y sacudirme o algo parecido? ¡No me digas que hable nada más!" Pero Dios dice: "Así es como funciona la fe". La salvación ocurre cuando usted confiesa con su boca y cree en su corazón.

Quiero que entienda esta verdad, porque es decisivo para su vida y sus oraciones. Su salvación viene de la confesión de su boca y de lo que crea en su corazón. Cuando usted confesó su fe en el Señor Jesús, Él realmente, en verdad, sin dudas, llegó a ser su Señor. A la luz de esta verdad, considere lo siguiente: Si por sus propias palabras usted dice haber nacido de nuevo, si se puede mantener alejado del infierno y va al cielo, ¿qué efecto tienen en usted el resto de palabras que habla? Las personas dicen cosas como estas: "Tengo el infierno en la tierra", y probablemente estén en lo correcto. Ellos lo dicen, por tanto, el fuego se les ha hecho un poco más caliente. Usted puede ser afectado positiva o negativamente por medio de lo que usted dice y cree.

¿Cómo se aplica este principio a la oración? Lo que más se continúa diciendo es lo que recibirá. Si usted ora por algo, pero luego empieza a decir lo contrario, usted obtendrá lo que dice.

Estudiemos más detenidamente esta declaración: "Jesús es el Señor" (Romanos 10:9). La palabra "señor" significa "propietario" o "dueño". Si sustituimos la palabra dueño por "Señor", podemos decir que somos salvos confesando con nuestras bocas que "¡Jesús es mi dueño! Él posee toda mi vida: Todo por entero; cuerpo, mente y espíritu; pasado, presente y futuro. Él posee mi cuerpo; ya no puedo llevar más mi cuerpo a cualquier parte donde yo quiera. Él posee mi mente; ya no puedo poner más cualquier cosa dentro de mi mente. Él posee mi espíritu; no hay espacio para el diablo allí. Él posee mi carro; no puedo usarlo para hacer cosas negativas o malas. Él posee mi casa; ya no puedo hacer cosas inmorales en ella". En otras palabras, si Él es verdaderamente su Señor, entonces demuéstrelo con sus actitudes y acciones.

Leemos en 1ra Corintios:

Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los {dolos mudos. Por tanto, os haga saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios "llama anatema a Jesús"; y nadie puede llamar a Jesús "Señor", sino por el Espíritu Santo (1ra Corintios 12:2-3).

Conectemos el pasaje de arriba con Romanos 10. Usted es salvo por confesar que "Jesús es el Señor", y, usted no puede decir esto a menos que el Espíritu Santo lo considere apto. Usted no puede fingir esta confesión—diciendo que Jesús es su Señor y luego haciendo lo que a usted le plazca hacer. Si usted dice que Jesús es su Señor, pero usted no vive como si Él poseyera su vida, entonces usted lo está insultando a Él. Probablemente usted conoce personas que se dicen ser creyentes, que claman haber aceptado a Cristo como Señor, pero su estilo de vida no ha cambiado. Todavía son ambiciosos, chismosos, mentirosos, ladrones, bebedores, usan drogas o viven en adulterio, pero van a la iglesia a tomar la Santa Cena. Ellos dicen que Jesús es el Señor, pero no están viviendo en el Espíritu de Cristo.

Cuando usted verdaderamente cree y confiesa "Jesús es mi Señor", todo el cielo entra en acción para asegurar que recibe el Espíritu Santo porque el cielo reconoce la palabra de fe. Después de que usted ha hecho su confesión, necesita mantener esa realidad en su vida. Usted necesita continuar afirmando "Jesús es mi Señor". Dios sabe si usted es serio en su confesión porque el Espíritu Santo puede confirmarlo.

"Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: 'Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado'" (Romanos 10:10-11). Cuando usted declara que Jesús es su Señor, usted tiene que confiar en Él verdaderamente. Si usted se mantiene creyendo en eso y declarándolo, la Biblia dice que usted no será avergonzado.

Si usted se mantiene confesando y creyendo, usted no será avergonzado.

Suponga que usted le dice a las personas: "He confesado a Jesús como mi Señor, y ahora soy hijo de Dios". Ellos podrían contestarle: "Bien, ¿cómo podemos saber eso? Todavía eres la misma persona que siempre conocimos". Pero si usted se mantiene confesándolo y creyéndolo, usted no será avergonzado. Ellos verán la diferencia en usted. Ellos van a saber que algo ha ocurrido. Si usted se mantiene en Su Palabra y hace Su Palabra, Él verdaderamente llegará a ser el Señor de todas las áreas de su vida.

He oído a personas decir que Jesús es Salvador, pero no Señor en la vida de alguien. Pienso que eso es imposible. Creo que decir eso sería como decir: "Si Jesús no es el Señor de todo, por consiguiente, Él no es Señor del todo". No puede tenerlo a Él como Salvador y no como Señor porque entonces usted no estaría reflejando verdadera fe en Él.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

lunes, 29 de agosto de 2011

Devocional Día 56

Devocional Día 56
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


"TENER EL TIPO DE FE DE DIOS"

Hemos discutido todos los principios de cómo funciona la fe. Sin embargo, quiero hacerles notar la calificación que Pablo dio en Romanos 10. Él dijo: "'Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón'. Esta es la palabra de fe que predicamos" (Romanos 10:8, el énfasis fue añadido). Pablo dijo que la palabra de fe que él quería plantar en el corazón de los creyentes era la que él estaba predicando—la que fue dada por Dios.

Una de las ilustraciones más importantes concernientes a la fe y la oración se encuentra en Marcos:

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: "Nunca jamás coma nadie fruto de ti". Y lo oyeron sus discípulos (Marcos 11:12-14).

¿Qué hizo Jesús? Él usó palabras. ¿Qué clase de palabras usó Él? Palabras de fe. Recuerde que la fe es confianza activa. Cuando Él le habló al árbol, Él activó la fe de que el árbol moriría.

¿Sabía usted que hay pruebas científicas del poder de la palabra hablada? En cierta ocasión vi un programa de National Geographic por televisión, el cual describía cómo crecen las plantas. El programa informó sobre el estudio de la diferencia entre hablarle a las plantas positivamente y hablarles negativamente. En un experimento, las personas le hablaron a las plantas cosas positivas, tales como: "Tú eres bella. Estás creciendo muy bien". Las plantas florecieron. Con un grupo diferente de plantas, las personas dijeron: "Te estás marchitando. Eres fea" y palabras negativas similares. Las plantas se marchitaron.

¿Qué le pasó al árbol al que Jesús habló? "Ypasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: 'Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado'" (Marcos 11:20-21). La mayoría de las traducciones dan la respuesta de Jesús como: "Tened fe en Dios" (v. 22). Aunque esta no es la manera en que está escrito en el original griego. Su traducción literal es: "Tener el tipo de fe de Dios".

