El Ayuno del Señor
Por: Yiye Ávila
TIPOS DE AYUNO
El ayuno parcial es un ayuno bíblico. Daniel
10:2 dice que el profeta ayunó tres semanas en un ayuno parcial. No comió
manjares delicados, ni carne, ni vino. ¿Qué comió? La Biblia no lo dice, pero
probablemente jugos de fruta. Nota que fueron veintiún días de ayuno parcial y
Daniel recibió revelación y visitación especial de Dios.
Algunos evangelistas usan este tipo de ayuno
durante los días de campaña. Sólo usan jugos de fruta cada tres o cuatro horas
y así tienen casi todo el día para orar y leer la Palabra y mantienen la
energía para ministrar. No hay duda que esto es de gran bendición. Personas que
tienen mucha dificultad para ayunar pueden hacer ayunos parciales mientras claman a Dios para que les dé unción y
fortaleza para los ayunos completos.
El ayuno parcial no es por supuesto
substituto total para el ayuno completo que es lo más efectivo y lo que fue
practicado por los siervos de Dios en los días bíblicos.
UN DIA DE AYUNO
Es bíblico hacer un día de ayuno para alcanzar
crecimiento espiritual u otras bendiciones del Señor. En los días de la ley
había un día al año señalado para ayuno, el décimo día del séptimo mes. Era una
santa convocación y el pueblo se afligía delante de Dios y ofrecía ofrenda
encendida a Jehová. Nadie trabajaba en ese día y el pueblo se reconciliaba con
Dios. Era un día de reposo y el pueblo se afligía delante de Dios. El ayuno
comenzaba el día noveno por la tarde y terminaba el día décimo por la tarde. De
seis de la tarde hasta las seis de la tarde al otro día era el ayuno. Un total
de veinticuatro horas. Levíticos 23:27-30. Fíjate que en ese día de ayuno el
pueblo se dedicaba exclusivamente a Dios. Nadie trabajaba. El pueblo se afligía
delante de Dios y se reconciliaba con el Señor. Sería maravilloso que las
iglesias ofrecieran a menudo un día de ayuno al Señor. El pastor y toda la
congregación en el templo llorando delante de Dios y buscando su rostro en
oración. ¡Cuántos se llenarían del Espíritu Santo y serían transformados por
Dios! Un reto para nuestras iglesias.
En una ocasión enfrenté un problema muy serio
y decidí ofrecer un ayuno de un día al Señor. Me encerré ese día a las seis de
la mañana y estuve orando y clamando hasta el otro día a las seis de la mañana.
Casi no dormí esa noche para aprovechar el ayuno al máximo. Era un ayuno muy
similar al ayuno judío de veinticuatro horas en total comunión con Dios. Apenas
pasó un día después del ayuno cuando Dios me dio varias visiones que me
mostraban la forma como el problema sería solucionado. Pocos días después
sucedió exactamente como Él me mostró en las visiones, y el problema se
solucionó. Gloria a Dios.
El libro de Jueces 20:26 nos dice:
Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el
pueblo vinieron a la casa de Dios; lloraron y se sentaron allí en la residencia
de Jehová, ayunaron aquel día hasta la noche.
En este ayuno el pueblo clamó delante del
Señor hasta por la noche. Es un ayuno muy similar al ayuno de un día que
ofrecen los cristianos en la actualidad. No pasemos por alto que el pueblo
lloraba delante de Dios y dedicó todo ese día hasta el anochecer al Señor.
Entre los cristianos el día de ayuno más común empieza a las seis de la mañana
y termina a las seis de la tarde de ese día. Un ayuno así puede ser de gran
bendición si tratamos de estar el mayor tiempo posible en oración a Dios y en
lectura de la Palabra. Al hacer un día de ayuno de esta naturaleza siempre he
sentido hacerlo sin agua. Deseo explicar claro esto del agua, aunque más
adelante entraremos en más detalles sobre ello. La palabra ayuno significa
abstinencia de alimento. En palabras sencillas cuando se ayuna, no se puede
usar ninguna clase de alimento En un ayuno total, que es lo usual, no se puede
usar jugos, ni café, ni gomas de masticar, ni nada que tenga algún alimento. El
agua, sin embargo no es alimento. No tiene nutriente alguno.
