El Ayuno del Señor
Por: Yiye Ávila
IMPORTANCIA DEL AYUNO
Estamos en los últimos días. El fin se acerca.
Cristo vuelve pronto a la tierra. En breve un pueblo se va con el Señor para el
cielo. Cada cristiano debe entender que no todos los que están en las iglesias
se irán con el Señor sino solamente los que estén preparados. Cristianos llenos
del Espíritu Santo, maduros espiritualmente, apartados del mundo y con fruto
para Dios se irán al sonar la trompeta. Multitud de cristianos verdes se
quedarán. Cada creyente tiene un reto gigante a enfrentar. ¿Estará usted maduro
para el rapto? La opresión satánica es cada día mayor. El diablo trata por
todos los medios de impedir que los creyentes estén preparados. Cada hermano
tiene que dar la batalla. ¿Qué tiene que hacer?
Hace algunos años, cuando aún yo trabajaba en
la escuela, se convirtió uno de mis estudiantes. Lo llevé conmigo a una
predicación en un campo de Camuy y aquella noche Dios lo bautizó con el Espíritu
Santo. Gloria a Dios. Apenas unos días más tarde vino a mi salón de clases y me
dijo: “Dios me dio anoche una revelación y me presentó la Biblia abierta y el
único versículo que podía leer era Joel 2:12”, yo abrí la Biblia en ese lugar y
leí que decía: “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo
vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”. Entiende que Joel capítulo 2 es
un mensaje para los últimos días, y el llamamiento grande de Dios es a
convertirse de todo corazón.
Es un llamado para estar preparados para el
rapto. Un llamado para estar maduros espiritualmente y ser librados de la gran tribulación y la palabra dice que
es con ayuno y llanto y lamento que podremos alcanzar esta condición. En pocas
palabras el llamado grande de Dios al pueblo que se quiere ir en el rapto es
ayuno y oración. Responde hermano a este llamado y prepárate que el tiempo es
corto.
Hace algún tiempo estaba yo sentado leyendo la
Biblia. De pronto me quedé como en un letargo, me encontré delante de una
congregación y les predicaba, ¿hay acaso FE en el pueblo de Dios? No hay
ninguna, pues si hubiera fe estaríamos haciendo las obras que ordenó el Señor.
Por eso el Espíritu Santo llama al pueblo a ayuno y oración. Vi entonces como
la congregación se puso de pie y pasaron corriendo al altar a llorar delante de
Dios. Pasó la visión, pero entendí una vez más lo grande del llamado de Dios a
su pueblo. Gloria a Dios.
Ante este llamado decisivo de Dios, es
importante que cada hermano entienda en forma clara y precisa todo lo
concerniente al ayuno. La Biblia nos enseña y nos da todos los detalles que el
pueblo de Dios debe conocer.
Lo primero que debemos entender es que el
ayuno no es una cuestión de si usted lo desea o no, sino que es un precepto
establecido por el Señor para su pueblo. Cristo lo ordenó y nosotros tenemos
que hacerlo para alcanzar madurez espiritual. El evangelio según San Mateo 9:14
nos relata que los discípulos de Juan el Bautista vinieron a Jesús y le
pregunta-ron porqué sus discípulos no ayunaban. Jesús les dijo: ¿Acaso pueden
los que están de bodas estar de luto entre tanto que el esposo está con ellos?
Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Fíjate bien que mientras Jesús estuvo en persona con los discípulos ellos no ayunaron,
pero Él les dijo que cuando El fuera quitado ayunarían. Ahí el maestro
estableció que su pueblo tendría que ayunar. Joel 2:12 nos explica que para
alcanzar una conversión de todo corazón, con plena madurez y fruto para Dios,
el ayuno es una necesidad y ese es el llamado grande de Dios a su pueblo en
estos días postreros. Cada hermano haga una decisión delante de Dios de ayunar
con la mayor frecuencia y clame a Dios para que el Señor le dirija y le muestre
cuál es el número máximo de días que debe ayunar y en qué forma debe hacerlo,
para alcanzar la plena madurez espiritual que usted necesita para volar con
Cristo cuando suene la trompeta. Gloria a Dios. Explicándoles a los discípulos
de Juan por qué sus discípulos aún no ayunaban. Cristo les dijo: "Nadie
pone remiendo de paño nuevo en vestida viejo, porque tal remiendo tira del
vestido, y se hace peor ¡a rotura . Cristo mostró que el ayuno era para la
nueva criatura, para personas convertidas con convicción de crecer
espiritualmente para servir en plenitud a Dios. Si usted se ha convertido y
anhela dar el máximo de fruto para Dios, el ayuno es instrumento poderoso para
su crecimiento. El ayuno no es para los inconversos, ni para gente camal que
aún no se ha decidido plenamente por el Señor".
