Marzo 16
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
Lo que aprendisteis y recibisteis y
oísteis y visteis en mí, esto haced; y el
Dios de paz estará con vosotros.
Filipenses 4:9
Cosa excelente es poder imitar a una per-sona con provecho, como por ejemplo al apóstol Pablo. ¡Ojalá pudiéramos imitarlo hoy y todos los días de nuestra vida!
Si con la ayuda de Dios ponemos en prácti-ca las enseñanzas de Pablo, podemos reclamar el cumplimiento de la promesa que se nos hace en su exhortación. ¡Y qué prome-sa! Dios, que ama la paz, que es el Autor de la paz y que inspira paz, estará con nosotros. «Paz a vosotros», he ahí una magnifica bendición. Pero mucho más rica bendición es saber que con no-sotros está el Dios de Paz. De este modo tenemos el manantial con todos sus riachuelos, el Sol con todos sus rayos. Si el Dios de paz está con nosotros, gozaremos de esta paz que sobrepuja todo entendimiento, aunque las circunstancias exteriores se conjuren para destruirla. En las contiendas de los hombres, no-sotros podremos convertirnos en pacificadores, si el autor de la paz está con nosotros.
La auténtica paz se halla en el camino de la verdad. Y si con el pretexto de extenderla abandonamos la fe o nos apartamos del camino de la justicia, caeremos en un gravísi-mo error. Ser primeramente puros y después pacíficos, tal es el orden de la sabiduría y de la verdad. Mantengámonos en la sen-da trazada por Pablo, y el Dios de paz estará con nosotros como lo estuvo con el apóstol.
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