Lo que usted escuchó creará fe para lo que usted está escuchando. Entonces lo que usted habla le sucede. Es por eso que Jesús dijo que si queremos operar como Él lo hace, tenemos que tener el "tipo de fe de Dios".

Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá (Marcos 11:23-24).

Si usted escucha una buena enseñanza por una hora y luego escucha una conversación negativa por dos horas, lo que usted va a tener es fe de lo negativo.

La Biblia dice que "la fe viene como resultado de oír" (Romanos 10:17, NVI). Inicialmente la fe no sólo viene por el oír. Viene por oír continuamente. Si usted escucha una buena enseñanza por una hora y luego escucha una conversación negativa por dos horas, lo que usted va a tener es fe de lo negativo. La fe viene de la palabra que está cerca de usted. Es por eso que soy cuidadoso acerca de la compañía con quien ando. Quiero rodearme de personas que hablan palabras que producen la fe de Dios porque esta es la clase de fe que debemos tener.

Continuamente debemos ser conscientes de que además del tipo de fe de Dios nos rodean otras clases de fe. Le animo a que examine la compañía con que anda; examine lo que usted escucha y de quien lo escucha; examine los libros que lee, la música que escucha, las películas y videos que mira, y a la iglesia a las que asiste—porque usted va a ser lo que escucha y va a hablar lo que oiga. Casi puedo decir la clase de compañía que una persona frecuenta por lo que él dice y de la manera en que actúa. Puede que él demuestre cierta actitud antes y de repente cambie. Eso quiere decir que él ha estado escuchando a alguien.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

sábado, 27 de agosto de 2011

Devocional Día 55

Devocional Día 55
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


LA PALABRA DE FE

En Romanos, leemos: "Pero la justicia que por la fe dice:... 'Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón'" (Romanos 10:6, 8). ¿A qué se refiere este pasaje? "La palabra de fe" (v. 8). ¿Dónde está? "Está cerca de ti; está en tu boca y en tu corazón". Pienso que la palabra "cerca" tiene que ver con lo que usted escucha. Cuando usted enciende el televisor, palabras de fe—eso es, palabras que crean la materia prima para lo que usted cree—están cerca de usted. Lo mismo es cierto cuando las personas le hablan a usted. Esto significa que la persona que se sienta cerca de usted, es muy influyente. Lo que él o ella le dicen a usted entra por sus oídos. Los oídos son la puerta a su corazón, y "de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34). Lo que usted dice es un reflejo de lo que está en su corazón, de lo que usted cree. A usted le gustaría tener lo que usted dice porque Dios le ha dado la habilidad que Él posee—expresión creativa por medio de sus palabras. Así como Dios creó Su mundo con Sus palabras, así mismo usted crea su mundo con sus palabras. Una vez más, cada palabra es una palabra de fe. Por consiguiente—

La fe es confianza en acción.

De hecho, la fe es el más grande elemento en las civilizaciones avanzadas. ¿Qué quiero decir con esto? La fe humana ha dado nacimiento a grandes logros y continúa haciéndolo. Nada es más poderoso en el mundo que creer. Todos los pueblos en el mundo que hayan tratado con el desarrollo humano estarán de acuerdo con este hecho. ¿Por qué? Porque la confianza crea su vida, y eso significa la fe: creer en las cosas que usted no ha visto todavía a tal punto que usted actúa hasta que llegan a ocurrir. Es por medio de la fe que la persona crece y tiene éxito en su experiencia personal.

Esta es una verdad crucial que debemos recordar. La fe es confianza activa. Es fe combinada con certeza y acción. ¿Ha esperado usted fallar y falló? Eso es fe. Usted espera no recibir un préstamo, de manera que usted se lo niega yendo camino al banco. Usted se dice a sí mismo las razones por las que no debe recibir el préstamo. Usted se predica a sí mismo de este modo: "De nada sirve que vaya, pero permítanme probar de todas maneras". Cuando usted no lo obtiene, confirma lo que creyó diciendo: "Tal como me lo esperaba".

Algunas veces Dios no contesta nuestras peticiones porque Él sabe que no serían buenas para nosotros.

Yo creo que algunas veces Dios no contesta nuestras oraciones porque Él entiende cuan poderoso es el principio de la fe y sabe que lo que estamos pidiendo no sería bueno para nosotros. Quizás usted ha estado pidiendo por largo tiempo que Dios le hable. Muchos de nosotros hemos orado de esta manera: "Oh, Señor, háblame. Dime esto o aquello, dirígeme en esto". "Oh, Señor, ya no oigo Tu voz. No me hablas". Con vehemencia queremos que Dios nos hable. El libro de Santiago dice que el hombre justo es "pronto para oír, tardo para hablar" (Santiago 1:19). En otras palabras, podemos hablar demasiado por cosas equivocadas. Dios no nos contesta porque Él no quiere que tengamos lo que no es correcto para nosotros. Dios quiere que le hablemos. Por consiguiente, Él quiere que oremos de manera que reflejemos la fe que Él da porque tal oración está basada en Sus buenos propósitos para nosotros.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

viernes, 26 de agosto de 2011

Convención de Especialidades Juveniles: Cómo tomar buenas decisiones

Cómo tomar buenas decisiones
Convención de Especialidades Juveniles
 

Destacados escritores cristianos en la Convención de Especialidades Juveniles

Las Convenciones de Especialidades Juveniles, división de liderazgo juvenil de Editorial Vida, ya se han convertido en la principal cita de pastores y líderes juveniles en el mundo de habla hispana y en esta edición contará con más escritores contemporáneos que nunca antes. - aseguró el Dr. Lucas Leys, Director Internacional de Especialidades Juveniles y Publisher de Editorial Vida.

La Convención Internacional Liderazgo Juvenil continúa demostrando su compromiso con los educadores y líderes cristianos que afectan a la juventud incluyendo a más escritores entre sus conferencistas que ningún otro evento cristiano. Entre los que se distinguen en esta ocasión se encuentran Doug Fields, el escritor cristiano más destacado de la pastoral juvenil en la lengua inglesa. Tony Campolo, prolífico autor y profesor de sociología quien es considerado el autor cristiano más escuchado en las universidades seculares de Estados Unidos.

También estarán presentes Rich Van Pelt, Mark Oestreicher y Mark Matlock, todos autores de libros traducidos a varios idiomas, referidos a la educación de adolescentes y jóvenes. Asimismo los autores hispanos como Dante Gebel, Dario Silva Silva, Danilo Montero, Junior Zapata, Hector Hermosillo, Howard Andruejol, Paolo Lacota, Esteban Borghetti, Juan Martinez, Jacobo Ramos, José Ordoñez , Kristy Motta serán parte del despliegue de oradores y talleristas de ReGénesis en Orlando del 4 al 6 de noviembre. Por supuesto el Dr. Lucas Leys, anfitrión de la Convención, autor de más de 20 libros y hoy editor en jefe de Editorial Vida, tendrá a su cargo una de las plenarias principales de ésta mega capacitación ministerial para la pastoral juvenil.

