Devocional Día 78
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
Doce pasos de acción para orar
4. DAR GRACIAS
Después que usted haya confesado, comience a dar gracias. "Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús" (Ira Tesalonicenses 5:16-18). El dar gracias es parte de la voluntad de Dios para con nosotros.
Por supuesto, ahora que usted ha confesado, usted podrá dar gracias abundantemente porque su corazón ha sido liberado. Dios no sólo le da libertad, sino que también le da algo por lo que usted pueda estar agradecido. Él le acaba de perdonar sus pecados. Usted ahora tiene razón suficiente para dar gracias por largas horas.
David pensaba en dar gracias aun mientras confesaba. "Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza" (Salmos 51:14-15). Así es como se debe orar. De hecho, este salmo de confesión concluye con una alabanza. "Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios...Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán becerros sobre tu altar" (vv. 17, 19). El ofrecer sacrificios y ofrendas quemadas era un método de adoración en el Antiguo Testamento. Si usted ha confesado su pecado ante Dios, entonces su corazón está limpio y usted podrá ofrecer sacrificios de alabanza a Dios (Véase Hebreos 13:15).
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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