Devocional Día 133
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
Entendiendo el ayuno
RESULTADOS DEL AYUNO
Soluciones a situaciones difíciles
Tercero, a menudo el ayuno brinda soluciones a situaciones difíciles o a la vida de aquellos que se resisten al Evangelio. En el primer capítulo de Joel, leemos:
La vid está seca, y pereció la higuera; el granado también, la palmera y el manzano; todos los árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo de los hijos de los hombres. Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación. Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a los moradores de la tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová (Joel 1:12-14).
Este pareciera un pasaje de las Escrituras un tanto deprimente, ¿no es así? Éste habla de todas las cosas que faltan. Todo salió mal y nada funcionaba para los israelitas. No obstante, el Señor tenía la respuesta. Él dijo: "Proclamad ayuno...[solemne, NVI]". De igual forma, cuando las cosas están duras, cuando usted no recibe solución o nada parece salir bien en su vida, Dios dice: "Deja todo y conságrate. Ven a Mí". Joel 2:12-13 nos expresa el resultado de buscar de Dios:
"Por eso pues, ahora", dice Jehová, "convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo".
En otras palabras, en Joel 2:18-32, Dios dijo: "Después de que ayunes, prepárate, porque algo bueno ocurrirá. Comienza por hacer algarabía porque Me estoy preparando para darte la solución". Veamos una porción de ese pasaje:
Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gózaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros (Joel 2:21-25).
Este es el mismo capítulo en el que Dios profetizó sobre el derramamiento de Su Espíritu en los últimos tiempos:
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días (vv. 28-29; véase Hechos 2:16-18).
El resultado de un sincero ayuno y de una sincera oración es que Dios responde, trayendo liberación y bendición.
No siempre la oración es suficiente. Algunas veces solamente el orar junto con el ayunar puede traer liberación.
¿Alguna vez ha orado y confiado en Dios por algunas cosas y por mucho tiempo? Probablemente usted necesite incluir el ayuno en sus oraciones. Yo me preguntaba por qué mi madre le decía a mis hermanos, a mis hermanas y a mí: "Todos ustedes serán salvos. Estoy ayunando por todos ustedes". Con mucha frecuencia mi madre ayunaba. Ella decía de uno de sus hijos, "él corre y se mete en problemas. Tengo que ayunar". Ella le llamaba al ayuno "pagar el precio por su hijo". Hoy en día, cada uno de sus once hijos es nacido de nuevo. Antes de pasar a la presencia del Señor, ella los vio a todos ser salvos. El orar no es suficiente para algunos hijos. Ellos son tan duros que usted tiene que ir un poco más profundo para que ellos puedan ser libertados.
Quizás usted ha confiado en Dios por años para que ciertos miembros de la familia, amigos y conocidos lleguen a Cristo. Es posible que los espíritus malignos del enemigo, los cuales los están engañando, no los dejen a menos que usted añada ayuno a sus oraciones. O quizás usted ha orado por una solución en su lugar de trabajo. Usted también puede ayunar por esa situación. Usted podría decirle a Dios, "Padre, me estoy consagrando. Estoy apartándome para esta situación en mi trabajo". Cuando usted "pagué el precio" orando y ayunando, Dios responderá.
Cuando nos consagramos, necesitamos ser cuidadosos de no impedir la efectividad de nuestro ayuno. Éste debe llevarse a cabo con el espíritu correcto. Isaías 58 nos indica cuál es el ayuno correcto o incorrecto. En el versículo tres, Dios citó a los israelitas: "¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?". Su respuesta fue:
He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto (vv. 3-4).
¿Cuál era el problema con el ayuno de los israelitas? Era catalogado como injusto por los demás y terminaba en "contiendas y debates". Me imagino que ellos dirían algo como, "¿notaste que fulano de tal rompió su ayuno?" o "yo ayuno más que tú". Ellos competían entre sí—aun en los asuntos espirituales. Eso es contender.
Cuando Dios dice: "Proclamad ayuno, convocad a asamblea" (Joel 1:14), Él está diciendo: "Llamen al pueblo a dejar sus deberes cotidianos y a que ayunen como un deber santo delante de Mí". Si alguien quiere ser serio con Dios, él debe demostrar su compromiso al hacer las cosas que debe hacer—con la actitud correcta. Si hacemos "lo que queremos" cuando ayunamos, en vez de buscar y obedecer a Dios, Él nos dirá, "¿esperas que Yo conteste tus oraciones teniendo tú esa actitud?".
"Esto no es un juego. O ayunas o estás en cierto tipo de dieta. Si estás a dieta, puedes ver la televisión, jugar en la computadora o hacer lo que te plazca. Sin embargo, si vas a consagrarte delante de Mí, entonces debes apartarte y buscarme a Mí y no a tus propios intereses". Eso es lo que debemos hacer si queremos que nuestros ayunos sean agradables delante de Dios. Dios quiere que fervientemente le busquemos a Él y Sus caminos. A cambio de esto, Él derramará Su poder sobre nosotros.
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad.. .Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan (Isaías 58:6-9, 11).
Isaías dice que el ayuno que agrada a Dios tiene el poder para romper las cadenas de la injusticia y destruir los yugos del oprimido. La unción de Dios puede liberar a las personas de sus cargas. Esta unción llega por medio del ayuno consagrado y comprometido con Dios. Por consiguiente, un verdadero ayuno hará que usted entienda y valore las cosas importantes de la vida. Usted llegará a ser dadivoso. Usted comenzará a amar a las personas y querrá suplir sus necesidades. Usted tendrá una carga por las almas.
El ayuno hará que las vidas de las personas sean restauradas y usted también recibirá las bendiciones de Dios.
Isaías 58:12 nos relata el resultado de este tipo de ayuno: "Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar". La vida de las personas será restaurada ante Dios y usted también recibirá las bendiciones de Dios. Por ejemplo, el versículo ocho dice, "entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto". Cuando ayuna, usted tiene una oportunidad para activar su fe para sanar. Probablemente usted haya orado por algún tiempo pidiendo sanidad. Aquí Dios le está diciendo, "debido a que estás dispuesto a consagrarte delante de Mí y a humillarte a favor de los demás, pronto enviaré sanidad".
Isaías 58:8 también dice, "e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia". El Señor le protegerá.
Si algunas personas le tienden trampas, Dios dirá, "ese es uno de mis santos consagrados; no lo toquen". Estas y otras bendiciones llegarán como resultado de un ayuno que agrade a Dios.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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