JESÚS: EL MODELO DE AMOR PARA EL ESPOSO
Fuente: mail de nuestra corresponsal Paolita... gracias
Así como la instrucción de Dios para la esposa es una en todo el Nuevo Testamento, sujetarse, para el hombre encontramos tres. La primera es amar incondicionalmente, dar la vida como Cristo lo hizo. Como puedes ver, tu responsabilidad, por ser cabeza, es mayor. Cristo llegó a la cruz por amor a su esposa, la iglesia, y murió a sí mismo por ella. No hay más grande amor que éste, y a eso nos llamó el Señor como hombres y líderes del hogar. Tu esposa no se negaría a seguir a un hombre así.
Si tú, hombre, quieres ser una cabeza digna de un hogar cristiano, lo primero que tienes que hacer es morir a tus propios deseos. Si Dios te dio autoridad en tu hogar es para que sirvas a tu familia. Pero el que se casa para exigir cosas para sí mismo, no está amando como Cristo.
Me confrontó leer en 1ra de Juan 4.8. La Biblia dice que en esto consiste el amor, en que El me amó primero a mí. Jesús me enseñó que si quería amar a mi esposa como El lo hizo, yo debía ser el primero en manifestar mi amor en mi hogar. El me amó primero, y después de recibir su amor, yo le correspondí. De la misma manera, yo debo amar a mi esposa primero, no esperar lo contrario. Por lo tanto, no puedo tener ninguna excusa como hombre para no ser tierno y amoroso con ella. Jesús no las tuvo conmigo. El me amó primero.
Otro principio importante es sustentar a tu esposa. Pablo dijo que quien cuida y sustenta a su mujer, a sí mismo se ama. El Modelo de Jesús lo encontramos en 2da Corintios 8:9. Este habla sobre el manejo de las finanzas del El para nosotros. Dice que Jesús, siendo rico, se hizo pobre para bendecrinos o enriquecernos. En muchos hogares es el hombre quien trabaja y devenga un salario. En otros, ambos lo hacen. No importando quien lo genere, la Biblia enseña que la responsabilidad del hombre como cabeza en esta área, al seguir el modelo de Jesús, consiste en dejar a un lado sus propios intereses, despojarse y buscar el beneficio de su mujer.
Nuestras finanzas expresan lo que realmente amamos. "En donde está tu tesoro allí está tu corazón" nos enseñó Jesús. Creelo o no, como usas tus ingresos manifiesta lo que hay en tu corazón. Personalmente creo que cuando una pareja se casa debe unir todos sus bienes. No veo cómo una pareja dice que va a compartir toda su vida sin compartir toda sus bienes. La confianza que con mi esposa nos tenemos se demuestra también en esta área. Lo mismo hizo Dios conmigo, confió sus más preciados tesoros en mí. Y cuando tomo desiciones en mi matrimonio, lo hago pensando en bendecir a mi esposa y a mis hijos, aún si esto implica hacerlo sobre mis propios intereses. No importa de donde procedan los recursos que tenemos en el matrimonio, siempre busco el beneficio de mi familia sobre el mio propio. Esto les dice que los amo.
La tercera instrucción es ministrar a tu mujer. Jesús se entregó por su esposa, la iglesia, y la santificó por medio del lavamiento de la Palabra de Dios, y por eso puede presentarse una esposa gloriosa, sin mancha ni arruga. Jesús es responsable de la mujer que se presenta ante El. De igual manera, esposo, tú eres responsable de la esposa que se presenta ante ti. ¿Qué quiere decir esto? La mujer es, por característica propia, alguien que devuelve lo que tú le des, multiplicado. Dale una docena de rosas y te devuelve su agrado; dale un anillo y te entrega un matrimonio; dale un esperma y te devuelve un hijo; dale una casa, y te devuelve un hogar. Pero si la tratas con aspereza te devuelve contiendas y divisiones.
Tu eres responsable del estado de tu mujer. Ella es el reflejo de lo que tú has hecho por ella, es el espejo de lo que te has dedicado a darle. Lo que tú has sembrado, has cosechado. El hombre que se dedica a darle Palabra a su mujer, a cubrirla y a orar por ella, va a recibir una mujer gloriosa, sin mancha y sin arruga, como Cristo.
Esposos: La mujer es la manifestación del bien de Dios. Cuando El te quiso mostrar que era bueno contigo, te dio más que una casa o un carro. Te dio su herencia: una mujer. Ella vale más que el oro y las riquezas del mundo. Ámala, y encontrarás la benevolencia del Señor. Gózate en la mujer de tu juventud, porque esto es don de Dios.
Excelente !!!
ResponderEliminarMuchas gracias .