Devocional Día 75
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
Doce pasos de acción para orar
Principios de oración comprobados por personajes bíblicos cuyas oraciones fueron poderosas y eficaces.
Desde este día quiero mostrarle un método útil para organizar sus pasos para orar. Los siguientes principios fueron desarrollados al evaluar las vidas de oración de Jesús, Abraham, José, Moisés, David, Ezequiel y otros personajes bíblicos. Cuando usted estudia estos personajes bíblicos, usted ve que todos ellos usaron un patrón similar de oración. Sus oraciones recibieron la atención de Dios y produjeron poderosos resultados. "La oración del justo es poderosa y eficaz" (Santiago 5:16, NVI).
1. GUARDAR SILENCIO
Primero, la oración debe comenzar con el silencio. Usualmente no hacemos una práctica de esto, pero es un aspecto muy importante de la oración. El guardar silencio significa retirarse, estar quieto.
En Mateo 6:6, Jesús dijo: "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público". Jesús nos dice que vayamos a un lugar quieto y apartado donde no seamos perturbados. En los tiempos del Nuevo Testamento, la mayoría de los techados de las casa eran planos y las personas acostumbraban a oran en el techo. Ese era su lugar quieto. Ellos iban ahí para alejarse del ruido y de las ocupaciones del hogar.
Cuando usted comienza a entrar en la oración, primero aquiétese y elimine las distracciones. Usted no podrá orar eficazmente cuando los niños jueguen alrededor suyo, el tocadiscos esté sonando, la televisión esté encendida, y haya personas haciéndole preguntas.
Para poder orar usted necesita recogerse a sí mismo—o sea, recoger sus pensamientos, su atención, su concentración. Usted necesita silencio o aislamiento porque usted debe recogerse completamente. Normalmente muchas cosas nos distraen cuando oramos. Nuestros cuerpos están ahí, pero nuestras mentes están en algún otro lugar. Puede que experimentemos todo tipo de emociones. Por consiguiente, usted necesita recogerse en un lugar de quietud. Permita que el Señor traiga calma a su corazón. "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3). La palabra hebrea traducida como "paz" es "shalom", la cual significa "más que suficiente". Ésta significa prosperidad. Todo lo que usted necesita, Dios se lo provee para que usted no sea distraído por las preocupaciones cuando ora.
Para poder orar usted necesita recogerse a sí mismo y apartarse a un lugar quieto para estar ante Dios.
Este paso puede tomar diez minutos, una hora o cinco horas, pero es la entrada a la oración. Algunas veces usted lee historias de personas que oran en el bosque por diez horas. ¿Cómo lograron eso? Usted tendrá que leer los detalles en sus vidas de oración. Ellos pasan dos o tres horas caminan para poder descartar los pensamientos que les distraen. Por lo tanto, cuando usted vaya delante del Señor, en cualquier lugar privado que usted encuentre para hacerlo, quédese quieto y escuche nada más que a Dios. Permita que su corazón descanse y apártese a un lugar quieto. Sólo entonces usted habrá comenzado a orar. Demasiadas veces tratamos de apresurar este proceso. La Biblia dice, "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" (Salmos 46:10). En este sentido, nosotros podemos decir—
La oración es la dependencia del hombre en Dios para todas las cosas.
Le insto a que pase tiempo en quieta contemplación ante el Señor. Está bien no decir nada. Muchas veces comenzamos a hablar inmediatamente. Pensamos en todas las cosas que ocurrieron ese día y en todas las cosas que hemos escuchado. Simplemente guarde silencio y entregue todo su ser en la oración. Si usted trata de orar, pero su espíritu, cuerpo, mente y emociones están separados, entonces usted no es uno—usted no está unido. Usted no podrá orar a Dios con claridad de propósito. El silencio le ayuda a llegar a la unidad de corazón y propósito entre usted y Dios.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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