Esta actividad califica como "cita imperdible para el liderazgo de América Latina" porque se ha constituido en la mayor congregación internacional de pastores y lideres en el mundo de habla hispana. Independientemente que el tema sea el liderazgo juvenil, pastores y educadores de todo el Continente y España estarán representando a sus países en Orlando.

Más información en: www.convencionliderazgo.com.

Devocional Día 54

Devocional Día 54
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


¿QUÉ ES LA FE?

Primero, ¿Cómo definimos la fe en términos generales? La palabra "fe" en el Nuevo Testamento viene de la palabra griega pistis, que simplemente significa "creencia" o "confianza". Tener fe significa creer y tener confianza en las palabras que usted oye. Es creer en algo que no se ha visto como si eso ya sea una realidad—y entonces hablar y esperar hasta que eso se manifieste. Todos viven por esta definición de fe, y, las personas generalmente reciben lo que exactamente ellos tienen por fe. ¿Por qué? Hombres y mujeres fueron creados a la imagen de Dios para operar de la misma manera que Él lo hace—por medio de las palabras de fe. "Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió" (Salmos 33:9).

Fuimos creados para operar de la manera que Dios lo hace—por medio de las palabras de fe.

Dios creó creyendo en la realidad de lo que Él crearía antes que Él viera su manifestación. "Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía" (Hebreos 11:3). Dios no sólo habló palabras para crear las cosas, sino que Él aún usó palabras para mantener el universo en movimiento. Hebreos 1:3, dice: "El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder". Dios sustenta todas las cosas por medio del poder de Su Palabra. Él habló, y el universo surgió. Él se mantiene hablando y el universo se mantiene en marcha. El principio es este: Cuando en oración pide por alguna cosa, usted debe comenzar a hablar de eso como si ya existe. Además, usted tiene que mantenerse hablando para ver su manifestación. Entonces, cuando le llega, no basta con recibirla de Dios. Usted debe ser capaz de cuidar eso con lo que Dios le ha bendecido. ¿Cómo va usted a cuidar lo que recibió? Hablando.

Cuando el diablo trate de robárselo, usted debe decir: "No. La fe me lo trajo. Por fe es mío. Esto me pertenece".

Es por esto que cuando usted pierde algo debido a las langostas (Véase Joel 2:25,26), usted puede recibirlo nuevamente. Cuando recibe algo de Dios, de acuerdo a Su promesa, usted obtiene el título de propiedad de ello. Si Satanás le roba lo que usted ha recibido de Dios, ¿quién tiene el título de propiedad? Usted. Eso significa que usted todavía es el dueño de la propiedad aunque él se haya posesionado de ella.

Piense en algo que usted sabe recibió de Dios pero que se le ha perdido. Usted puede apropiarse de la promesa que dice que todo lo que la langosta se comiere, Dios lo restaurará. Entonces, usted puede utilizar su fe para comenzar a esperarlo. Cada vez que usted hable de ello, estará más cerca de conseguirlo. Y cuando llegue de regreso, vendrá multiplicado, de una forma u otra. El diablo pierde si roba lo que Dios nos ha dado porque Dios nos lo multiplicará. Si usted espera lo que Dios ha prometido, lo recibirá. Si no lo espera, no le llegará.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

jueves, 25 de agosto de 2011

Devocional Día 53

Devocional Día 53
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


Cultivando la clase de fe de Dios

Hay fe positiva y hay fe negativa. Ambas llegan por el mismo medio—por el cual escuchamos y creemos.

En los días anteriores estudiamos lo que conlleva preparar nuestros corazones para entrar en la presencia de Dios y de esta manera eliminar los obstáculos para recibir respuesta a la oración, y que sea eficaz a los propósitos de Dios. Hoy, quiero examinar otra razón del por qué nuestras oraciones fallan en funcionar. Pudiera ser porque a menudo tenemos el tipo de fe equivocada. No estoy diciendo que nos falta la fe. Yo lo que dije es que tenemos el tipo de fe equivocada. Entender los diferentes tipos de fe y cómo funcionan son preparaciones clave para orar.

TODOS VIVIMOS POR FE

Cada día usted y yo vivimos por fe. De hecho, todos viven por fe. Cuando leemos en la Biblia: "El justo vivirá por la fe" (Romanos 1:17; Gálatas 3:1, NVI), tenemos que definir lo que la Biblia quiere decir con esta declaración, porque la fe de alguna manera está funcionando en nuestras vidas, ya sea que seamos conscientes de ello o no.

Si vamos a hacer alguna clase de negocio con Dios, necesitamos estar aptos para funcionar en la fe de la que habla la Biblia. "Sin fe es imposible agradar a Dios" (Hebreos 11:6). A muchos de nosotros se nos enseñó que la fe es necesaria. Sin embargo, a nosotros generalmente, no se nos enseñó como obtener la fe que agrada a Dios.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Devocional Día 52

Devocional Día 52
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


PRINCIPIOS

1) Como creyentes, somos "pueblo escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios" (1ra Pedro 2:9).

2) Como sacerdotes de Dios, debemos interceder por los demás para que ellos puedan regresar a Dios y ser colaboradores en Sus propósitos,

3) Los diez pasos de preparación para entrar en la presencia de Dios en oración, son:

• Apropiarse de la gracia de Dios: Reconocer la santidad de Dios, volverse de sus pecados y limpiarse por medio de la sangre de Cristo.
• Vestirse de justicia: Apropiarse de la justicia de Cristo por medio de la fe. Vivir en esa justicia, haciendo lo correcto y manteniendo nuestro paso con el Espíritu.

4) Vestirse con verdad y honestidad: Ser transparente y limpio ante el Señor, deseando la verdad en lo más profundo y viviendo con integridad.

5) Lavarse con la Palabra: Antes de venir ante Dios, asegúrese de haber leído la Palabra, que la Palabra esté en usted y que usted este obedeciendo la Palabra.

6) Adorar y alabar a Dios: Honrar y adorar a Dios en espíritu y en verdad (Juan 4:24), reconociéndole a Él como su Todo.

7) Apartarse: Sepárese del ambiente normal, actividades y distracciones. Busque un lugar en el cual Dios pueda encontrarle a usted viniendo a Él con un corazón recto, con buenas actitudes y buenos motivos.

8) Creer: Tenga fe en el poder de Dios para hacer lo que Él ha prometido en la efectividad del sacrificio de Cristo.

9) Dar a Dios la gloria: Confiese que Dios es Aquel quien logró su expiación, perdón y reconciliación con Él y que Él es digno de ser alabado. Dele a otros de la abundancia que Dios le ha dado a usted.

10) Lavarse en la Palabra: Pídale a Dios que cumpla Sus propósitos basados en Su voluntad y en las promesas de Su Palabra.