Cualquier médico podría decirte que el agua es
solamente la que se encarga de transportar las substancias del cuerpo por la
circulación de la sangre. En un día de ayuno lo más sensato es hacerlo sin agua
ni alimento para que el sacrificio sea mayor, pero si se usara agua por alguna
necesidad especial, esto no rompería el ayuno. Otro detalle importante a
mencionar es el hecho que aunque lo ideal es hacer el día de ayuno desde las
seis de la mañana a las seis de la tarde, si tuviéramos que entregar antes de
las seis de la tarde, por alguna razón especial, lo podríamos hacer y por lo
menos habríamos ayunado algo, y si se acompaña con bastante oración, Dios nos
premiará por ello. Lo importante es que seas dirigido por el Espíritu Santo.
Cuando ores durante el ayuno clama al Señor
para que Él te guíe a Su plena voluntad y te muestre lo que debes hacer. En
ocasiones, durante las campañas he sentido entregar ayunos a las cinco de la
tarde para luego viajar hacia la campaña. En otros casos al llegar a las seis
de la tarde he sentido prolongar el ayuno por un rato más y he entregado por la
noche. La Biblia dice que el Espíritu Santo nos guiará a toda verdad y a toda
justicia. Un punto final de extrema importancia es el que vamos a mencionar
ahora. Si usted propone en su corazón o siente la necesidad de hacer un día de
oración y ayuno, dele oportunidad a Dios de convertir ese ayuno en el ayuno del
Señor. ¿Qué tiene que hacer? Durante ese día de ayuno clame continuamente a
Dios que le dirija y si no es su voluntad que tú entregues a las seis de la
tarde, que te indique hasta cuándo tú debes seguir tu ayuno. Tú oras, y si a
las seis de la tarde, tú notas que estás fuerte, y sin deseos de entregar, no
lo hagas, sigue el ayuno orando y clamando y pidiéndole a Dios que te revele
cuándo debes entregar. En esa situación ya tú estarás en el ayuno del Señor
dirigido por El, y dispuesto a no romper el ayuno hasta que Dios te lo revele.
Puede que Dios convierta el ayuno de un día en uno de dos, de tres, o de más
días, Él es quien debe dirigirte e indicarte.
AYUNO SIN AGUA
Hemos mencionado que el agua no es alimento y
que al usar agua en el ayuno, no rompe el ayuno. Sin embargo, en la Biblia nos
muestra ayunos sin agua y. puede que Dios te dirija a ello en alguna ocasión yo
hice tres días corridos sin agua ni alimentos y mi madre moribunda se levantó y
recibió nueva vida. Uno de los ayunos bíblicos sin agua ni alimento fue el
ayuno hecho por el apóstol Pablo acabándose de convertir. El libro de los
Hechos 9:1-20 nos dice que cuando Saulo De Tarso se dirigía a Damasco a apresar
a los cristianos, Jesús se le reveló en el camino. Saulo cayó del caballo y
quedó ciego, pero el Señor le dijo que entrara en la ciudad y se le diría lo
que había de hacer. Por tres días estuvo Saulo privado de la vista y no comió
ni bebió. Encerrado en ayuno y oración Saulo clamaba a Dios arrepentido de sus
maldades. En esa situación Dios envió a Ananías el cual le impuso las manos. Al
instante cayeron de sus ojos como escamas y recobró la vista; fue lleno del
Espíritu Santo y se levantó y fue bautizado en las aguas. Después entregó su
ayuno y se fortaleció con alimentos.
Notamos que acabándose de convertir a Cristo
ayunó tres días sin agua ni alimento y Dios lo llenó del Espíritu Santo, lo
bautizaron en agua y al cabo de pocos días comenzó a predicar la palabra de
Dios. El fruto de ese ayuno sin agua ni alimentos fue glorioso. Esto nos
muestra que no es prudente desanimar a algunos recién convertidos que sienten
ayunar. El ayuno no es para inconversos pero algunos que hacen profesión de fe
lo hacen con tal profundidad que el Espíritu Santo puede guiarlos a orar y
ayunar inmediatamente para usarlos como usó a Pablo. En estos últimos días esto
puede ser muy común, dado lo inminente del Rapto de la iglesia.
