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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

viernes, 30 de septiembre de 2011

Devocional Día 83

Devocional Día 83
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración




Doce pasos de acción para orar


9. CREER

Este es un paso difícil para muchos de nosotros: Creer. Al igual que en la parábola del juez injusto que acabamos de estudiar, Dios dice que después de alegar nuestro caso, debemos creer. El preguntar en sí no hará que usted reciba. Lea cuidadosamente las palabras de Cristo en este pasaje de Marcos 11. Este es otro mini seminario sobre la oración:

Respondiendo Jesús, les dijo: "Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed..." (vv. 22-24).

¿Cuál es la siguiente frase?, "...que lo recibiréis". ¿Puede usted ver la aseveración en "recibiréis"? Cuando usted pida, crea en ese preciso momento que usted ya lo ha recibido. Es posible pedir algo en oración y no creer. Lo hacemos todo el tiempo. Normalmente nos rendimos demasiado pronto.

En el libro de Daniel, leemos que Daniel oró y que el mismo día que él oró, la respuesta fue enviada. Sin embargo, Daniel no lo sabía (Véase Daniel 10:10-14; 9:23). ¿Qué hizo Daniel? El continuó orando. Después de veintiún días, un ángel llegó con la respuesta. El punto aquí es que Daniel no dijo, "han pasado diez días. Esto no funciona. Voy a volver a hacer lo que antes hacía". No. Daniel creyó que si Dios decía algo, se suponía que eso ocurriera. El no iba a dejar de orar hasta que fuera manifestado. El iba a perseverar hasta que lo viera con sus propios ojos.

¿Cree usted que la oración que usted hizo anoche será contestada? Quiero confesarle algo. Diga, "Señor, yo creo". Puede que usted no crea completamente. Puede que usted tenga la tendencia a dudar. Pero cuando usted comience a dudar, sea honesto, como el padre del joven endemoniado y diga, "¡Sí creo! ...¡Ayúdame en mi poca fe!" (Marcos 9:24, NVI). Esa es una buena oración. No debemos permitir que la duda penetre en nuestras oraciones porque eso causaría un corto circuito.

y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor (Santiago 1:5-7).

En cambio cuando usted crea que usted ha recibido lo que pidió, eso será suyo.


Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

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