11) Permanecer en la unción: Permanezca en un estado de preparación para orar. Honre al Señor y refleje en su vida la naturaleza y el carácter de Dios.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

martes, 23 de agosto de 2011

Agnus Dai

Agnus Dai


En el cristianismo, Agnus Dei (latín: "Cordero de Dios") se refiere a Jesucristo como víctima ofrecida en sacrificio por los pecados de los hombres, a semejanza del cordero que era sacrificado y consumido por los judíos durante la conmemoración anual de la Pascua. Este título le fue aplicado por el profeta san Juan Bautista, durante el episodio del bautismo de Jesús en el río Jordán, según se relata en los evangelios.

"lo interrogaron:
—Pues si no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
—Yo bautizo con agua, pero entre ustedes hay alguien a quien no conocen, y que viene después de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo! De éste hablaba yo cuando dije: "Después de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo." Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua.»
Juan declaró: «Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma y permanecer sobre él. Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece, es el que bautiza con el Espíritu Santo." Yo lo he visto y por eso testifico que éste es el Hijo de Dios.»
Los primeros discípulos de Jesús
Al día siguiente Juan estaba de nuevo allí, con dos de sus discípulos. Al ver a Jesús que pasaba por ahí, dijo:
—¡Aquí tienen al Cordero de Dios!
Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto, siguieron a Jesús." Juan 1:25-37 (NVI)

Música


El Agnus Dei es una de las oraciones que es entonada con más variedad musical. Dependiendo de los estilos musicales, en monodia esta pieza adopta variadas formas, aunque, normalmente, sigue las siguentes normas, marcadas por el propio texto:
  • Estructura ternaria ABA': la melodía se establece para el primer verso; sobre el segundo se establece una variación completa; y sobre el tercero se repite la fórmula primera, para concluir con una coda que se desarrolla sobre el Dona nobis pacem.
  • Melodía melismática: al ser el texto corto y repetitivo, la melodía suele desarrollar largos desarrollos melódicos sobre cada sílaba larga (lo que correspondería en español a las sílabas tónicas) y sobre las finales. En la Edad Media, durante la creación del canto gregoriano, se establece un paralelismo de esta forma con los Kyries, también de estructura ternaria, y sobre ellos se desarrollan largos tropos.
  • Mas Información: Para atraer al publico joven, se han hecho nuevas interpretaciones de Agnus Dei con Pavarotti y Mónica Naranjo. Una nueva composición de Agnus Dei pueden ser escuchadas interpretadas por Third Day o Michael W. Smith. Estas melodías se pueden ver en You Tube.

Devocional Día 51

Devocional Día 51
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

10. Permanecer en la unción

Finalmente, necesitamos permanecer en la unción—en una relación correcta con Dios—para que así podamos morar continuamente en el lugar de reunión con Dios. Si queremos permanecer en Su presencia, debemos recordar que tenemos que seguir Sus instrucciones y caminos.

Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y consagrado para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas. Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación. Y esto tendréis como estatuto perpetuo [Mi pueblo] (Levítico 16:32-34, el énfasis fue añadido).

Podemos vivir en continuo estado de unión con Dios por causa de la expiación de Cristo por nuestros pecados. Cuando Cristo vino Él fue ungido y ordenado como Sumo Sacerdote por Dios, y Su expiación es completa y sustentada para todos los tiempos. Todos los sumos sacerdotes que vinieron antes que Él eran solamente tipos de Él. La expiación que Él hizo es eterna. Por consiguiente, es una ordenanza permanente. "Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un sólo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios" (Hebreos 10:12).

Si queremos permanecer en Su presencia, debemos recordar seguir Sus instrucciones y caminos.

Para poder entrar en la presencia de Dios, tenemos que permanecer en este estado de preparación para orar. No debemos acercarnos a Dios de improviso o de manera descuidada. Los hijos de Aarón perdieron sus vidas cuando trataron de entrar a la presencia de Dios bajo sus propios términos. Dios es un Dios de santidad. Es importante que aprendamos lo que significa honrar al Señor y reflejar Su naturaleza y carácter en nuestras vidas. Estos pasos de la preparación para orar son importantes para Dios porque Jesucristo vino para hacer que todos ellos fueran posibles. Es sólo por medio de Cristo que podemos entrar en la presencia del todopoderoso y santo Dios y llamarle: "Abba. Padre" (Romanos 8:15).

OREMOS JUNTOS

Padre Celestial:

Tu Palabra dice: "Bienaventurado los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios" (Mateo 5:8). Queremos entrar en Tu presencia. Queremos estar en el lugar donde Tú nos encuentres. Guíanos a ese lugar. Perdónanos por ser descuidados y desatentos en la manera de acercarnos a Ti. Reconocemos que Tú eres un Dios santo y justo. Recibimos la limpieza de nuestros pecados por medio de la sangre de Jesús. Te adoramos a Ti en humildad y amor. Gracias por el privilegio de poder entrar con confianza al lugar donde moras Tú, por la expiación que Tu Hijo hizo a nuestro favor. Oramos en el nombre de Jesús, el Cordero de Dios que quitó nuestro pecado. Amén.

PONIENDO EN PRÁCTICA LA ORACIÓN

Pregúntese usted mismo:

• ¿Con qué actitud o manera me debo acercar a Dios en oración?
• ¿No tengo cuidado del pecado que hay en mi vida, no considero la santidad de Dios?
• ¿Pienso que Dios puede oír mis oraciones si hago buenas obras—o puedo venir a Él por medio de Cristo solamente?
• ¿Qué quiere decir el hecho de que yo sea miembro del sacerdocio de los creyentes?

Pasos de acción:

• Antes de que usted ore, revise los diez pasos de preparación para entrar en la presencia de Dios. Vea qué pasos usted está omitiendo y cuáles áreas usted necesita corregir ante Dios.
• Considere su función como sacerdote o intercesor ante Dios a favor del mundo. Permita que ese conocimiento lo guíe a medida que usted ora.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

lunes, 22 de agosto de 2011

Devocional Día 50

Devocional Día 50
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

9. Lavarse en la Palabra

Usted podría preguntarse: "¿Por qué necesito lavarme en la Palabra de nuevo? Ya he sido limpiado por ella". El primer uso de la Palabra es para limpieza. El segundo es para apropiación de las promesas de Dios.

Levítico 16:26, dice: "El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento". Yo creo que Dios está diciendo por medio de este versículo: "Ustedes han hecho todo lo que están supuestos a hacer y Me han dado la gloria. Estoy complacido. Sigan adelante y pídanme lo que quieran". Siendo que entre usted y Dios todo está claro, usted puede ahora "presentar sus peticiones delante de Dios" (Filipenses 4:6). Lávese usted mismo en la Palabra, pidiéndole a Dios que cumpla Sus propósitos basado en Su voluntad y promesas.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

sábado, 20 de agosto de 2011

Devocional Día 49

Devocional Día 49
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

8. Dar a Dios la gloria

Levítico 16:25 dice: "[Aarón] quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado. Debemos dar a Dios la gloria después de que entremos en la presencia de Dios por medio de la sangre de Jesús, creyendo en Su poder para limpiarnos.