En estos días postreros el diablo trata por
todos los medios de impedir que el pueblo ayune. Hablando para los últimos días
Cristo dijo:
Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones
no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga
de repente sobre vosotros aquel día.
Lucas 21:34.
El Señor previno que Satanás pondría
glotonería en el pueblo y afán por lo camal y temporal. Esto haría muy difícil
al pueblo ayunar, orar y consagrarse a Dios para estar preparados para escapar
del juicio que viene. Un siervo de Dios tuvo una revelación y cuenta que el
Señor le habló y le dijo: “Te voy a mostrar cuál es la idolatría de mi pueblo”.
El hermano fue transportad i a una pradera enorme y allí el Señor le mostró la
Iglesia. Millones estaban reunidos y el Señor le dijo: “Fíjate ahora en la
idolatría de mi pueblo”. En ese instante la multitud se postró y parecía
adorar. El hermano vio que frente a ellos había un plato, cuchara y tenedor.
La comida es la idolatría del pueblo del Señor.
En días de rapto y cuando Dios llama a ayuno el diablo trata de poner apetito
desmedido en los creyentes al igual que interés especial en los
entretenimientos carnales. Por supuesto que el plan del diablo es impedir que
tú ayunes y robarte el tiempo que necesitas para afirmarte en Cristo y madurar
espiritualmente. Los creyentes debemos clamar a Dios constantemente por unción
y fortaleza para el ayuno.
Así como la desobediencia de Adán y Eva, al
comer el fruto prohibido fue la causa principal de que el hombre perdiese el
dominio de la tierra, así también el ayuno de Cristo de cuarenta días y noches
hizo posible la restauración del hombre. Vemos que Cristo usó la llave maestra
del ayuno y la oración para restaurarlo todo.
Por causa de la comida Esaú perdió la
primogenitura. Pudo haber sido el padre de la raza escogida, pero su mente
estaba en las cosas terrenas y en el momento de la tentación, prefirió la
comida a la bendición de Dios, y Jacob ocupó su lugar. Génesis 25:31-33. Más
tarde buscó con lágrimas pero pudo recuperar la bendición perdida. La comida lo
arruinó, pero el ayuno al contrario, disciplina el alma y abre
la puerta al cielo.
Durante uno de los ayunos a que Dios me llamó,
el Señor me mostró que el café negro les impide ayunar a multitud de cristianos.
Dios me reveló que el espíritu que impulsa a multitudes al vicio del café negro
es similar al del vicio de cigarrillo. La cafeína en el café es una droga que
afecta los nervios. Además el café irrita el sistema digestivo y puede causar
úlceras. El hábito que causa le hace muy difícil al creyente ayunar. El día del
ayuno les da dolor de cabeza, y en muchas ocasiones tienen que entregar el
ayuno fuera de tiempo. Vale la pena dejar algo que nos impida el crecimiento
espiritual y más aún en días postreros y decisivos como estos. No olvides que
Cristo dijo: “Ellos ayunarán”.
Aparte de nuestro crecimiento espiritual hay
un propósito muy importante en el ayuno. La Palabra dice: “El ayuno que yo amo consiste en esto, soltar las ataduras injustas,
desatar las ligaduras de la opresión, dejar libre al oprimido y romper todo
yugo” Isaías 58:6.
Implica que mediante el ayuno se rompen las
ataduras satánicas. Los pastores que ayunan con este propósito rompen las
trabas del diablo en sus iglesias y Dios les da congregaciones más espirituales
y más numerosas. Los evangelistas que ayunan en forma notable por las almas
tienen más fruto en sus campañas. Muchos más se convierten y se sanan, por
cuanto en el ayuno rompen las ataduras del diablo. Ese es el ayuno que Dios ama,
pues trae salvación a los perdidos. Con ayuno adecuado se rompen las ligaduras
del diablo que atan a tus seres queridos y estos vienen a Cristo y se salvan.
