Marzo 22
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
Y da gracia a los humildes.
Santiago 4:6
Los corazones humildes buscan la gracia y
la alcanzan. Los corazones humildes se someten a su dulce influencia,
y por eso se les concede con mayor largueza. Los corazones
humildes habitan en los valles donde corren los arroyos
de la gracia, y beben de sus aguas con abundancia. Los corazones
humildes agradecen esta gracia y glorifican a Dios por ella.
Por eso, quedarle agradecido está en consonancia con la honra
de Dios.
Ven, querido lector, y acepta un lugar humilde.
Hazte pequeño a tus propios ojos para que el Señor pueda
hacer contigo grandes cosas. Tal vez digas: «Temo no ser
bastante humilde». Este lenguaje puede ser el de la humildad.
Algunos se envanecen de su humildad, lo cual es el peor de los
orgullos. Somos menesterosos, inútiles, indignos, merecedores
del infierno, y si no somos humildes, deberíamos serlo. Humillémonos
por haber pecado contra la humildad, y gozaremos
del favor del Señor. La gracia es la que nos hace humildes, y la
que en esta humildad nos brinda ocasión para derramar mayor
abundancia de gracia. Humillémonos para que seamos levantados.
Seamos pobres en espíritu para que el Señor nos enriquezca.
Seamos humildes para que no tengamos que ser humillados,
sino que, por el contrario, por la gracia de Dios seamos
ensalzados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gracias por tu comentario