Al salón donde trabaja el grupo “Cristo viene”
en mi ministerio, vino hace poco una jovencita y aceptó a Cristo. Pocos días
después nos dijo que sentía ayunar. La orientamos y entró en ayuno y completó
cinco días sin entregar. Está firme y gozosa y llena de Espíritu Santo en la
iglesia de Camuy y ya se ha ganado a otras almas para Cristo.
El libro de Éxodo 34:28 nos habla de otro
ayuno sin agua ni alimento. Moisés subió al monte Sinaí y habló cara a cara con
Jehová. Moisés estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches sin comer
ni beber. Dios le dio allí las tablas de la ley y al bajar del monte los hijos
de Israel notaron que la piel de su rostro se había hecho radiante, por lo cual
tuvieron miedo de acercársele. Es algo increíble que pudiera un ser humano
resistir cuarenta días de ayuno sin agua ni alimento, pero Moisés estaba todo
el tiempo junto a Jehová, y sus fuerzas le sostenían. Estaba en el ayuno del
Señor. Moisés ayunaba pero Dios le fortalecía. Dios le llamó al ayuno y Moisés
ayunó el tiempo que Dios le guió. Estaba en el ayuno del Señor. La bendición fue
tan grande que al bajar del monte hasta el rostro le brillaba.
En un ayuno de varios días sin entregar lo
normal es usar agua de vez en cuando. A menos que Dios nos llame al ayuno sin
agua, debemos usarla. El agua transportará los desperdicios a los órganos de
excreción y hará posible que se disuelvan los ácidos que segrega el estómago.
El usar agua, por supuesto no rompe el ayuno.
En una ocasión Dios me llamó a ayunar ocho
días sin agua ni alimento. Pensé lo difícil que sería. Yo era maestro de
biología y entendía muy bien que sin agua peligraba hasta mi vida pero como
Dios me llamó, yo obedecí. Cuando Dios te ordene no titubees, obedécele que Él
sabe lo que hace. Comencé el ayuno encerrado en una habitación en mi hogar.
Oraba y leía la Biblia continuamente. Como al cuarto día de ayuno me sentí muy
mal. Sentí que la falta del agua era la causa principal. No sentía fuerzas ni
para arrodillarme pero me acomodé como pude y clamé a Dios. De pronto comenzó a
caer sobre mí una llovizna. El agua entró por mi piel y yo escuchaba el ruido
que hacía semejante a un manantial, moviéndose por entre las rocas. A medida
que el agua entraba en mi cuerpo yo me iba sintiendo bien. Al terminar la
gloriosa experiencia yo estaba plenamente restaurado. Aleluya. Pocos días después
volvía a sentirme mal y Dios volvió a ponerme el agua de nuevo. Al terminar los
ocho días me sentía muy bien y entonces Dios me mostró que me había puesto el
agua en dos ocasiones para mostrarme que el agua no rompía el ayuno. De ahí en
adelante el Señor nunca más volvió a llamarme a ayunar sin agua.
AYUNO CON AGUA
En un ayuno de varios días corridos sin
entregar, lo común y lo prudente es usar agua. A menos que Dios no te haga un
llamado especial de ayunar sin agua, debes usarla en ayuno de varios días.
En Mateo 4:1-2 la Biblia dice: Entonces Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y
después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Siempre
me había preguntado si este ayuno sería con agua o sin agua. Una vez un siervo
de Dios me dijo: “Tuve una revelación y vi a Jesús en los días de ayuno en el
desierto. De pronto aparecieron ángeles y le trajeron agua y vi cuando Él
extendió su mano y la tomaba”. Yo sentía la presencia del Señor mientras él me
contaba. Marcos 1:13 me dice que en sus cuarenta días en el desierto los
ángeles le servían. Algo tenían que servirle. El hermano vio en la visión que
le traían agua.
La Biblia muestra algo más, pues dice que al
terminar Jesús los cuarenta días de ayuno tuvo hambre. No dice que tuvo sed,
sino hubiese sentido sed primeramente, después de cuarenta días. Por supuesto
hemos repetido ya varias veces que el agua no es alimento. Este es un
conocimiento muy importante ya que muchas personas no ayunan más de un día porque
no pueden hacerlo sin agua. Por supuesto esto le priva de alcanzar grandes
bendiciones en ayuno de varios días, pero al entender que pueden usar agua,
muchos ayunan los días que Dios les dirige y reciben gloriosas bendiciones del
Señor.