Con el ayuno se obtienen grandes victorias que glorifican a Dios y llenan de
gozo nuestros corazones. Algunos años atrás mi mamá cayó gravemente enferma. Se
oraba por ella pero no parecía mejorar. Por el contrario empeoraba. Las vías
respiratorias se habían congestionado de tal forma que apenas podía respirar.
La infección le afectó la vista y salía pus por sus ojos. Los oídos también se
le afectaron y quedó sorda completamente. Todos creían que le quedaban pocas
horas de vida. El domingo por la mañana yo salía a llevar el programa CRISTO
VIENE a Arecibo, pero al entrar al cuarto de mi mamá pude ver que estaba grave.
Me dijo: "Creo que me voy. Siento que voy subiendo ya". Me arrodillé
y clamé al Señor y le dije: "Si quieres llevártela puedes hacerlo, pero si
no es tu voluntad dímelo". Al instante el Espíritu Santo vino sobre mí y
me mostró que no era la voluntad de Dios, sino que era un ataque del diablo
para cortarla. Esto era fácil de entender ya que mi mamá es una cristiana de
oración que intercede cinco y seis horas diarias clamando por la obra de Dios y
ayuna continuamente a favor de las almas. Al sentir que no era la voluntad de
Dios que partiera, oré a Dios diciendo: “Proclamo ayuno ahora mismo y no como ni
bebo, hasta que mi madre no se levante de esa cama”. En ese instante
entré en una gran batalla para romper el yugo del diablo y usando una de las
formas más poderosas que enseña la Escritura. ¡Qué batalla!
Comencé a gemir en ayuno reprendiendo al
diablo y proclamando salud para mi mamá. En una forma increíble comenzaron a
aparecer hermanos en mi hogar, y muchos de ellos al entrar al cuarto caían de
rodillas gritando. Algunos vigilaban en el hogar clamando. Al cabo del tercer
día de ayuno sin agua ni alimento, mi mamá se levantó de la cama y se sentó en
un sillón. Yo entregué mi ayuno y ella se recuperó totalmente para la gloria de
Dios. Por un ayuno de fe una sacerdotisa de Cristo sigue en acción enviando
perfume hacia el cielo a favor de la obra de Dios. Fue una de las primeras
veces que entré en el ayuno del Señor. No entendía lo que hacía pero en ese
ayuno se salvó la vida de mi madre. Por algo el Señor me dijo: “Significa ayuno
de victoria”. No entregué hasta que obtuve la victoria y en este caso en sólo
tres días la viejecita prácticamente se levantó de entre los muertos.
El Evangelio de San Marcos 9:14-29, nos
muestra que los discípulos no pudieron echar fuera un demonio de un niño
epiléptico. Cristo apareció en la escena y el demonio fue reprendido por Jesús
y el niño quedó sano. Los discípulos le preguntaron al Señor: ¿Por qué no
pudimos nosotros expulsarlo? Les dijo: “Ese género no puede ser expulsado sino
con oración y ayuno”. Está claro que hay demonios que de ninguna manera salen
si no es con ayuno y oración. El ayuno y la oración nos dan la autoridad y
poder para reprender demonios. Cristo dijo: “En mi nombre echaran fuera
demonios” (Marcos 16:17). Es autoridad que el Señor dio a los creyentes, pero
para que se manifieste plenamente hay que ayunar. Si algo necesitamos en estos
días finales y decisivos es poder contra el diablo para así liberar a los
oprimidos. En una ocasión fui con un hermano pastor a visitar un hogar en un
campo de Camuy. Había un joven poseído de demonios. Estaba todo barbudo y
hablaba disparates sin cesar. Le oramos y se quedó igual. El pastor insistió en
que siguiéramos orando pero, yo sentí, que perderíamos el tiempo y le pedí que
nos marcháramos. En el camino le dije: “Sentí que sólo con ayuno y oración pude
ser liberado”. Comencé a ayunar al otro día, e hice cinco días de ayuno
corridos entregando a las seis de la tarde. No es que un día de ayuno se tenga
que entregar obligada y dogmáticamente a las seis de la tarde, pero en esa
ocasión sentí hacerlo así. Después de esos cinco días de ayuno clamando por la
liberación del joven les envíe razón de que lo trajeran al culto de los lunes
en Camuy. Lo trajeron y volví a orar. Aparentemente se quedó igual, pero sentí
decirles: “Llévenlo que ya está bien”. Se lo llevaron y al otro día amaneció
perfectamente bien. Volvió el otro lunes a Camuy y dio testimonio y dijo: “Gracias
a Dios y al hermano que ayunó por mí estoy libre”. La gloria es de Dios y se
cumple su palabra que algunos demonios no salen si no es con ayuno y oración.
