Manifestaciones demoníacas
Cuando se confronta a los demonios y se les
presiona por medio de la batalla espiritual, a veces demuestran sus naturalezas
particulares a través de la persona en una gran diversidad de formas. Estos
espíritus del mal son criaturas de la oscuridad. No pueden soportar que se les
exponga a la luz. Cuando su presencia y sus tácticas quedan al descubierto, se
excitan y entran en frenesí. Como las manifestaciones que pueden resultar
parecen ser casi interminables, tendremos que limitarnos a unos pocos ejemplos.
Satánas y sus demonios son identificados con
serpientes:
“He aquí os doy potestad de hollar serpientes
y escorpiones” (Lucas 10:19).
“Y tue lanzado fuera el gran dragón, la
serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo
entero” (Apocalipsis 12:9).
Por tanto, no es de sorprender que a veces se
puedan observar manifestaciones serpentinas. Pueden estar ‘en la lengua, y
harán que la persona saque la lengua o que la lengua salga y entre con mucha
rapidez, como la lengua de las serpientes. Inclusive, 2 los ojos pueden tomar
las características de los ojos de las serpientes. La mayoría de las veces la
persona que está siendo liberada mantendrá sus ojos cerrados. Los demonios
parecen saber que los ojos de una persona revelan su presencia en una forma
mucho más fácilmente observable que en cualquiera otra.
Otra manifestación de la serpiente puede
hacerse a través de 3 la nariz. La persona se ve obligada a expulsar el aire y
a soplarlo por las narices y a hacer un ruido como de silbido. En algunas
ocasiones también he visto que la persona cae al piso por el poder de los
espíritus que están en su interior, y su cuerpo comienza a arrastrarse como el
de una serpiente.
Otras manifestaciones, hasta cierto punto
comunes, aparecen en las manos. Las manos se pueden sentir como entumecidas, o
con hormigueos. A veces los dedos se ponen extendidos y rígidos. Los demonios
que se manifiestan de esta forma, por medio de las manos, son usualmente
espíritus de concupiscencia, lujuria, suicidio o asesinato. Otros tipos de
espíritus malignos, especialmente los que se asocian con el uso equivocado o
indebido de las manos, también se pueden manifestar de estas maneras. Con
frecuencia es útil que la persona agite las manos vigorosamente (aplaudir), a
fin de desalojar los espíritus.
Los espíritus de artritis comúnmente se
manifiestan en las manos. Las manos entonces se pondrán muy rígidas y los dedos
se engarrotarán. Esto puede suceder inclusive en las manos de personas jóvenes
o adolescentes que todavía no tienen indicaciones visibles de artritis, pero en
quienes el demonio de la artritis ya está trabajando con base en un plan a
largo plazo. Cuando se desafía al espíritu de artritis, las manos pueden tomar
la apariencia de las de una persona que haya tenido artritis durante años y que
está impedida por esa enfermedad. El demonio también se puede manifestar por
dolor y contorsiones del cuerpo. El ministerio de liberación hace abortar
muchos de tales achaques cuando el discernimiento de espíritus señala
enfermedades y dolencias que aún no se han hecho evidentes.
Una manifestación terrible es la del espíritu
de muerte. He visto el espíritu de muerte en casos donde las personas han
estado a punto de morir por enfermedades graves o por operaciones muy serias o
cuando ha habido intentos de suicidio. Un hombre que tenía el espíritu de
muerte una vez fue declarado oficialmente muerto por ahogamiento, pero volvió a
la vida gracias a la atención oportuna de un médico. Cuando el espíritu de
muerte se manifiesta, al abrir los párpados, los globos oculares ruedan hacia
atrás, dentro del cráneo. La piel de la persona toma la palidez cérea de la
muerte.
Una joven de aproximadamente 25 años vino para
recibir liberación. Era una persona muy suave y de naturaleza pasiva. Se habían
expulsado ya varios demonios de ella y estábamos sentados tranquilamente
esperando a ver cómo dirigiría el Espíritu Santo. Cuando el siguiente demonio
salió a la superficie, hubo un cambio dramático y repentino en esta mujer. No
hay palabras ni ninguna forma de describir ¡a manifestación que siguió, sobre
todo a través de sus ojos. Sin volver la cabeza, los ojos se movían para clavar
la mirada fijamente a cada persona en la habitación. Mi esposa y yo estábamos
sentados en frente de ella. Otros tres miembros de nuestro equipo de liberación
estaban presentes junto con el pastor de la mujer y su esposa. Yo había visto
muchas manifestaciones demoníacas pero ésta fue distinta. Le daba a uno la
impresión de estar frente a un animal feroz, a punto de ser devorado por él.
Esta manifestación fue seguida inmediatamente por la presencia del espíritu de
muerte. Afortunadamente yo tenía ya experiencia en sus manifestaciones desde
tiempo atrás, y sabía con exactitud qué hacer. Las otras personas en la
habitación no lo habían visto antes y con seguridad pensaron que la mujer de
veras había muerto. EL demonio salió y la joven quedó completamente bien.
