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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

lunes, 20 de enero de 2014

Día 13: Cerdos en la sala




Liberación individual y en grupo, privada y pública

El ministerio de la liberación pertenece a la iglesia. Debería ir junto con la enseñanza, con la predicación, y con la sanidad. En la Gran Comisión, según se registra, leemos:
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20).
La expulsión de demonios es una parte vital de lo que Jesús ordenó a sus discípulos. En el relato de Marcos 16:17 sobre la comisión, él cita a Jesús cuando dice:
“Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios...”
Hay que notar las formas en plural: “los que creen” y “echarán”. Esto sugiere que es un ministerio de la iglesia y no de los individuos. Hoy el Espíritu Santo está produciendo un ministerio de liberación en la iglesia porque se ha descuidado por mucho tiempo y la iglesia debe tenerlo a fin de estar preparada para la segunda venida del Señor Jesús.

 Ministerio Individual

La liberación puede tener lugar como parte de un servicio regular de la iglesia. Jesús no se arredró ni temió echar demonios públicamente en el sitio de adoración y de enseñanza.
“21Y entraron en Capemaum; y los días de reposo, entrando en la sinagoga enseñaba... 2 3Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo que, dio voces... 25Pero Jesús le reprendió, diciendo: ¡Cállate y sal de él!” (Marcos 1:21,23,25).
He estado en cultos como ese. La misma presencia de quienes se mueven en el poder de Dios sobre los espíritus demoníacos hace que los espíritus reaccionen y griten o hablen en alta voz. Dependería entonces del punto de interrupción en el servicio como para saber qué curso seguir. A veces se les dice a los espíritus que se estén quietos hasta cuando el servicio termine. Los demonios estarán así atados hasta cuando llegue el momento de expulsarlos.
Otras veces la situación podría llevar a una liberación inmediata. Esto sucedió una vez en un culto donde yo estaba ministrando. Casi al final de mi mensaje los espíritus demoníacos comenzaron a obrar en un hombre y en su mujer. Eran cristianos pero no sabían del bautismo en el Espíritu Santo. Habían ido al servicio con la intención de divertirse y burlarse de los pentecostales. Pero durante el culto quedaron bajo convicción. El mensaje enfatizaba el poder de la sangre de Jesús. La mujer comenzó a sacudirse violentamente. Cuando quienes le quedaban cerca comenzaron a orar, los espíritus demoníacos también comenzaron a gritar a través de ella. Cuando el marido se movió para ver en qué podía ayudar, los demonios en él también comenzaron a gritar y a sacudirlo. La congregación siguió cantando himnos de alabanza y varios de nosotros ministramos al hombre y a su mujer en el pasillo de la iglesia hasta cuando quedaron libres del ataque demoníaco. Luego se oró por ambos para que recibieran el bautismo en el Espíritu Santo, y en pocos momentos estaban hablando en lenguas como el Espíritu les daba que hablasen. Ambos fueron liberados de los demonios de alcohol y nicotina lo mismo que de muchos otros espíritus, y han continuado en su vida llena del Espíritu con gran celo y gran gozo.
Hasta este punto en mi propio ministerio, casi todas las liberaciones han sido con base en una ministración de tipo conferencia privada. Nuestro equipo de liberación va a una iglesia o a una comunidad. Allí se hacen varias reuniones de enseñanza sobre demonología y liberación. Se anima a las personas a que hagan citas para la ministración y se trabaja más o menos como en el consultorio de cualquier médico. También se asigna a cada persona algo así como dos horas. Alentamos mucho la ministración para la familia, con participación de ambos padres y de los hijos de todas las edades. Se dan alrededor de treinta a cuarenta y cinco minutos de conferencia y el resto se dedica al proceso de liberación. Este enfoque hacia el ministerio de la liberación ha demostrado que tiene fuertes puntos en su favor. En muchos casos la conferencia da luz sobre las veces y las maneras como los demonios pudieron entrar en la vida de las personas. Así se puede aprender cómo obran los diferentes demonios. Esta comprensión es una gran ayuda para que se puedan cerrar las puertas a los demo-nios, después que han sido expulsados, de manera que no puedan volver a entrar en esas vidas. Desde luego, cuando los demonios escuchan la conversación se dan cuenta que se ha descubierto su presencia y que se traen a la luz sus diversas formas de trabajo maligno. Esto sirve para poner en movimiento esos espíritus y en el momento en que usted está listo para ministrar, entonces los demonios usualmente están en la superficie y salen con más rapidez. La ministración de tipo conferencia, tiene la desventaja de consumir mucho tiempo, pero tiene la ventaja de ser más completa que la liberación pública y en grupos. El corazón de Jesús clama por más obreros. En el contexto de Mateo 10 Jesús está comprometido en su ministerio de enseñanza, de predicación, de sanidad, y de expulsión de demonios: “Y al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas;porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies’ (Mateo 9: 36-38).

