Marzo 31
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
No tendrás temor de pavor repentino,
ni de la ruina de los impíos cuando
viniere, porque Jehová será tu
confianza, y él preservará tu pie de
quedar preso.
Proverbios 3:25-26
Cuando Dios juzga, no quiere que su pueblo
se atemorice. Dios no viene para perjudicar, sino para defender
a los justos.
El Señor quiere que te muestres valiente.
Los que gozamos de la presencia de Dios, deberíamos demostrar
una gran fortaleza. El Señor puede venir de repente, por eso no
deberíamos ser sorprendidos por ninguna cosa repentina. La serenidad
en el peligro y en medio de las calamidades es un don
precioso del amor divino.
El Señor quiere que sus escogidos tengan
discernimiento para comprender que la ruina de los impíos no
es una calamidad para el mundo. La única calamidad es el pecado,
el castigo que le sigue es como la sal que impide la corrupción
de la sociedad. Deberíamos indignarnos mucho más contra
el pecado que nos merece el infierno, que no contra el mismo
infierno, que es consecuencia fatal del pecado.
Asimismo, el pueblo de Dios debe manifestar
la quietud de su espíritu. El diablo y su simiente están llenos
de engaño; mas los que están con Dios jamás caerán en sus lazos
seductores. Sigue adelante, tú que crees en Jesús, y deposita
en Jehová toda tu confianza.
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