Los olores son otra faceta de las
manifestaciones demoníacas. Recuerdo una vez cuando estábamos haciendo una
liberación en un gran personaje y la casa se llenó con un olor sumamente
desagradable, como cuando se cocina repollo, que es un olor bastante molesto.
Inclusive, alguien fue a la cocina para ver si algo estaba en la estufa.
En otra oportunidad estaba expulsando de una
mujer un demonio de cáncer. Cuando el demonio salió se acompañó de un olor muy
peculiar con el cual yo estaba familiarizado. Era el mismo olor sui generis que
uno encuentra en un hospital de cancerosos. Reconocí este olor pues cuando fui
pastor en Houston, Texas, con frecuencia visitaba pacientes en un gran hospital
de cáncer.
Los demonios pueden gritar con voces muy
potentes (véase Mateo 8:29; Marcos 1:23; Lucas 4:41; Hechos 8:7). Estábamos
haciendo una liberación cuando una joven de 17 años pasó adelante. Ella informó
que había participado en brujería. Yo estaba sentado a cierta distancia, en
frente de ella. Abrí mi Biblia y comencé a leer Deuteronomio 18: 9-15, donde
declara que la hechicería y prácticas similares son abominaciones para el
Señor. Cuando iba leyendo el versículo 15, donde dice que “Dios levantará un
profeta, Jesús, y a él oiréis” salió de la joven un grito demoníaco penetrante.
Mire rápidamente y vi sus manos como garras que se dirigían a mi Biblia y antes
que yo pudiese reaccionar, sus largas uñas rompieron la página exactamente en
el mismo versículo que estaba leyendo. Comenzamos a ordenar a los demonios de
brujería y a los otros espíritus relacionados que salieran en el nombre de
Jesús y pronto ella quedó libre de toda opresión.
El espíritu de orgullo se puede manifestar en
diversas formas. Puede obligar a la persona a sentarse o a permanecer muy
erguida y a cruzar los brazos sobre el pecho. Puede inclusive hacerle echar la
cabeza hacia atrás, con la nariz muy alta en el aire. Un joven ministro me dijo
que él hablaba demasiado y no podía evitar estarse metiendo en las
conversaciones de los demás. No podía disciplinarse para dejar que los otros
hablaran. Sentía que todo lo que él tenía para decir era mucho más importante
que cualquier contribución que los demás hicieran en una discusión o en una
conversación. Se le ordenó a este espíritu que se manifestara con nombre
propio, y se identificó a sí mismo como un espíritu de importancia. El joven
estaba sentado en una silla plegable de acero. El espíritu le obligo a levantar
su nariz en el aire, a echar su silla hacia atrás, y fue necesario que yo
sostuviese al hombre para que no se cayera. El espíritu de orgullo o de
importancia, hará que una persona “tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener”.
Los espíritus del mal a veces revelan su
presencia y su naturaleza por medio de la pantomima. En el curso de la
entrevista a un joven, antes de la liberación propiamente dicha, se descubrió
que había estado obsesionado con el baile y que prefería bailar a comer. Cuando
se llamó al demonio de la danza mundana, el hombre comenzó a hacer una
pantomima rítmica. Su cuerpo principió a agitarse rítmicamente, sus manos se
movían hacia adelante y hacia atrás en un movimiento de aplauso, y su boca, se
abría y se cerraba como si estuviera cantando, pero ningún sonido salía de sus
labios. El demonio entonces habló y dijo: “estoy cantando’ ‘Hay poder en la
sangre’”. Luego el hombre recogió una toalla húmeda que se le había dado para
enjugar su rostro (los demonios previos habían estado saliendo con vómito), y
comenzó a girar y a enrollar la toalla alrededor y alrededor como en una
cadencia. Finalmente dejó ir la toalla que golpeó el techo y cayó al piso, con
lo cual el espíritu rio en una forma diabólica...
En otras ocasiones hemos visto espíritus de
danza y de ritmo que se manifiestan a sí mismos por medio del movimiento del
cuerpo, especialmente con el meneo de las caderas. Una joven cuyo cuerpo
vibraba con las manifestaciones del espíritu de ritmo, poco después reveló que
había sido bailarina profesional y que trabajaba a veces como una danzarina de
“go-go”. Se demostró que este espíritu era el espíritu gobernante dentro de
ella. El diablo tiene su falsificación y su perversión para todo lo que es
bueno y recto.
Una manifestación muy interesante se produjo
una vez cuando ministramos a una madre que vino con su hijo de doce años. El
hijo tenía una mano y un brazo secos y ella nos contó que esto había resultado
de una lesión cerebral en el momento de nacer. La muñeca del muchacho estaba
torcida y su mano inútil y seca. La madre tenía un espíritu de tormento que la
culpaba continuamente por la condición del hijo. No la dejaba descansar ni un
instante y hacía que su mente se mantuviera concentrada en la condición del
hijo. Cuando se le ordenó a ese espíritu atormentador que la dejara libre y que
saliera de ella, obligó al brazo y a la mano de la mamá a tomar la apariencia
exacta de la mano y del brazo del hijo.