Pastores y evangelistas que deseen tener unción especial para echar fuera
demonios, oren y ayunen con frecuencia clamando por el poder de Dios para reprenderlos
y liberar los oprimidos. El ayuno del Señor es la forma más efectiva para
recibir unción especial contra el diablo.
El Evangelio de San Mateo 17:21 nos habla de
la misma escena del niño epiléptico, pero nos añade un detalle adicional muy
importante. Al preguntarle al maestro por qué no habían podido echar fuera el
demonio, Él dijo: “Por vuestra falta de fe y añadió, pues esos nos salen sino
con oración y ayuno". Mostró Jesús que para tener FE había que ayunar y
orar. Por algo Él dijo: que cuando el esposo les fuera quitado entonces
ayunarían. Algunos creyentes no ofrecen un día de oración y ayuno ni una vez al
mes. Con razón hay tan poca FE hoy día en el pueblo de Dios. No olvides que la
Biblia dice: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios". La Biblia
dice también que la fe viene por oír la palabra de Dios. Romanos 10:17. Cada
creyente, debe sacar con la mayor frecuencia posible, un día entero para estar
en ayuno y oración leyendo la Biblia. En esa forma tendremos fe para vencer en
esta carrera de vida o muerte y fe para volar en el rapto de la iglesia. El
problema de muchos cristianos es que no tienen tiempo para lo espiritual.
Tienen tiempo para la televisión, el deporte, el estudio, el trabajo y para
otras actividades temporales, pero no tienen tiempo para el ayuno, la oración y
la palabra de Dios que nos imparte Fe para la Victoria eterna.
Mantén tu ayuno lo más privado posible (Mateo
6:1618). Ora lo más que puedas en los días de ayuno. No pierdas el tiempo
caminando o hablando, ora y lee la palabra para que recibas el máximo del
beneficio. No ostentes nada, ni ayunes para que te vean o te elogien. El propósito es para alcanzar bendición
espiritual, romper los yugos del diablo y ganar almas para Dios.
El libro de Daniel 9:2-3 dice que el profeta Daniel
en ayuno oraba e intercedía por Israel clamando a Dios por misericordia. Te
muestra eso que para interceder por otros, sean los familiares o los vecinos
perdidos, la oración en ayuno es un instrumento poderoso. Muestra la Biblia que
después de la oración y el ayuno de Daniel, un ángel del cielo se le presentó y
le habló y le reveló eventos proféticos a ocurrir. Por medio de la oración tuvo
experiencias especiales con Dios. Dios me llamó a ayunar siete días. Entré en
el ayuno. No sabía que estaba en el ayuno del Señor. Él había revelado el
número de días y su fortaleza estaba sobre mí. La mayor parte del tiempo estaba
sólo con el Señor, orando y estudiando la palabra. En una de las noches Dios me
dio una revelación gloriosa sobre el Rapto. Me encontré predicando el mensaje y
el Espíritu Santo hablaba por mi boca y decía: “¿Con qué compararemos al Rapto
de la iglesia? Es semejante a un agricultor que tiene una finca y está a punto
de recoger la cosecha, pero encuentra que algunos frutos han madurado primero y
dice: He de recogerlos porque podrían caerse y podrían perderse”. Ese es el
Rapto. Frutos maduros del pueblo de Dios serán sacados de esta tierra y
librados de la gran tribulación. (1 de Tesalonicenses 4:16). Hermano, ora y
ayuna para que estés maduro para ese movimiento que se aproxima. Haz lo que
dice la Biblia: Convertíos a mí de todo vuestro corazón con ayuno y llanto y
lamento (Joel 2:12).
