Devocional Día 72
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
NO NOS METAS EN TENTACIÓN, MAS LÍBRANOS DEL MAL
Por último, Jesús dijo: "Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal". Esto no quiere decir que Dios nos empuja a la tentación en contra de nuestra voluntad. Esto solamente indica que debemos pedirle a Dios sabiduría para que nosotros mismos no nos coloquemos en situaciones que nos llevarán a poner en peligro nuestra relación con Él. En otras palabras, debemos pedirle a Dios por fortaleza y sabiduría para dejar de tomar malas decisiones y dejar de meternos en malas situaciones, las cuales nos tientan para pecar. Algunos de nosotros buscamos los problemas y luego le pedimos a Dios que nos libre de ellos. Lo que Dios está diciendo aquí es, "cuando vengas delante de Mí, ora pidiendo sabiduría para tomar buenas decisiones sin complicar tu vida en ninguna forma".
Cuando Jesús les pidió a Pedro, Santiago y Juan que se quedaran con Él mientras Él oraba en el Huerto de Getsemaní antes de Su arresto y crucifixión, los discípulos se durmieron. Jesús le "dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:40-41). Jesús sabía que Pedro estaba por ser tentado para negarle a Él—después de haber declarado que estaría dispuesto a morir con Él. Él le dijo a Pedro que se mantuviera alerta y orando. Jesús se refería a velar y a orar cuando nos enseñó a orar "no nos metas en tentación. Debemos estar alerta de las tentaciones y debilidades que puedan dañar nuestra relación con Dios y nuestro testimonio para Él, cosas que Satanás explotará para hacernos caer. Debemos también orar para que Dios nos proteja para no sucumbir ante ellas. La Biblia dice, "vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo" (Efesios 6:11).
PORQUE TUYO ES EL REINO, Y EL PODER, Y LA GLORIA, POR TODOS LOS SIGLOS
Algunos de los manuscritos bíblicos incluyen esta bendición al final de la enseñanza de Jesús acerca de la oración en el evangelio de Mateo: "Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén" (Mateo 6:13). Después de que usted haya orado, alabe al Padre nuevamente. Cuando usted lo haga, usted le estará diciendo a Dios: "Sé que contestarás esta oración; por lo tanto, Te agradeceré de antemano. Te daré toda la gloria que viene por lo que ocurrirá. Cuando la respuesta sea manifestada, le diré a todos que eso viene de Ti". Todo el poder y la gloria pertenecen a Dios para siempre.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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