HERMENÉUTICA
CAPITULO 3
Así dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel:
“Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene,
que te guía por el camino en que debes andar” Isaías 48.17
1 DEFINICIONES
1.1 HERMENÉUTICA
La palabra hermenéutica viene del griego hermeneutike tejne (ερμηνευτική τέχνη) que a su vez se deriva del verbo hermenuin que significa interpretar. En términos generales se conoce la Hermenéutica como la ciencia o el arte de interpretar textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento.
La Hermenéutica tiende a establecer los principios, métodos y reglas que son necesarios para revelar el sentido de lo qué está escrito. Su objeto es dilucidar todo lo que haya de oscuro o mal definido, de manera que, mediante un proceso inteligente, todo lector pueda darse cuenta de la idea exacta del autor. (Terry, M.S., 1924)
1.2 CLASES DE HERMENÉUTICA
1.2.1 Hermenéutica filológica
Se distinguen, por una parte, la «hermenéutica filológica», surgida históricamente en Ale-jandría por la tarea de establecer el sentido auténtico de los textos antiguos, y particular-mente los grandes poemas de Homero, oscurecidos por el tiempo, en tanto que aquel es inmanente a la situación de comunicación en la que han sido producidos
1.2.2 Hermenéutica filosófica
Por otra parte, la «hermenéutica filosófica» es independiente de la lingüística y busca de-terminar las condiciones trascendentales de toda interpretación. Es decir, interpreta las actividades del hombre
1.2.3 Hermenéutica Bíblica
Baruch Spinoza es uno de los precursores de la hermenéutica bíblica. Ésta surge alrededor de los siglos XVII y XVIII aplicada a una interpretación correcta, objetiva y comprensible de la Biblia. La interpretación CORRECTA de la Palabra de Dios, conforme a la advertencia del apóstol Pedro que consideramos en el capítulo anterior. Tiene un carácter especial puesto que se refiere a la palabra inspirada de Dios, que es la VERDAD y por lo tanto la interpretación no puede alejarse de esa verdad proveniente del Señor. Por ello en el estudio hermenéutico de las Escrituras debemos no solo comprender a los autores humanos (Moisés, Josué, Jeremías, Isaías, Juan, Pablo, etc.) que son como una especie de autores secundarios, sino que debemos aprender a conocer la intención y el propósito del Espíritu Santo, autor primario de los 66 libros que contienen la Palabra de Dios.
Baruch de Spinoza, (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés, de origen sefaradí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.
Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a Descartes, éste había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios o bien con la Naturaleza (ambos términos llegan a ser equivalentes para él, según su célebre expresión Deus sive Natura). Para Spinoza, la sustancia es la realidad, que es causa de sí misma y a la vez de todas las cosas; que existe por sí misma y es productora de toda la realidad; por tanto, la naturaleza es equivalente a Dios. Dios y el mundo, su producción, son entonces idénticos. Todos los objetos físicos son los "modos" de Dios contenidos en el atributo extensión. Del mismo modo, todas las ideas son los "modos" de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las cosas o modos son naturaleza naturada, mientras que la única substancia o Dios es naturaleza naturante. Las cosas o modos son finitas, mientras que Dios es de naturaleza infinita y existencia necesaria y eterna
Figura 1. Baruch de Spinoza:
Una correcta interpretación de la Palabra de Dios es útil, no solo para que cada quien asimile el mensaje contenido en ella, sino que proporciona las armas apologéticas , es decir, le da al cristiano los fundamentos necesarios para defender la verdad bíblica de los falsos enfoques del mensaje, de los errores que llevan a la herejía y de los ataques que contra el fundamento de nuestra fe vienen desde distintos flancos animados por el enemi-go.
14 ¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! "No teman lo que ellos temen, ni se asusten." 15 Más bien, honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. 16 Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo, se avergüencen de sus calumnias. 1 Pedro 3:14-16
Responder con fundamento. Con gentileza pero firmemente.
1.3 EXÉGESIS
Del griego ἐξηγεῖσθαι 'guiar hacia afuera'. Es un concepto que involucra una interpretación crítica y completa de un texto, especialmente de la Sagrada Escritura, como el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia. Un exégeta es un individuo que practica esta ciencia, y la forma adjetiva es exegético.
La palabra Exégesis significa "extraer el significado de un texto dado". La exégesis suele ser contrastada con la eiségesis, que significa insertar las interpretaciones personales en un texto dado. En general, exégesis presupone un intento de ver el texto objetivamente, mientras que eiségesis implica una visión más subjetiva.
La exégesis tradicional requiere lo siguiente: análisis de palabras significativas en el texto, en el marco de traducción; examen del contexto general histórico y cultural, confirmación de los límites de un pasaje, y finalmente, examen del contexto dentro del texto.
Entre los exégetas antiguos se cita a Orígenes, San Juan Crisóstomo, Teodoreto, Diodoro, San Hilario, San Ambrosio y principalmente, San Jerónimo. En la Edad Media, la exégesis estuvo representada por San Gregorio el Grande, San Bernardo, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino. Pero en el siglo XVI a ejemplo de Lutero, salieron a la palestra infinidad de intérpretes racionalistas de la Biblia que fueron contrarrestados entre otros por los católicos Torino, Cornelio Lápide y Dom Calmet.
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