Devocional Día 70
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY
"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". Con esta declaración, Jesús está diciendo: "Cuando tú estés en la presencia de Dios y le pidas a Él que sea fiel en cumplir Su voluntad en la tierra, incluye esta petición". Debemos orar: "Danos a nosotros el pan de cada día". El tiempo plural empleado en esta declaración está ligado a "nuestro" en "Padre nuestro". Si usted le dice a Dios que llega ante Él con la preocupación de otras personas, cuando le pida pan, usted tiene que pedir pan para todos. Normalmente decimos: "Señor, provéeme". No estamos pensando en alguien más. Aun cuando Dios nos pide una vez más: "Pidan por los otros así como para ustedes. Oren por los demás".
En los días de Jesús, el término "pan diario" era un modismo cultural que se refería a todo lo necesario para hacer el pan. Por consiguiente, cuando usted dice: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy", usted no está orando sólo por el alimento, sino por todo el proceso necesario para hacer posible el alimento. Por ejemplo: para hacer pan, se necesita un sol brillante, semilla, nitrógeno, oxígeno, suelo, nutrientes, minerales, tiempo, crecimiento, desarrollo, cosechar, moler, ingredientes para hacer el pan, mezclar, amasar y hornear. Implicados en esos pasos están la fuerza del granjero que lo hace capaz de sembrar y cosechar el grano y la fuerza de aquel que usa sus manos para amasar el pan. Jesús está hablando de todo eso. En otras palabras, usted ora por cuerpos saludables y un ambiente saludable en el cual el alimento pueda crecer.
"El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy" es una declaración cargada. Ésta nos enseña a orar: "Gracias, Señor, por mantener el aire de nuestro país libre de contaminación. Gracias por hacernos personas inteligentes que mantenemos limpias nuestras playas. Gracias por preservar el suelo de la contaminación de petróleo. Gracias por mantener los ricos nutrientes en nuestro suelo, sin químicos que lo dañen". Necesitamos orar de esta manera. No somos lo suficientemente específicos. Tomamos demasiadas cosas por sentadas y no le pedimos a Dios que proteja y bendiga lo que necesitamos para el diario vivir—no sólo por nuestro propio bien, sino también por el bien de los demás.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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