Cuando Dios dio instrucciones acerca del sacrificio, Él les dijo a los israelitas que recogieran la grosura de los sacrificios. Les dijo que no comieran de lo grasoso, pero que lo pusieran sobre el altar y se lo quemaran a Él. Lo gordo es símbolo de la gloria porque lo gordo es exceso. Lo que Dios está diciendo, es: "No quiero que tomes alguna gloria para usted mismos de este perdón y expiación. Quiero que se me de todo lo gordo. Quiero que confieses que Yo soy Aquel quien ha logrado esto. Quiero que Me des toda la gloria". Al darle la gloria a Dios, podemos decir: "Gracias, Dios, por recibirme, perdonarme, limpiarme, redimirme y hacerme apto para estar en Tu presencia donde está Tu gloria".

Dios merece toda la gloria porque Él nos ha dado la vida y la redención: "Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas" (Isaías 42:8). "Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no daré a otro" (Isaías 48:11).

Dios ama la gloria. Él ama los excesos. Cuando Dios nos bendice y no podemos usar todo lo que nos ha dado, eso es la grosura o sea la gloria. Dios nos dice: "Ustedes tienen abundancia. Ustedes tienen gloria en su casa. Dedíquenla a Mí". Nuestra respuesta debería ser: "Tengo algo de gloria, algún dinero extra y bienes que quiero dárselos a Dios para que alguien más que los necesite pueda también ser bendecido".

¿Qué está haciendo con su exceso [o abundancia]?


Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

viernes, 19 de agosto de 2011

Devocional Día 48

Devocional Día 48
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

7. Creer

Lo siguiente es tener fe en el poder de Dios para hacer lo que Él ha prometido.

Y (Aarón) saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel (Levítico 16:18-19).

Én el Antiguo Testamento hubo poder de expiación por medio del sacrificio de animales. El sacerdote tenía que creer en eso cuando ponía la sangre en los cuernos del altar, el poder de Dios era tan suficiente para expiar por el pecado. El sacerdote tenía que tener fe. El pueblo también debía tener fe. Después que el sacrificio era ofrecido y el macho cabrío enviado al desierto, ellos tenían que regresar a sus hogares diciendo: "Mis pecados son perdonados para todo el año". Ellos tenían que creer que el poder manifestado en la ofrenda del sacrificio perdonaba sus pecados.

En la cultura hebrea, el cuerno representaba poder. Esto significa que cada vez que el sumo sacerdote entraba al Lugar Santo, tenía que enfrentarse al poder de Dios. Para hacerlo, él tenía que estar preparado para entrar. Su vida debía ser correcta. Asimismo, cuando su vida es correcta, se manifestará el poder de Dios. Cuando se siente seco espiritualmente, cuando usted no está experimentando el poder de Dios, examine su vida. Revise para ver si usted anda correctamente delante de Dios.

Dios quiere que
nosotros creamos
que Su poder
puede realizar
lo que Él ha
prometido.

Al requerirle al sumo sacerdote que esparciera la sangre en los cuernos del altar, creo que Dios estaba diciéndonos: "Quiero que confiesen que Yo tengo el poder para hacer cualquier cosa de las que les he prometido a ustedes". La sangre mezclada de toros y machos cabríos no tenían ningún poder en sí mismas. Sin embargo, cuando el sacerdote ponía la sangre sobre los cuernos del altar, tenía el poder para expiar los pecados de Israel. ¡Gracias a Dios por Su poder!

¿Cuándo tomó lugar la limpieza y consagración del altar de las impurezas del pueblo? A la séptima vez que la sangre fue esparcida sobre los cuernos del altar (Véase el versículo 19). Siete es el número de la perfección, y, la perfección y santificación se manifestaron con la llegada de Cristo. Después que Cristo murió en la cruz, los sacrificios de animales ya no se hicieron más porque Él mismo se había sacrificado una sola vez por el pueblo y para siempre: "Que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo" (Hebreos 7:27). "A quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre..." (Romanos 3:25).

¿Cómo puede limpiarme hoy la sangre de un Hombre que murió hace dos mil años? Yo no estaba ahí cuando Adán pecó. Yo no estaba ahí cuando Cristo murió. ¿Cómo podría Su sangre perdonar mis pecados en el Siglo XXI? Es porque la sangre todavía tiene poder. En realidad, lo que Dios nos dice a nosotros es: "Escúchenme a Mi. Yo recibí el sacrificio de animales que el sumo sacerdote trajo ante Mí. Cuando Mi poder se conectaba con el de ellos, era tan potente que expiaba los pecados de los tres millones de israelitas. ¿Cuánto más 'la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación' (1ra Pedro 1:19)—la sangre de Mi propio Hijo—expiará por tus pecados"?

Dos mil años después Dios puede perdonarte porque Jesús fue al Lugar Santísimo del cielo.

Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? (Hebreos 9:11-14).

Cristo es el sacrificio expiatorio por los pecados de todo el mundo (Véase 1ra Juan 2:2). Su sangre vale mucho. Él tenía que ser inmolado una sola vez. En el Antiguo Testamento el poder de la sangre duraba sólo un año. El sumo sacerdote tenía que regresar el año siguiente en el Día de la Expiación y sacrificar de nuevo. Doy gracias a Dios que cuando Juan vio venir a Jesús al Río Jordán para bautizarse, dijo: "Mirad, Dios ha provisto Su propio Cordero" (Véase Juan 1:29). Juan no dijo que Jesús era el cordero del hombre. Él dijo que Jesús era el Cordero de Dios. Dios mismo proveyó este Cordero como el Sacrificio por nuestros pecados. Es por eso que confiadamente podemos entrar al Lugar Santísimo donde habita Dios (Véase Hebreos 4:16, NVI)—temblando porque tememos a Dios, pero confiados porque sabemos que la sangre de Jesús ya nos limpió. Debemos creer en la efectividad de Su sacrificio en nuestro favor.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

jueves, 18 de agosto de 2011

Seminario "El Verdadero Amor Espera"

Seminario "El Verdadero Amor Espera"


Devocional Día 47

Devocional Día 47
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

6. Apartarse

Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la. congregación de Israel (Levítico 16:17).

Nos preparamos para la oración apartándonos de nuestro ambiente normal, de nuestras actividades. Cuando está buscando de Dios, usted no puede estar escuchando la radio o viendo la televisión. No puede estar escuchando la conversación de las otras personas. No puede tener distracciones a su rededor. Si va a buscar de Dios, usted debe ser serio en esto. Dios dice: "Si quieres encontrarme, lo harás si Me buscas de todo corazón" (Véase Jeremías 29:13).