El salmo 35:11-13 nos dice que cuando se
levantaron testigos de iniquidad contra David, el varón de Dios entró en ayuno
y clamaba por ellos, pues Dios los enfermó. Observa que en pruebas y
tribulaciones el ayuno es un instrumento poderoso de victoria. En una ocasión
mi hija Doris fue atacada por la terrible enfermedad “baile del San Vito”
conforme a los médicos es un virus que ataca los nervios. En pocos días la niña
estaba casi paralítica. Se le caía todo lo que cogía. Los pies se le cruzaban
al caminar. Se le salía la comida de la boca. No coordinaba ningún movimiento.
Días más tarde hubo que acostarla. Miraba como una lunática y se puso muy
delgada. Su condición era muy triste. Entré en ayuno sin entregar clamando por
ella y reclamando las promesas del Señor. Le ponía la mano encima, reprendía y
los demonios salían. Algunos me entraban a mí y los sentía como agujas
calientes entrar por mi cabeza y tenía que reprenderlos de mí mismo. Seguí en
ayuno y oración sin entregar, por varios días más, reclamando la victoria.
Cristo llevó nuestras enfermedades y dolencias (Mateo 8:17). Sabía que Dios no
podía fallar y reprendía los demonios en el nombre de Jesús. Una noche Dios me
habló y me dijo: “Mañana come sola”. Parecía imposible. La niña no sostenía ni
un papel en las manos. Me levanté muy temprano y oré dándole gracias a Dios por
el milagro. Luego al amanecer le servimos cereal y nos gozamos en el hogar al
ver cómo sostuvo con mano muy firme la cuchara y comió el alimento. Dios nos
había dado una gran victoria. No se usaron medicinas ni se llevó al médico.
Sólo la FE en su palabra y oración y ayuno para reprender los demonios. Dios se
glorificó y nosotros crecimos espiritualmente. En casos de pruebas,
tribulaciones o enfermedades malignas el ayuno y la oración son base fuerte
para poner al diablo bajo nuestros pies, y glorificar y honrar a Dios, como El
merece.
La Biblia nos habla de la trágica ocasión en
que el rey David, siervo de Jehová, cayó en adulterio. En 2 de Samuel 11, nos
dice que Israel estaba en guerra con los amonitas. David envió su gente de
guerra, pero él se quedó en Jerusalén. Mientras sus hombres peleaban la batalla
David descansaba en el palacio. Un día paseaba por el terrado y vio una mujer
hermosa, y le dijeron es Betsabé, mujer de Urías. A pesar de ser mujer ajena la
tomó y adulteró con ella. La mujer quedó encinta y entonces David envió mensaje
para que trajeran a Urías a su casa. Él dijo que no podía dormir en su casa con
su mujer mientras todo Israel dormía en tiendas en el campo de batalla. David
lo envió de nuevo al frente de combate y escribió carta dando instrucciones de
que colocaran a Urías al frente en lo más recio de la batalla y que se
retirarán de él para que muriera. Urías murió en el combate y David se trajo su
mujer, quien dio a luz un hijo. Esto fue desagradable ante los ojos de Jehová y
Dios envió al profeta Natán con el mensaje de juicio para Israel. El niño
nacido del adulterio enfermó gravemente. David rogó a Dios por el niño; y ayunó
David, y pasó la noche acostado en tierra, (vigilia). Siete días estuvo en el
ayuno clamando pero al séptimo día murió el niño. Al oír que el niño había
muerto David se levantó y terminó el ayuno.
El que lea entienda que en un problema serio
David usó el arma más poderosa que él conocía, el ayuno y la oración y entró en
el ayuno del Señor por cuanto no entregó hasta que Dios le sanara el niño, pero
por cuanto no era la voluntad de Dios sanarlo, el Señor se lo llevó. Al morir
el niño, David entregó el ayuno y se alimentó. Siete días duró el ayuno y en
ese tiempo el rey no hizo otra cosa sino llorar tirado en el suelo delante de
Dios hasta que Dios hizo su voluntad con el problema. Era el ayuno del Señor,
pues David no entregó hasta que Dios no contestó. Hay algo muy importante que
debemos notar en toda esta enseñanza. Israel combatía al enemigo, pero David se
quedó descansando en el palacio y cayó en adulterio. Si hubiese estado en la
batalla no hubiese cometido tan grande pecado.
Hoy es igual. El pueblo de Dios está en
batalla final y decisiva contra el diablo. No hay tiempo para vacaciones, ni
para entretenimientos carnales de ninguna clase. No es tiempo de las iglesias
estar en picnic, ni en actividades sociales, no es tiempo para los siervos de
Dios estar estudiando. Es tiempo de batalla. Libramos la última gran batalla.