La mayor parte de las veces que Dios me ha
llamado a ayuno de días ha sido con agua. No hay una cantidad específica de
agua a usarse, ni una cantidad de veces al día a tomarla, sino que tú debes
pedirle al Espíritu Santo que te dirija y usarla conforme sientas. No debe usarse
agua muy fría. Es preferible agua fresca ya que el frío podría afectar et
estómago en la situación de ayuno.
En una ocasión me invitaron a predicar en una
campaña con una pequeña iglesia en un campo de Camuy. Comencé a orar por la
campaña en forma especial. La iglesia tenía muy pocos miembros y el que no
mascaba tabaco, fumaba. Era un barrio, lleno de espiritismo y de romanismo. En
una vigilia de oración Dios me reveló que el diablo tenía autoridad total en
aquella congregación. Sentí encerrarme en ayuno para romper las trabas del
diablo. Propuse estar cuatro días apartado con el Señor. La habitación tenía un
aire acondicionado que me mantenía el ambiente fresco. Apenas pasó el primer
día de ayuno el aire acondicionado se dañó. El calor era insoportable. El sudor
corría por todo mi cuerpo. Usaba agua conforme sentía pero creí que no podría
resistir encerrado por cuatro días en aquel calor. En lo más difícil de la
situación oraba sin cesar y de pronto sentí una persona detrás de mí. Sentí
cuando llegó bien cerca de mi persona y según yo oraba él decía: “Por Jesús”.
Yo seguía orando y él seguía diciendo: “Por Jesús”. Era un ángel que yo había
visto en otra ocasión junto a mí. Con esa ayuda maravillosa resistí los cuatro
días clamando por las almas en el lugar de la campaña. Terminé el ayuno y di la
campaña. Como cuarenta almas vinieron al Señor. Muchos fueron llenos del
Espíritu Santo y la pequeña iglesia quedó llena de almas. El sector quedó
conmovido. La oración y el ayuno rompió los yugos del diablo y Dios nos dio una
gran victoria. En el calor horrible de la pequeña habitación yo no hubiese
resistido los cuatro días de ayuno si no hubiese usado agua y si Dios no
hubiese enviado un ángel a fortalecerme. Gloria a Dios por su grandeza.
AYUNO DE CONGREGACION
El libro del profeta Joel 2:15 dice: “Tocad
trompeta en Sion proclamad ayuno convocad asamblea”. Es ayuno de congregación y
la Biblia añade: “Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los
ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio,
y de su tálamo la novia”. El verso 17 añade que el ayuno es para interceder por
el pueblo para que Jehová no abandone al pueblo y lo perdone de todo pecado. La
palabra añade, verso 21, que entonces Jehová hará grandes cosas y el verso 23
dice: “Y hará descender lluvia”. Este capítulo de Joel es para los últimos días
y nos muestra que para el tiempo del Rapto habría un llamamiento grande de Dios
a las iglesias a entrar en ayuno. El llamado es tan solemne que la palabra
demanda que aun los niños de pecho y los recién casados entren en el ayuno. Es
ayuno para orar e interceder por toda la iglesia para que ninguno se pierda.
Las iglesias que en estos días postreros respondan a ese llamado y entren
completas en el ayuno, se llenarán del poder del Espíritu Santo y los miembros
se santificarán y estarán preparados para el Rapto. Esto no es cuestión del
hombre, sino llamado solemne y decisivo de Dios a todas las iglesias.
En esta forma la tibieza, la vanidad y la
comodidad en tantos creyentes modernos serán extirpadas y podrán escapar de la
ira que viene. Ninguna iglesia tendría excusa en seguir en mediocridad
espiritual cuando la Biblia nos ordena hacer este ayuno de toda la congregación
para El colmar la iglesia de su Espíritu. Ya es tiempo que las iglesias comiencen
a proclamar ayunos como este para que Jehová limpie la grey. Un ayuno de toda
la iglesia desde las seis de la mañana hasta la seis de la tarde y todos en el
templo orando y llorando delante de Dios, obraría maravillas en la
congregación. Pronto será tarde. Ahora es el tiempo aceptable. Cristo viene. Si
las congregaciones no se deciden a tiempo a hacer lo que Dios ha prescrito,
millares de cristianos tibios y mundanos se quedarán en la gran tribulación.
