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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

viernes, 6 de septiembre de 2013

Día 2: Cerdos en la sala




Un pastor que aprende a coger las arañas en vez de sólo limpiar las telarañas

Ahora, más que nunca antes en la historia de la Iglesia en las naciones de habla hispana, se necesita el ministerio de la verdadera liberación espiritual. Se nos ha hablado hasta el cansancio de la “teología de la liberación”, cuyo objetivo es buscar la liberación social de la iglesia en el tercer mundo destruyendo las clases sociales. Pero ésta no es la liberación verdadera como la enseñó Jesucristo. Se necesita el ministerio del poder del Espíritu Santo para librarnos del dominio y de la manipulación satánica que durante siglos han reinado sobre la iglesia.

Como pastor misionero en Cali, Colombia, he in-vertido horas tras horas en consejo espiritual a miembros de nuestra iglesia quienes no podían conseguir una verdadera liberación a través de la consejería, porque estos creyentes necesitaban más que el consejo sabio, más que la exhortación o que la imagen paterna de quien les diera el consejo y les “diera orden a sus vidas, diciéndoles qué debían hacer”. El discipulado individual no puede reemplazar al ministerio de la liberación espiritual. Hay personas que necesitan el poder del ministerio de liberación del Espíritu Santo, y no importa cuánto tiempo de consejería personal tuvieran conmigo si yo, como su pastor, no podía llegar hasta las “raíces invisibles espirituales” de su situación. No era suficiente repetirles cada vez lo que debían y no debían hacer, pues su necesidad primordial era ser libres por medio del ministerio de liberación del Señor Jesucristo.

Un día, el Señor me mostró lo que realmente estaba haciendo con mis sesiones de consejería. Me mostró que sólo estaba barriendo telarañas que volvían a aparecer continuamente porque eran el fruto visible de un problema espiritual más profundo. Era necesario, en estos casos, identificar primero a “la araña”, la raíz espiritual de todo problema, para no pasar el tiempo barriendo las telarañas que había en las vidas de la congregación.

Hay muchos pastores que se agotan tratando de lograr cambios en las vidas de creyentes sinceros, sin saber que el control espiritual de éstos está bajo el dominio de las “arañas”, demonios. Todo Cristiano renovado desea vivir una vida santa, pero muchos no pueden lograrlo sino hasta que, por medio de la liberación, haya sido roto el yugo del hombre fuerte que los ha tenido cautivos por las experiencias y situaciones de su vida pasada que permitieron la entrada a espíritus inmundos que contaminaron sus cuerpos y mentes.

Satanás es mucho más que solamente una “influencia” o un “desorden de conducta” que afecta la vida de cristianos, aunque su empeño es que la iglesia así lo crea y siga en su estado de ignorancia o engaño acerca de la verdadera presencia suya en la vida de muchos “cristianos carnales”.

Satanás es un ser que tiene personalidad, que fue arrojado de los cielos juntamente con la tercera parte de los ángeles del Señor, a quienes engañó de la misma manera en que, hoy día, engaña a muchos cristianos y al mundo entero.

El ministerio de liberación no es solamente para un grupo especial de cristianos que tengan “problemas espirituales”. ¡De ninguna manera! El ministerio de liberación del Señor Jesucristo es su ministerio inicial para todo nuevo creyente para hacerlo libre de toda fuerza espiritual que lo aprisiona y no le permite crecer ni madurar en Cristo. El primer paso básico que todo cristiano debe tomar en su vida renovada es el de la liberación para ser limpiado de toda contaminación de presencias espirituales malignas que hayan estado dentro de sí desde antes de haber recibido a Cristo.
Estos espíritus inmundos tienen acceso y entran en vidas a través de experiencia personales que haya habido por pecado y desobediencia. Muchos entran durante los años de niñez y adolescencia, por medio de abusos y rechazos de que fueran víctimas algunas personas.

¿Puede Ser Poseído un Cristiano?

¡No! Un cristiano no puede ser poseído porque posesión significa ser dueño de, y Jesucristo es el dueño de todo cristiano, no el diablo. En 1 Corintios 6:20 “Huid de la fornicación... porque habéis sido comprados por precio... ” En el Nuevo Testamento la palabra no era ‘posesión’ sino ‘estar bajo la influencia de un demonio’ o ‘tener un demonio afligiéndole’. Los demonios están en el cuerpo del cristiano tal como cualquier enfermedad y no en su espíritu. Muchas veces estamos tratando de discipular el demonio en un cristiano que no quiere ser discipulado. Debemos crucificar la carne pero echar fuera los demonios. He tratado de crucificar un demonio y echar fuera la carne y esto solamente frustra a la persona.

