Te invitamos a visitarnos en:

http://www.laquepagina.es.tl/


Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

sábado, 18 de enero de 2014

Día 12: Cerdos en la sala



Manifestaciones demoníacas

Cuando se confronta a los demonios y se les presiona por medio de la batalla espiritual, a veces demuestran sus naturalezas particulares a través de la persona en una gran diversidad de formas. Estos espíritus del mal son criaturas de la oscuridad. No pueden soportar que se les exponga a la luz. Cuando su presencia y sus tácticas quedan al descubierto, se excitan y entran en frenesí. Como las manifestaciones que pueden resultar parecen ser casi interminables, tendremos que limitarnos a unos pocos ejemplos.
Satánas y sus demonios son identificados con serpientes:
“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones” (Lucas 10:19).
“Y tue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9).
Por tanto, no es de sorprender que a veces se puedan observar manifestaciones serpentinas. Pueden estar ‘en la lengua, y harán que la persona saque la lengua o que la lengua salga y entre con mucha rapidez, como la lengua de las serpientes. Inclusive, 2 los ojos pueden tomar las características de los ojos de las serpientes. La mayoría de las veces la persona que está siendo liberada mantendrá sus ojos cerrados. Los demonios parecen saber que los ojos de una persona revelan su presencia en una forma mucho más fácilmente observable que en cualquiera otra.
Otra manifestación de la serpiente puede hacerse a través de 3 la nariz. La persona se ve obligada a expulsar el aire y a soplarlo por las narices y a hacer un ruido como de silbido. En algunas ocasiones también he visto que la persona cae al piso por el poder de los espíritus que están en su interior, y su cuerpo comienza a arrastrarse como el de una serpiente.
Otras manifestaciones, hasta cierto punto comunes, aparecen en las manos. Las manos se pueden sentir como entumecidas, o con hormigueos. A veces los dedos se ponen extendidos y rígidos. Los demonios que se manifiestan de esta forma, por medio de las manos, son usualmente espíritus de concupiscencia, lujuria, suicidio o asesinato. Otros tipos de espíritus malignos, especialmente los que se asocian con el uso equivocado o indebido de las manos, también se pueden manifestar de estas maneras. Con frecuencia es útil que la persona agite las manos vigorosamente (aplaudir), a fin de desalojar los espíritus.
Los espíritus de artritis comúnmente se manifiestan en las manos. Las manos entonces se pondrán muy rígidas y los dedos se engarrotarán. Esto puede suceder inclusive en las manos de personas jóvenes o adolescentes que todavía no tienen indicaciones visibles de artritis, pero en quienes el demonio de la artritis ya está trabajando con base en un plan a largo plazo. Cuando se desafía al espíritu de artritis, las manos pueden tomar la apariencia de las de una persona que haya tenido artritis durante años y que está impedida por esa enfermedad. El demonio también se puede manifestar por dolor y contorsiones del cuerpo. El ministerio de liberación hace abortar muchos de tales achaques cuando el discernimiento de espíritus señala enfermedades y dolencias que aún no se han hecho evidentes.
Una manifestación terrible es la del espíritu de muerte. He visto el espíritu de muerte en casos donde las personas han estado a punto de morir por enfermedades graves o por operaciones muy serias o cuando ha habido intentos de suicidio. Un hombre que tenía el espíritu de muerte una vez fue declarado oficialmente muerto por ahogamiento, pero volvió a la vida gracias a la atención oportuna de un médico. Cuando el espíritu de muerte se manifiesta, al abrir los párpados, los globos oculares ruedan hacia atrás, dentro del cráneo. La piel de la persona toma la palidez cérea de la muerte.           
Una joven de aproximadamente 25 años vino para recibir liberación. Era una persona muy suave y de naturaleza pasiva. Se habían expulsado ya varios demonios de ella y estábamos sentados tranquilamente esperando a ver cómo dirigiría el Espíritu Santo. Cuando el siguiente demonio salió a la superficie, hubo un cambio dramático y repentino en esta mujer. No hay palabras ni ninguna forma de describir ¡a manifestación que siguió, sobre todo a través de sus ojos. Sin volver la cabeza, los ojos se movían para clavar la mirada fijamente a cada persona en la habitación. Mi esposa y yo estábamos sentados en frente de ella. Otros tres miembros de nuestro equipo de liberación estaban presentes junto con el pastor de la mujer y su esposa. Yo había visto muchas manifestaciones demoníacas pero ésta fue distinta. Le daba a uno la impresión de estar frente a un animal feroz, a punto de ser devorado por él. Esta manifestación fue seguida inmediatamente por la presencia del espíritu de muerte. Afortunadamente yo tenía ya experiencia en sus manifestaciones desde tiempo atrás, y sabía con exactitud qué hacer. Las otras personas en la habitación no lo habían visto antes y con seguridad pensaron que la mujer de veras había muerto. EL demonio salió y la joven quedó completamente bien.