Los pastores que conociendo esta verdad no se deciden a obedecer el llamado de
Dios, serán responsables por la multitud de hermanos, que se perderán en sus
iglesias. Ninguno de los cristianos de las iglesias que dedican horas diarias a
la televisión y están saturados de literatura, música mundana y deporte están
en la voluntad de Dios. Tienen que arrepentirse y apartarse del mundo para
nacer de nuevo. Sólo un poderoso
derramamiento del Espíritu Santo puede rescatarlos a tiempo. El ayuno de
congregación es la respuesta para la situación actual de las iglesias cristianas.
Es el llamado de Dios a las iglesias. El que tenga oído oiga y responda al
llamado.
Cuando Dios me envió en enero de 1973 a la
República Dominicana con el mensaje del ayuno del Señor, hubo iglesias enteras
que entraron en el ayuno. Recibí testimonios de pastores que me decían que
estuvieron a punto de dejar la iglesia por problemas, pero al entrar en el
ayuno Dios resolvió todo. Otros me escribieron que los dones del Espíritu
empezaron a manifestarse en la iglesia, después del ayuno. Otra iglesia me
informó que muchos fueron llenos del Espíritu y muchas hermanas se alargaron
los trajes. Es el fruto de la oración y el ayuno para las congregaciones.
EL AYUNO TRABAJANDO
Muchas personas me han preguntado si se puede
ayunar mientras se trabaja. Lo ideal es apartarse sólo con el Señor para orar y
leer la palabra, pero hay personas que les gustaría ayunar con más frecuencia y
la única forma de hacerlo sería ayunando en los días de trabajo. Creo que es
muy importante que hablemos sobre esto en detalles. Durante los primeros siete
años de mi ministerio yo trabajé como maestro en la escuela superior de Camuy.
En muchas ocasiones sentí el llamado de Dios a ayunar en los días de trabajo.
En esos días me levantaba muy temprano y oraba casi hasta las ocho de la mañana
cuando marchaba para la escuela. Al regresar al medio día oraba de nuevo y por
último cuando salía del trabajo como a las cuatro de la tarde oraba y leía la
Biblia hasta el anochecer. En esa forma a pesar de estar trabajando hacía como
cuatro horas de oración al día y presentaba el ayuno al Señor por la campaña o
por mi crecimiento espiritual. Aun trabajando me mantenía en especial comunión
con el Señor y oraba hasta en el pensamiento.
En una ocasión tenía una campaña en Ciales.
Allí aún no había ni un templo cristiano, pero se estaba abriendo obra. El
reverendo Israel Laureano me invitó para la campaña. Sentí ayunar por varios
días sin entregar, para bendición especial de esa campaña. Dios me fortaleció
en una forma increíble y ayuné cinco días corridos sin agua ni alimento
mientras trabajaba en la escuela. Aún en el salón de clase estaba en comunión
con Dios y oraba en el pensamiento clamando por las almas. La campaña fue una
gloriosa victoria. Un buen grupo de almas vino al Señor y Dios obró grandes
milagros en la plaza de Ciales. Siempre he notado que cuando logro hacer varios
días de ayuno corridos sin entregar, y acompañados de oración abundante,
alrededor de siete horas diarias, los frutos de la campaña son mucho mayores de
lo común. Todo siervo de Dios que quiere campañas de gran bendición haga varios
días de oración y ayuno corridos, sin entregar, antes de la campaña. Es la
fórmula de la victoria en el evangelismo y en cualquier ministerio. Gloria a
Dios.
Si usted siente ayunar en los días de trabajo, hágalo pero ore en esos días
lo más posible. Por supuesto trata de ofrecer con frecuencia ayunos en días en
que puedas apartarte todo el día con el Señor. Son días finales y hay que hacer
el máximo para alcanzar la plena madurez espiritual para irnos en el Rapto.
Es una bendición este apartado. Dios nos bendiga más.
ResponderEliminarGracias por tan valiosa enseanza
ResponderEliminarGloria a DIOS por éstas enseñanzas
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