Enero 30
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurgeon
He aquí, yo estoy contigo, y te
guardaré por dondequiera que fueres.
Génesis 28:15
¿Necesitamos de alguna gracia especial para algún viaje que debemos emprender? Aquí la tenemos: la presencia y el cuidado de Dios. Siempre necesitamos ambas cosas, y en todo lugar las tendremos si cumplimos con nuestro deber y no nos dejamos guiar por nuestras propias inclinaciones. ¿Por qué consideramos nuestro traslado a otro país como una triste necesidad, cuando tal es la voluntad de Dios? El creyente, dondequiera que viva, es un peregrino y extranjero, y en todas partes Dios será su refugio, como lo ha sido para los santos en generación y generación. Podemos carecer de la protección del monarca de la tierra, empero cuando Dios dice: «Yo te guardaré», no hay por qué temer. Este es el mejor pasaporte para un viajero, y una escolta segura para el emigrado.
Jacob nunca había abandonado la casa de su padre: no teniendo el espíritu aventurero de su hermano, permaneció en casa como el hijo mimado de su madre. Sin embargo, salió de casa y Dios le acompañó. Mezquino era su bagaje, y ningún séquito iba con él, pero ningún príncipe de la tierra se vio tan escoltado. Cuando dormía en pleno campo, los ángeles velaban sobre él, y le habló el Señor. Si el Señor nos manda salir, digamos con Jesús: «Levantaos, y vamos de aquí».
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