Los olores son otra faceta de las manifestaciones demoníacas. Recuerdo una vez cuando estábamos haciendo una liberación en un gran personaje y la casa se llenó con un olor sumamente desagradable, como cuando se cocina repollo, que es un olor bastante molesto. Inclusive, alguien fue a la cocina para ver si algo estaba en la estufa.
En otra oportunidad estaba expulsando de una mujer un demonio de cáncer. Cuando el demonio salió se acompañó de un olor muy peculiar con el cual yo estaba familiarizado. Era el mismo olor sui generis que uno encuentra en un hospital de cancerosos. Reconocí este olor pues cuando fui pastor en Houston, Texas, con frecuencia visitaba pacientes en un gran hospital de cáncer.
Los demonios pueden gritar con voces muy potentes (véase Mateo 8:29; Marcos 1:23; Lucas 4:41; Hechos 8:7). Estábamos haciendo una liberación cuando una joven de 17 años pasó adelante. Ella informó que había participado en brujería. Yo estaba sentado a cierta distancia, en frente de ella. Abrí mi Biblia y comencé a leer Deuteronomio 18: 9-15, donde declara que la hechicería y prácticas similares son abominaciones para el Señor. Cuando iba leyendo el versículo 15, donde dice que “Dios levantará un profeta, Jesús, y a él oiréis” salió de la joven un grito demoníaco penetrante. Mire rápidamente y vi sus manos como garras que se dirigían a mi Biblia y antes que yo pudiese reaccionar, sus largas uñas rompieron la página exactamente en el mismo versículo que estaba leyendo. Comenzamos a ordenar a los demonios de brujería y a los otros espíritus relacionados que salieran en el nombre de Jesús y pronto ella quedó libre de toda opresión.
El espíritu de orgullo se puede manifestar en diversas formas. Puede obligar a la persona a sentarse o a permanecer muy erguida y a cruzar los brazos sobre el pecho. Puede inclusive hacerle echar la cabeza hacia atrás, con la nariz muy alta en el aire. Un joven ministro me dijo que él hablaba demasiado y no podía evitar estarse metiendo en las conversaciones de los demás. No podía disciplinarse para dejar que los otros hablaran. Sentía que todo lo que él tenía para decir era mucho más importante que cualquier contribución que los demás hicieran en una discusión o en una conversación. Se le ordenó a este espíritu que se manifestara con nombre propio, y se identificó a sí mismo como un espíritu de importancia. El joven estaba sentado en una silla plegable de acero. El espíritu le obligo a levantar su nariz en el aire, a echar su silla hacia atrás, y fue necesario que yo sostuviese al hombre para que no se cayera. El espíritu de orgullo o de importancia, hará que una persona “tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”.
Los espíritus del mal a veces revelan su presencia y su naturaleza por medio de la pantomima. En el curso de la entrevista a un joven, antes de la liberación propiamente dicha, se descubrió que había estado obsesionado con el baile y que prefería bailar a comer. Cuando se llamó al demonio de la danza mundana, el hombre comenzó a hacer una pantomima rítmica. Su cuerpo principió a agitarse rítmicamente, sus manos se movían hacia adelante y hacia atrás en un movimiento de aplauso, y su boca, se abría y se cerraba como si estuviera cantando, pero ningún sonido salía de sus labios. El demonio entonces habló y dijo: “estoy cantando’ ‘Hay poder en la sangre’”. Luego el hombre recogió una toalla húmeda que se le había dado para enjugar su rostro (los demonios previos habían estado saliendo con vómito), y comenzó a girar y a enrollar la toalla alrededor y alrededor como en una cadencia. Finalmente dejó ir la toalla que golpeó el techo y cayó al piso, con lo cual el espíritu rio en una forma diabólica...
En otras ocasiones hemos visto espíritus de danza y de ritmo que se manifiestan a sí mismos por medio del movimiento del cuerpo, especialmente con el meneo de las caderas. Una joven cuyo cuerpo vibraba con las manifestaciones del espíritu de ritmo, poco después reveló que había sido bailarina profesional y que trabajaba a veces como una danzarina de “go-go”. Se demostró que este espíritu era el espíritu gobernante dentro de ella. El diablo tiene su falsificación y su perversión para todo lo que es bueno y recto.
