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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

martes, 27 de octubre de 2009

¡No dudes por lo que sientes!

¡No dudes por lo que sientes !

Fuente: mail de nuestra corresponsal Priscila

Jesús les daba promesas, bendiciones e instrucciones. Si sigo la instrucción, tendré la bendición. Usted sabe que si sigue las instrucciones, tendrá las bendiciones. Mateo 11:1-2 dice: “Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos. Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos” ¿En dónde estaba Juan? Sí, en la cárcel. ¿Por qué lo mandaron allí? Por acusar a un gobernante del adulterio en el que vivía. Le mandaron a cortar la cabeza. Y como a él, no a todo el mundo le agradan los predicadores, porque estamos predicando la Palabra de Dios.

Y al oír Juan en la cárcel los hechos de Cristo, le envió a dos de sus discípulos para preguntarle: “¿Eres tú aquel que habría de venir o esperaremos a otro? ¿Cómo así? ¿No fue Juan el profeta quien iba preparándole el camino al Señor, el que habría de ir delante de su faz? ¿No fue Juan el Bautista quien cuando vio a Jesús dijo: “He allí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo?” ¿No fue Juan el Bautista quien bautizó en el Río Jordán a Jesús y los cielos se abrieron, y se oyó una voz diciendo: “Este es mi hijo amado en quien tengo contentamiento, a El escuchad”? ¿No fue este mismo Juan el Bautista el que reveló quién es el Cordero de Dios? Entonces ¿por qué duda? ¿Y por qué lo vemos dudando si Jesús es el Cordero de Dios? Juan era profeta! , el mayor de los profetas, no ha nacido de mujer un profeta mayor que Juan, y siendo profeta, el mayor de todos, el que anunció al Cordero de Dios, quien lo tomó y metió en el Río Jordán, ahora duda… todo un profeta dudando. Yo decía: “¿Por qué duda? Porque quizás cuando estás en la cárcel sentenciado a muerte, la aflicción que se siente, te puede hacer dudar.

Y en ocasiones, cuando estás esperando el cumplimiento de las promesas de Dios para tu vida, porque Juan estaba esperando el cumplimiento del advenimiento del Señor Jesús, entras en una etapa que te deprime, te pone triste, que te presiona, te sientes en una prisión y cuando estamos así, tenemos la tentación de dudar de lo que Dios nos ha prometido.

No es ningún chiste que nuestro temperamento, nuestra alma, nuestros sentimientos nos jueguen continuamente un altibajo, porque nos pueden hacer dudar de las promesas que Dios tiene para nuestra vida, para nuestra familia y para nuestra nación entera. Tú no puedes dudar, porque harás que tus discípulos empiecen a dudar. Tú no puedes entrar en duda y hacer dudar a los tuyos.

Si eres un hombre sujeto a la pasión del miedo, del temor, de la duda, del bajón, de la depresión, tú eres un hombre candidato a orar más horas que cualquier otro. Entra en tu cuarto, cierra la puerta, dobla tus rodillas, levanta tus manos y empieza a orar como Elías oraba. Vuélvete un hombre y una mujer de Dios. ¡NO DUDES!

- Cash Luna

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