El Ministerio Tripartita de Jesucristo:

Salvador, Liberador y Sanador

Para la Necesidad Tripartita del Hombre:

En Su Espíritu, Alma y Cuerpo.

El hombre es un ser tripartito, de espíritu, alma y cuerpo. Por tanto, Jesucristo debe ministrar en cada una de estas tres dimensiones del hombre. Algunas personas creen que es contradictorio decir que un cristiano necesita ser liberado de la presencia de un demonio en su cuerpo. Si esta teoría fuera acertada, deberíamos decir que es también contradictorio que los cristianos tengan cáncer u otras enfermedades, ya que en I Pedro 2:24 la Palabra de Dios declara que todas nuestras enfermedades fueron sanadas cuando nuestros pecados fueron perdonados. Los demonios pueden ocupar el mismo lugar o el mismo espacio que ocupa en nuestro cuerpo la enfermedad cancerosa. Los demonios no habitan el espíritu del cristiano, pues éste fue regenerado en el instante del nuevo nacimiento. Es el Espíritu Santo quien habita el espíritu del cristiano y está en unión con él, pero el Espíritu Santo no está en unión con el cáncer ni con los espíritus satánicos que habitan el “atrio exterior” del hombre, que es su cuerpo. Recordemos que cuando Jesús limpió el Templo, echó fuera a los mercaderes del atrio exterior, no del Lugar Santísimo. La Biblia nos enseña que el hombre es el Templo del Espíritu Santo. El Lugar Santísimo del Templo de Jerusalén representa el espíritu del hombre; el Lugar Santo, o atrio intermedio del tabernáculo, representa el alma; y el atrio exterior representa el cuerpo. El hombre necesita salvación en tres dimensiones: espíritu, alma y cuerpo. Asimismo, ¡el ministerio tripartita de Jesucristo suple esta necesidad del hombre! Regeneración, como nuestro Salvador; Restauración del alma como Liberador y Sanidad del cuerpo, como nuestro ¡Jehová—Rapha!

Jesús es el Salvador del espíritu del hombre por el poder de “justificación y regeneración”. Al nacer de nuevo por medio del Espíritu Santo, aunque el cristiano recibe regeneración de su espíritu, muchas veces permanecen en su cuerpo desórdenes y enfermedades físicas. Jesucristo es el Liberador del alma echando de allí demonios engañadores que residen en el cuerpo del cristiano y que obstaculizan y obstruyen el crecimiento espiritual del alma. Estos demonios impiden que el cristiano tenga control total sobre sus decisiones y pensamientos. En el alma están las funciones de la mente, las emociones y la voluntad del creyente y éste es el campo de batalla de los demonios en la vida del cristiano.

El Señor les reveló a los esposos Hammond que la esquizofrenia no es un desorden psicológico que se puede corregir con consejería o terapia. La esquizofrenia, según lo reveló el Señor, es más que una doble personalidad. Se trata de la existencia de dos personalidades distintas e individuales: una, la personalidad real y la otra, la personalidad de un demonio que se esconde detrás de la personalidad real, fingiendo serla. En este caso, la víctima es un prisionero en una guerra espiritual. El engaño consiste en que la víctima cree que ésta segunda personalidad es realmente una parte de la suya y por lo tanto, nunca podrá ser verdaderamente libre sino hasta cuando el ministerio de liberación de Jesucristo pueda penetrar más allá de la telaraña de confusión y destruir a la araña.

Por muchos años en mi ministerio de pastor, pasé largas horas limpiando telarañas por medio de lo que parecía ser consejo sabio y exhortación. Pero ahora, he aprendido que debo buscar y encontrar a la araña por medio del don de discernimiento de espíritus, y echarla fuera en la autoridad del Nombre de Jesucristo, por el ministerio de liberación para que el Espíritu Santo pueda poner, realmente, en libertad a los cautivos.
Pastor Randy MacMillan
Iglesia Comunidad de Fe
Cali, Colombia

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