 Ministración en Grupo

La ministración en grupo implica la expulsión de demonios de más de una persona a la vez. El grupo puede variar en su tamaño desde dos personas hasta una gran multitud. Que esto se puede hacer, lo han demostrado muchas veces las personas que trabajan en el ministerio de liberación. El ministro que hace una liberación ordenará a los demonios salir en el nombre de Jesús. Y los demonios comenzarán a salir. En grupos grandes, de un centenar de personas o más, si no hay suficiente personal de obreros con conocimiento para dar ayuda adecuada a cada individuo, algunos puede que no reciban la ministración que necesitan. En la ministración de grupos hay quienes reciben una liberación muy adecuada, pero otros quizás no la obtienen según su necesidad y muchos seguramente no van a obtener ninguna liberación.
La ministración en grupos puede ser efectiva con los niños. He tenido la experiencia de ministrar a un grupo de niños de edades desde los siete hasta los doce años. Comenzamos a llamar a los espíritus que son comunes en prácticamente todos los niños, p.e. temor, egoísmo, resentimiento, ira. Después de cubrir una lista de espíritus comunes, se les ordena salir; luego, se trata en forma más específica con los niños individuales que tienen problemas particulares. Los padres y el pastor de los niños estaban presentes y ayudaban en las ministraciones individuales. Los niños también recibieron el bautismo en el Espíritu Santo y uno pudo orar en lenguas. Respecto a la ministración para los niños mucho se dirá más adelante en un capítulo especial.
Es inconcebible que Jesús ministrase a cada persona individualmente. Él estaba acosado por multitudes que querían sanidad y liberación dondequiera que iba. Aunque el Señor y los doce no podían haber ministrado personalmente a cada individuo, sin embargo en el registro de la Biblia queda muy claro que ministró a “todos” los que llegaron a él. En el sermón de Pedro en la casa de Cornelio se lee:
“Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” (Hechos 10:38).

  ¿Ministración Privada o Pública?

A veces sentimos que debemos hacer una decisión entre este par de alternativas. En realidad, ¿es necesario elegir entre la liberación pública o la privada? Es evidente que el Espíritu Santo obra en ambos casos. Permitamos que cada creyente siga la forma que el Señor le muestre.
La ministración privada no sólo es importante, sino esencial en algunos casos. Encontramos que muchos cristianos tienen ciertas páginas oscuras en sus vidas. Hay cosas que nunca se han confesado a nadie. Los demonios medran en lo oculto y en los pecados inconfesos. Traen culpa e indignidad para obstaculizar el crecimiento espiritual y el testimonio del creyente. Casi todas las personas se sienten bastante cómodas al confesar esas cosas en la consejería de liberación. Se les debe aclarar que el único propósito en investigar el pasado es revelar las puertas a través de las cuales los demonios pudieron entrar a fin de que esas puertas se puedan cerrar para siempre.
Algunos individuos, más que otros, necesitan más enseñanza y animarles para ser capaces de retener y mantener su liberación. Algunos captan rápidamente las técnicas de la batalla espiritual mientras otros son más lentos en aprenderlas. Algunos son más vulnerables a los ataques por medio de otras personas en su vida, especialmente en el hogar. El ministro debe percibir la importancia de cada caso y debe hacer lo mejor, con la dirección de Dios, para que la persona a quien se ministra pueda continuar en su liberación hacia la victoria final.

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