Dios no se reunió con Aarón en cualquier parte ni en cualquier lugar. Aarón fue y entró en el Tabernáculo de Reunión. Dios dijo: "Allí es donde yo Me encuentro—en el Tabernáculo". Para entrar al Tabernáculo, Aarón tuvo que hacer ciertas cosas correctamente. Los dos hijos de Aarón trataron de hacer las cosas a su manera, pero Dios dijo: "No, ellos no han llenado los requisitos para reunirse conmigo aquí" (Véase Levítico 9:23-24; 10:1-2).

Así como con Aarón, Dios no lo encuentra a usted en cualquier parte y de cualquier manera. Dios tiene un lugar en el cual Él se encuentra con usted. En el Antiguo Testamento había un tabernáculo, un lugar físico. Así en el Nuevo testamento se cumple el Antiguo Testamento. Esto quiere decir que todavía hay un lugar donde Dios lo encuentra a usted en oración, pero que no es un edificio. Está en su cuerpo. Es un lugar en Dios. Dios ha preparado un lugar en Él justamente para usted, y usted necesita entrar en ese lugar. Si su corazón, su actitud o sus motivos no son correctos— si hay cosas en su vida que no están correctas—Dios dice: "Todavía no estás en el lugar donde Yo quiero estar".

Una de las maneras para alcanzar este lugar es ayunando, un tema que exploraremos más adelante. Cuando usted ayuna, elimina distracciones. Usted mismo retira muchas cosas que han estado obstaculizando su vida y perturbando su espíritu. Se sentirá libre, menos obstruido. Usted tendrá más tiempo. Entonces, usted va en camino a ese lugar en Dios. Mientras más pronto usted lo alcance puede depender de cuan veloz usted quiere moverse, de cuan intensidad quiere lograrlo, de cuan rápido quiera ser limpiado, cuan honesto quiere ser, de cuan serio y sincero es usted. Sin embargo, cuando se encamina a ese lugar en Dios, todo mundo lo sabrá porque usted estará resplandeciente. Isaías 58 dice que si usted ayuna correctamente, entonces "nacerá [su] luz como el alba" (v. 8).

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Devocional Día 46

Devocional Día 46
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

5. Adorar y alabar a Dios

[Aarón] después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo. Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera (Levítico 16:12-13).

En la Biblia, el incienso es símbolo de adoración. Lo que Dios está diciendo es que cuando sus pecados son cubiertos y su corazón está limpio, cuando usted está siendo honesto y sus motivos correctos, y que cuando usted está siendo limpiado por la Palabra, entonces ese es el momento de adorar. En realidad, lo que Jesús le dijo a la mujer del pozo fue: "Los samaritanos están tratando de encontrar a Dios en la montaña. Los judíos están tratando de encontrar a Dios en el templo en Jerusalén. Sin embargo, si ustedes realmente quieren entrar en la presencia de Dios, deben adorar a Dios en espíritu y con sinceros motivos—en verdad. Así es cuando ustedes realmente adoran a Dios" (Véase Juan 4:19-24).

Si quiere recibir algo de alguien y esa persona le dijo que si usted hacía a, b y c, lo recibiría. ¿Qué haría usted? Usted haría a, b y c dependiendo de cuánto desea ese algo. Dios dice que para venir a Su presencia, necesitamos adorar. Él ya nos ha dicho lo que debemos hacer, pero algunas veces tratamos de obviar este paso y entramos en oración. Dios nos está diciendo: "Honren primero Mi nombre. Adórenme". Él quiere que pongamos algo de incienso sobre el fuego.

Es por eso que los líderes de adoración son tan importantes en el cuerpo de Cristo. Ellos son los que preparan el camino para que la congregación entre en la presencia del Señor. Por tanto, si el corazón de los líderes de adoración no es correcto, puede haber problemas. Si nuestra adoración colectiva no está como se supone debe estar, nuestros líderes de adoración necesitan examinar sus corazones. ¿Están poniendo el incienso sobre el fuego, o están saltando sobre el fuego tratando de llegar a la presencia de Dios sin pagar el precio de la pureza? La misma cosa es cierta para usted y para mí. Somos sacerdotes ante Dios. Debemos estar seguros de que podemos adorar.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

martes, 16 de agosto de 2011

Devocional Día 45

Devocional Día 45
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

4. Purificarse con la Palabra

"Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua" (Levítico 16:4). Debemos estar limpios antes de entrar en la presencia de Dios. En Juan 15:3, Cristo le dijo a sus discípulos: "Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado". También Él oró al Padre: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad" (Juan 17:17).

Dice Efesios 5:25-26: "...Así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra".

Dios no quiere pensar de nosotros que cantando himnos en el servicio de adoración sea suficiente para entrar en Su presencia. Cristo dijo que estábamos limpios por las palabras que Él había hablado. ¿Qué es lo que nos limpia? La Palabra de Dios. Por eso es que necesitamos meditar continuamente en las Escrituras.

La limpieza de la Palabra cambiará su mente y corazón, y, transformará su vida.

En el Antiguo Testamento, Aarón tenía que limpiarse con agua corriente. Tenía que lavar todo su cuerpo y vestirse de lino, para que cuando fuera al lugar santísimo del tabernáculo estuviera limpio. Con el cumplimiento de la ley en el Nuevo Testamento, ya no tenemos que lavarnos con agua corriente. La Palabra de Dios es nuestra agua para la limpieza espiritual. David enfatizó esta verdad:

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti (Salmos 119:9-11).

Usted necesita asegurarse de estar en la Palabra cuando viene ante Dios—que usted ha leído la Palabra, que la Palabra está en usted y que usted está obedeciendo la Palabra. De lo contrario, usted entrará en la presencia de Dios con sus propias ideas y actitudes. No obstante, la Palabra le lavará completamente, lo que le traerá un cambio de corazón y mente, aún sin comprenderlo. Además, las cosas que usted podía pensar eran sin importancia, pero para Dios eran importantes, éstas serán transformadas dentro de usted. Por ejemplo, es muy fácil para nosotros olvidar el mandato: "No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despajado del viejo hombre con sus hechos" (Colosenses 3:9). Decimos pequeñas mentiras. Les decimos a las personas que nos encontraremos con ellos en cierto lugar. Cuando llegamos tarde, estamos en aprietos, así que decimos una mentira, justificando el por qué llegamos tarde. En una variedad de maneras nos cubrimos nosotros mismos, tratando de proteger nuestra reputación. La Palabra purificará nuestras actitudes y acciones.

Usted llega a ser lo que escucha. Usted llega a ser lo que piensa. Usted llega a ser lo que está en su mente. Si su mente está llena de la Palabra de Dios, entonces usted empezará a ser lo que ella dice. Ella le lavará.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

lunes, 15 de agosto de 2011

Cantinflas, un cómico extraordinario

Cantinflas, un cómico extraordinario

Fuente: mail de un amigo

Mario Moreno saltó a la fama con el filme Ahí está el detalle, de 1940

 

Mario Moreno durante el rodaje de una pelicula, probablemente de los anos 40.
Mario Moreno durante el rodaje de una película, 
probablemente de los años cuarenta.