Vistámonos con toda la armadura de Dios. No olvidemos que las armas nuestras,
no son carnales, sino poderosas en Dios, u Corintios 10:4). Usemos las armas de
la fe y el poder contra el diablo, el ayuno y la oración. Saquemos tiempo
frecuente para apartamos con Dios en ayuno y oración y lectura de la Palabra.
Clama a Dios para que te guíe al máximo de oración y ayuno que es su voluntad
para tu vida. No cojas vacaciones espirituales porque estamos en los últimos
tiempos. Esfuérzate y sé valiente y conquista la victoria. Que al sonar la
trompeta vueles con Cristo para el cielo.
En 2 Corintios 12:9 la Biblia dice que el
Señor le habló al apóstol Pablo y le dijo: “Bástate mi gracia, porque mi poder
se perfecciona en la debilidad”. En el ayuno, nos debilitamos en lo físico. La
carne se debilita, pero lo espiritual se agiganta y el poder de Dios se puede
manifestar sobre nosotros. Cuando somos débiles entonces somos fuertes. En el
ayuno el cuerpo se limpia de impurezas y se torna más receptivo a lo
espiritual. Todos los hombres de Dios más usados en su obra fueron siervos que
oraron y ayunaron y buscaron fervientemente el rostro de Dios. El Señor no ha
cambiado y su método es el mismo. ¿Quieres poder de Dios? Ora y ayuna y serás
lleno de su Espíritu.
El profeta Daniel 9:2 nos dice, que el siervo
de Dios estudiaba la Palabra en ayuno. Días de ayuno para interceder y estudiar
la Palabra son de grande bendición para la obra de Dios. Pastores y
evangelistas deben sacar días completos para apartarse con Dios en ayuno, a
interceder por el pueblo y a estudiar la Palabra de Dios. Muchas almas se
salvarían y traerían mensajes ungidos que tanto necesita hoy en día el pueblo
cristiano y los pecadores. En muchas ocasiones Dios me ha llamado a encerrarme
con Él para estudiar la Biblia. En esos días de ayuno Él me ha dado algunos de
los mensajes bíblicos que han estado llevando bendición al pueblo de Dios y
trayendo miles de almas a los pies de Cristo. En algunos de esos días encerrado
en ayuno, el Espíritu Santo venía sobre mí y explicaba en detalle pasajes
bíblicos que yo no entendía. Estudia hermano la Biblia en ayuno y oración para
que testifiques con autoridad a los perdidos y ganes almas para el Señor.
En el ayuno servimos a Dios. Lucas 2:37 dice
que Ana, la profetiza era una viuda como de ochenta años que vivía en el templo
y servía a Dios en sus ayunos y oraciones de día y de noche. Dios la honró pues
cuando el niño Jesús fue traído al templo por José y María, el Espíritu lo
reveló a Ana y ella llena de gozo dio testimonio al pueblo del Redentor.
Es importante observar que Ana tenía ochenta
años de edad y sin embargo ayunaba continuamente. Mi mamá tiene sesenta y siete
años de edad en la actualidad (tiempo en que escribo este libro) y
recientemente entró en el ayuno del Señor y Dios la guió a los catorce días sin
entregar. Moisés ayunó cuarenta días y cuarenta noches y tenía ya más de
ochenta años de edad. La Biblia dice que en la vejez daríamos frutos aún,
llenos de savia y vigor. No importa la edad, el ayuno es una necesidad para el
creyente y una gran bendición para la salud.
Así como los ancianos pueden ayunar, también
es posible el ayuno a temprana edad. El pequeño David Waker tenía cinco años de
edad y estaba a punto de quedar ciego. Entró en ayuno tres días sin entregar.
Se fue a orar a un bosque junto a otros niños. Al tercer día del ayuno oraba
intensamente. Dios derramó su poder y lo bautizó con el Espíritu Santo. Fue
sanado instantáneamente y regresó a la casa gritando de alegría. A los nueve
años de edad Dios lo llamó a predicar. Su padre aún antes de él nacer había
hecho catorce días de ayuno sin entregar clamando por las almas perdidas. Dios
salvó almas, pero también le dio un hijo predicador usado poderosamente en los
Estados Unidos.
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