El dolor es una manifestación muy común.
Muchas, muchas veces cuando las personas hacen citas previas para ser
ministradas, informan que han tenido dolores de cabeza sumamente intensos,
aunque normalmente no sufren de ese tipo de molestias. Durante la ministración
los demonios a menudo provocarán dolor de cabeza o dolores severos en muchas
partes del cuerpo. Los espíritus de nerviosismo y de tensión pueden hacer que
haya dolor en la espalda o en la nuca. Habitualmente el ministro que hace la
liberación puede imponer las manos en el área del dolor y ordenar al espíritu
que salga, con lo cual el demonio es expulsado y el dolor se aliviará
instantáneamente.
Otras manifestaciones que se pueden observar
durante la liberación incluyen calambres, dolores y hormigueos en las piernas o
en los brazos, náuseas o llanto y risa. La risa a menudo corresponde a un
espíritu burlón que procura empañar el ministerio. Un novato podría pensar que
a la persona que recibe la ministración le hace falta seriedad, pero la risa se
separa completamente de los sentimientos propios de la persona.
Puedo calcular que los demonios hablan a
través de una de cada doce personas a las que ministramos. El promedio sería
más alto si los hubiésemos alentado a hablar. Ellos no muestran mucha variedad
en lo que dicen. Hablan desafiantemente y dicen que no pretenden salir. Pueden
alegar que la persona les quiere allí y amenazar con volver si son expulsados.
A veces ruegan que no se les eche buscando despertar la simpatía y la lástima
sobre lo que van a hacer y qué les va a asuceder. Es obvio que a los demonios
les atormenta oir de la sangre del Señor Jesús y del destino eterno que está
justamente delante de ellos. Los demonios que habitan en alguna persona
muestran un temor muy definido a sus superiores en los rangos demoníacos. Su
charla a veces pretende confundir al ministro que hace la liberación o
inclusive intenta llegar al nivel de acusaciones contra él y hacerle dar miedo.
Por ejemplo, un demonio puede decir, “Sé algo acerca de ti. ¿Quieres que lo
diga aquí delante de todos?” Pero esas son sólo amenazas y acusaciones y nunca irán
más allá de esas bravatas. Sobre todo, las conversaciones que hacen los
demonios parece que son tácticas dilatorias para demorar la expulsión y quizás
también una posible manera de escapar de ser expulsados.
Cuando se echa fuera los espíritus demoníacos,
normalmente salen a través de la nariz o a través de la boca, con mucha más
frecuencia. Los espíritus están asociados con el aliento. Tanto en hebreo como
en griego sólo había una palabra para espíritu o para aliento. La palabra en
griego es pneuma. El Espíritu Santo también se asocia con el aliento. Después
de su resurrección Jesucristo se apareció a sus discípulos, sopló sobre ellos y
les dijo:
“Recibid el Espíritu Santo” (Pneuma, Juan
20:22).
Muchos himnarios contienen los himnos “Alienta
sobre mí, aliento de Dios” y “Espíritu Santo, alienta sobre mí”. Esto nos da la
idea que debemos inspirar del Espíritu
Santo y espirar (echar fuera) los espíritus
del mal.
Cuando los espíritus malos salen, normalmente
esperamos alguna clase de manifestación a través de la boca o de la nariz.
Indudablemente la manifestación más común es la tos. La tos puede ser seca,
pero algunas veces se acompaña con flema. La flema se puede producir en
cantidad excesiva. Un material semejante puede ser algo como el vómito, la espuma
o la salivación excesiva, etc. Las personas que reciben la ministración
inmediatamente después de una comida, han observado con frecuencia que tienen
arcadas y expulsan violentamente grandes cantidades de moco, sin que haya
trazas de alimento, Muy pocas veces he- mo visto sustancias alimenticias que
salen del estómago. Con menor frecuencia hay pequeñas cantidades de sangre que
pueden aparecer. No es raro que este material fluya de la persona durante una
hora o quizás un poco más.
Otras manifestaciones a través de la boca
incluyen los gritos, los clamores, los silbidos, los ronquidos, los bostezos,
etc. El aire también se puede soplar a través de la nariz o la persona puede
soplar con su nariz constantemente como si tuviera una sinusitis severa y
estuviera haciendo el drenaje. Estas manifestaciones pueden variar ampliamente
en intensidad, desde algo muy leve hasta algo bastante dramático. El grado de
manifestación rio es indicativo de la efectividad de la liberación. Las
personas que expulsan sus demonios por medio de bostezos o de suspiros quedan
tan liberadas como las que tienen manifestaciones mucho más violentas.
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