MÉXICO -- Heredero de una tradición que mezcló la comedia de equívocos, el hablar enredado y el reconocimiento de la cultura popular, Mario Moreno “Cantinflas” fue por décadas la figura más popular del cine latinoamericano, comparado a menudo con Charles Chaplin.

En 1964, los dos artistas se conocieron y fue Chaplin el que sorprendió expresando —según la prensa mexicana de la época— su admiración por Moreno, a quien calificó “como el hombre más cómico del mundo”.

Nacido el 12 de agosto de 1911 en el seno de una familia humilde y numerosa, Moreno no terminó sus estudios y su educación se forjó en las calles del barrio bravo de Tepito, en la capital mexicana, donde desempeñó los más diversos oficios, desde lustrabotas, vendedor y boxeador aficionado, hasta que se inició en el mundo del espectáculo.

Fue en las carpas montadas en las comunas populares donde fue gestándose “Cantinflas”, nombre que según el escritor mexicano Carlos Monsivais es una reducción de la frase “Cuánto inflas”, relacionada con el estilo de hablar mucho y no decir nada característico del personaje.

En esas carpas Moreno también cantaba tangos a la usanza de Carlos Gardel, bailaba charlestón y hacía parodias políticas. Allí conoció a Valentina Ivanova, el gran amor de su vida, con quien se casó en 1934 y adoptó un hijo en 1961.


La primera incursión cinematográfica de Moreno fue en 1936 en No me engañes corazón, donde aparecía brevemente. Pero esos segundos fueron suficientes para que un año más tarde se le ofrecieran personajes secundarios en Así es mi Tierra y en Águila o Sol. Cantinflas terminó de consolidarse en Ahí está el detalle, en 1940, el film con el que saltó a la fama.

Su éxito fue tal que en los siguientes 12 años realizó una serie de 20 películas. Títulos como Ni sangre, ni arena, El gendarme desconocido, A volar joven, El bombero atómico o El bolero de Raquel lo hicieron célebre dentro y fuera de fronteras.

Moreno grabó más de 50 películas, la mayoría en español aunque en los años 1950 intentó ingresar al mercado cinematográfico de lengua inglesa de la mano del productor Michael Todd, esposo de Elizabeth Taylor, a quienes conoció en la costa mexicana sobre el Océano Pacífico.

Fue notable el desempeño del cómico en El viaje al mundo en 80 días —una adaptación del clásico del escritor francés Julio Verne— que en 1957 lo llevó a ganar el Globo de Oro. La película obtuvo cinco premios Oscar y fue la más taquillera de su época.

Pero un segundo intento, Pepe, no logró la misma resonancia y Cantinflas se refugió en sus éxitos en español que siguieron a lo largo de los años 1960 y 1970. Un Quijote sin mancha, El patrullero 777 o El Padrecito, se añadieron así a su extensa cinematografía, cerrada en 1981 con El Barrendero. Ese mismo año, Cantinflas desembarcó en la pantalla chica con una serie de televisión de dibujos animados que continuaba vigente al mítico personaje.

La muerte de Moreno, a los ochenta y un años, generó uno de los sepelios más extraordinarios presenciados en la capital mexicana. A 100 de su nacimiento, Cantinflas parece seguir vivo no sólo en el legado de su obra, sino en cada mexicano.

Devocional Día 44

Devocional Día 44
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

3. Vestirse de verdad y honestidad

La próxima preparación es la verdad y la honestidad. Echemos un vistazo de nuevo a Levítico 16:4: "...y se ceñirá el cinto de lino". Necesitamos el cinto así como el peto. El cinto le cubre las áreas más delicadas de su vida, las partes de las que usted no le gusta hablar, la vida secreta que sólo usted conoce. David dijo: "He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría" (Salmos 51:6). ¿Tememos a Dios como para desear ser personas de la verdad? Efesios 6:14, dice: "Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia". Debemos estar ceñidos con el cinto de la verdad para que seamos limpios y transparentes ante el Señor. ¿Es ese su deseo? No hay ninguna diferencia entre la preparación del sumo sacerdote del Antiguo Testamento y lo que Dios requiere de nosotros ahora. "¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón..." (Salmos 24:3-4). Necesitamos estar puros ante Dios, volviéndonos de nuestros caminos pecaminosos, recibiendo perdón por medio de Cristo y andando en el Espíritu (Véase Romanos 8:3-4).

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

sábado, 13 de agosto de 2011

Devocional Día 43

Devocional Día 43
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

2. Cubrirse de rectitud

La segunda preparación se encuentra en Levítico 16:4. Yo le llamo "cubrirse de rectitud". Este paso corresponde al consejo del Nuevo Testamento: "Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efesios 4:24).

Levítico 16:4 explica cómo Aarón debía entrar al lugar santo:

Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.

El sacerdote debía llevar la vestidura correcta—las vestiduras que Dios le indicó que llevara. En efecto, 1 sacerdote tenía sus propias vestiduras, pero Dios, le dijo: "Si quieres venir a Mi presencia, vístete con lo que Yo te diga que te vistas". La aplicación para nosotros viene de Efesios 6:11-20, en la cual Pablo habló acerca de vestirse con "la armadura de Dios" (vv. 11, 13). Yo creo que esta analogía está mal interpretada. No es tanto un concepto militar como una preparatoria. Está hablando de preparación para la oración (vv. 18-20). Antes de que usted ore, necesita llevar puesto "el yelmo de la salvación" (v. 17). Esto se refiere a la Expiación: siendo salvos y teniendo la sangre de Cristo aplicada a sus pecados. Usted también debe vestirse con "la coraza de justicia" (v. 14). Esto significa ser recto delante de Dios por medio de la justicia de Cristo.

¿Por qué el sacerdote debía ponerse lino? El lino es una tela absorbente. No debía de haber transpiración en la presencia de Dios. ¿Por qué? Porque sudar representa rebelión contra Dios.

Y al hombre dijo (Dios): Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que mandé diciendo: 'No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan" (Génesis 3:17-19).

Sudar en el trabajo no era el plan original de Dios. Fue resultado de la desobediencia de Adán.

Venimos a lapresencia de Dios solamente por la justicia de Cristo.

