Enero 31
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurgeon
El Dios mío me oirá.
Miqueas 7:7
Nuestros amigos pueden ser desleales, mas el Señor jamás se apartará del alma sincera; al contrario, Él oirá todos sus deseos. Dice el Profeta: «De la que duerme a tu lado, guarda, no abras tu boca. Los enemigos del hombre son los de su casa». Angustiosa es nuestra situación, pero aun en este caso permanece a nuestro lado el mejor Amigo a quien podemos comunicar todas nuestras penas.
Nuestra sabiduría consiste en mirar al Señor, no en discutir con los hombres. Si nuestros llamamientos cariñosos son desatendidos por nuestros parientes mismos, confiemos en el Dios de nuestra salud, porque Él oirá nuestros clamores. Él nos atenderá mejor a causa de la crueldad y opresión de los demás, y pronto podremos exclamar: «Tú, enemiga mía, no te huelgues de mí».
Porque Dios es el Dios viviente, puede oírnos; porque es un Dios de amor, nos oirá; porque es el Dios de la Alianza, se ha comprometido a oírnos. Si cada uno de nosotros podemos llamarle mi Dios, podremos añadir con absoluta certeza: Mi Dios me oirá. ¡Acércate, pues, corazón herido, y cuenta todas tus penas a tu Dios! Yo me arrodillaré en secreto, e interiormente diré: «Mi Dios me oirá».
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