Miremos el amplio significado de esta idea. El sudar representa cualquier intento por alcanzar a Dios por nuestros propios méritos. Significa tratar de trabajar por nuestra cuenta para llegar a la presencia de Dios. ¿Vemos ejemplos de esto hoy? Suponga que una persona no tiene derecho ante Dios. Para compensar, esta persona envía trescientos dólares a la Cruz Roja. En sí no hay nada de malo con el donativo a la Cruz Roja. No obstante, Dios dice: "Eso no te permite entrar en Mi presencia. Te estás fatigando. Estás tratando de llegar a Mí a tu manera haciendo buenas obras, pero al mismo tiempo no vives conforme a Mi Palabra". Eso es sudar [fatigarse]. En ves de eso, pónganse el peto de justicia. Un peto protege al corazón y otros órganos preciosos. Con esta analogía, Dios está diciendo: "Quiero que seas puro en las áreas más importantes de tu vida". Podemos hacer eso solamente si nos apropiamos de la justicia de Cristo por medio de la fe: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en él" (2da Corintios 5:21). Por consiguiente, necesitamos vivir en esajusticia, haciendo lo que es correcto, manteniendo nuestro paso con el Espíritu (Véase Gálatas 5:25).

Cuando nos vestimos con la justicia de Dios, podemos regocijarnos ante el Señor:

En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como novia adornada con sus joyas (Isaías 61:10).

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

viernes, 12 de agosto de 2011

Devocional Día 42

Devocional Día 42
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


DIEZ PASOS EN LA PREPARACIÓN PARA ORAR

1. Apropiarse de la gracia de Dios

Primero, necesitamos una clara apropiación de la gracia de Dios en nuestras vidas. Levítico 16:3, dice: "Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto". Desde el versículo cinco hasta el once se explica que Aarón iba a tomar dos machos cabríos. Uno era sacrificado como una ofrenda por los israelitas. El otro era la "victima expiatoria"—ese macho cabrío representa el que llevaría el pecado del pueblo al enviarlo al desierto con los pecados de los israelitas sobre su cabeza.

Dios quiere bendecirnos y contestar nuestras oraciones. Es por eso que Él nos dice que nos arrepintamos del pecado.

Dios instruyó a Aarón que ofreciera sacrificio de animales para hacer expiación por los pecados de Israel. Aarón no podía entrar en el santuario sin la ofrenda por el pecado y la ofrenda para el holocausto. Similarmente, Dios nos dice: "Si tú deseas entrar en Mi presencia, tu pecado debe ser tratado". Por consiguiente, el primer sujeto de la oración no es nuestra lista de peticiones. En vez de eso, necesitamos preguntarnos nosotros mismos: "¿Estoy en posición de acercarme en santidad a Dios? ¿He examinado mi propia vida? ¿He explorado la posibilidad que haya pensado, dicho, o me haya envuelto en cosas que son contrarias a Su Palabra y Su ley de amor?"

Obviamente, estos no serán siempre pecados evidentes. Algunas veces serán más sutiles. No siempre consideramos la manera en la cual estamos viviendo nuestras vidas ante Dios. Por ejemplo, la Biblia dice: "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre" (Hebreos 10:25). Esa es una orden. Supongamos que usted dice: "No me siento con ganas de ir a la iglesia hoy", y se queda en casa sin una buena razón para hacerlo. Cuando usted va a Dios en oración, en el fondo, lo que Dios dice es: "Tengo problemas con éste. Por un lado, estás tratando que Yo coopere contigo, pero por otro lado, Me has desobedecido. Si Yo contesto tu oración, estoy perdonando la desobediencia". Esto es asunto de la integridad de Dios.

Consideremos otro ejemplo. Pienso que será difícil para Dios contestar nuestras oraciones por bendiciones financieras cuando no estamos diezmando. Por un lado, estamos robándole a Dios lo que es de Él por derecho (Véase Malaquías 3:8-10), y por el otro lado, estamos diciendo: "Señor, paga mi hipoteca". Cuando no recibimos el dinero, decimos— injustamente—como lo hicieron los israelitas: "Dónde está el Dios de justicia" (Malaquías 2:17). En efecto, por esta causa es que Dios nos dice: "Ahora ustedes están tratando de ponerme en un dilema. ¿Cómo puedo Yo bendecirles en esto cuando ustedes Me han desobedecido? Están tratando que Yo los trate como si ustedes fueran santos, cuando en realidad no lo son".

Dios quiere bendecirnos y contestar nuestras oraciones. Por eso es que Él nos dice que nos despojemos del pecado. Necesitamos entender y aceptar el sacrificio de Cristo por nuestros pecados y arrepentimos de las maldades. Necesitamos limpiar el secreto más íntimo de pecado y desobediencia dentro de nosotros para que podamos ser eficaces en la oración. Se nos perdonan nuestros pecados cuando vamos a Cristo. Él nos cubre con Su sangre y somos limpiados. En 1ra Juan 1:9 las Escrituras dicen: "Si confesamos nuestros pecados, él fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". Esta verdad fue escrita para creyentes que tenían una relación con Cristo. Necesitamos ser limpiados continuamente para que podamos vivir ante Dios en santidad—la santidad por la que Cristo murió para proveer para nosotros.

Esencialmente Dios nos está diciendo: "Si ustedes quieren que Yo haga trato con ustedes, ustedes deben despojarse de pecado, desobediencia y negligencia". "Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestro pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír" (Isaías 59:2). El caso no es andar con sentimiento de culpabilidad por estos pecados, sino más bien, pedir perdón y ser limpiado. Dios es misericordioso con nosotros. Podemos aún pedirle a Él que perdone nuestros pecados aunque no nos demos cuenta de que los hemos cometido. El rey David oró: "¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos" (Salmos 19:12). En la Palabra de Dios también tenemos promesas:

Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones (Salmos 103:11-12).

¿Cómo recibimos el perdón? Nosotros no traemos animales para sacrificio como necesitaban hacerlo los israelitas, pero necesitamos que nuestros pecados sean expiados por medio de sangre. No obstante, los principios del Antiguo Testamento, tienen efecto en el Nuevo. Pues el Nuevo Testamento revela su más profunda aplicación e importancia. Por ejemplo: "La ley [del Antiguo Testamento] requiere que casi todo sea purificado, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión" (Hebreos 9:22). La diferencia está en que el sacrificio se cumplió una vez por todas y para siempre en Cristo, el Cordero de Dios. "...Porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo" (Hebreos 7:27).

1ra Juan 1:7 dice:

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

Este versículo está hablando de relaciones. Cuando usted es limpiado con la sangre de Jesús, todo está correcto porque no hay nada interfiriendo entre usted y Dios. Él sabe que usted está limpio. Cuando sus pecados son perdonados y usted está bien con Dios, puede tener un compañerismo sincero con Él y con otros creyentes—y eso le trae poder de convenir en la oración.

Dios es serio en cuanto a la santidad y la obediencia. No podemos vivir en pecado e incredulidad si queremos que nuestras oraciones sean contestadas. Si usted está luchando con un pecado en particular, entregúeselo a Dios, pídale a Él que lo purifique de ese pecado (1ra Juan 1:9) y busque el consejo de creyentes maduros para que no se corte su relación con Dios.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
Create your own visitor map