Una manifestación muy interesante se produjo una vez cuando ministramos a una madre que vino con su hijo de doce años. El hijo tenía una mano y un brazo secos y ella nos contó que esto había resultado de una lesión cerebral en el momento de nacer. La muñeca del muchacho estaba torcida y su mano inútil y seca. La madre tenía un espíritu de tormento que la culpaba continuamente por la condición del hijo. No la dejaba descansar ni un instante y hacía que su mente se mantuviera concentrada en la condición del hijo. Cuando se le ordenó a ese espíritu atormentador que la dejara libre y que saliera de ella, obligó al brazo y a la mano de la mamá a tomar la apariencia exacta de la mano y del brazo del hijo.
El dolor es una manifestación muy común. Muchas, muchas veces cuando las personas hacen citas previas para ser ministradas, informan que han tenido dolores de cabeza sumamente intensos, aunque normalmente no sufren de ese tipo de molestias. Durante la ministración los demonios a menudo provocarán dolor de cabeza o dolores severos en muchas partes del cuerpo. Los espíritus de nerviosismo y de tensión pueden hacer que haya dolor en la espalda o en la nuca. Habitualmente el ministro que hace la liberación puede imponer las manos en el área del dolor y ordenar al espíritu que salga, con lo cual el demonio es expulsado y el dolor se aliviará instantáneamente.
Otras manifestaciones que se pueden observar durante la liberación incluyen calambres, dolores y hormigueos en las piernas o en los brazos, náuseas o llanto y risa. La risa a menudo corresponde a un espíritu burlón que procura empañar el ministerio. Un novato podría pensar que a la persona que recibe la ministración le hace falta seriedad, pero la risa se separa completamente de los sentimientos propios de la persona.
Puedo calcular que los demonios hablan a través de una de cada doce personas a las que ministramos. El promedio sería más alto si los hubiésemos alentado a hablar. Ellos no muestran mucha variedad en lo que dicen. Hablan desafiantemente y dicen que no pretenden salir. Pueden alegar que la persona les quiere allí y amenazar con volver si son expulsados. A veces ruegan que no se les eche buscando despertar la simpatía y la lástima sobre lo que van a hacer y qué les va a asuceder. Es obvio que a los demonios les atormenta oir de la sangre del Señor Jesús y del destino eterno que está justamente delante de ellos. Los demonios que habitan en alguna persona muestran un temor muy definido a sus superiores en los rangos demoníacos. Su charla a veces pretende confundir al ministro que hace la liberación o inclusive intenta llegar al nivel de acusaciones contra él y hacerle dar miedo. Por ejemplo, un demonio puede decir, “Sé algo acerca de ti. ¿Quieres que lo diga aquí delante de todos?” Pero esas son sólo amenazas y acusaciones y nunca irán más allá de esas bravatas. Sobre todo, las conversaciones que hacen los demonios parece que son tácticas dilatorias para demorar la expulsión y quizás también una posible manera de escapar de ser expulsados.
Cuando se echa fuera los espíritus demoníacos, normalmente salen a través de la nariz o a través de la boca, con mucha más frecuencia. Los espíritus están asociados con el aliento. Tanto en hebreo como en griego sólo había una palabra para espíritu o para aliento. La palabra en griego es pneuma. El Espíritu Santo también se asocia con el aliento. Después de su resurrección Jesucristo se apareció a sus discípulos, sopló sobre ellos y les dijo:
“Recibid el Espíritu Santo” (Pneuma, Juan 20:22).
Muchos himnarios contienen los himnos “Alienta sobre mí, aliento de Dios” y “Espíritu Santo, alienta sobre mí”. Esto nos da la idea que debemos inspirar del Espíritu
Santo y espirar (echar fuera) los espíritus del mal.
Cuando los espíritus malos salen, normalmente esperamos alguna clase de manifestación a través de la boca o de la nariz. Indudablemente la manifestación más común es la tos. La tos puede ser seca, pero algunas veces se acompaña con flema. La flema se puede producir en cantidad excesiva. Un material semejante puede ser algo como el vómito, la espuma o la salivación excesiva, etc. Las personas que reciben la ministración inmediatamente después de una comida, han observado con frecuencia que tienen arcadas y expulsan violentamente grandes cantidades de moco, sin que haya trazas de alimento, Muy pocas veces he- mo visto sustancias alimenticias que salen del estómago. Con menor frecuencia hay pequeñas cantidades de sangre que pueden aparecer. No es raro que este material fluya de la persona durante una hora o quizás un poco más.
Otras manifestaciones a través de la boca incluyen los gritos, los clamores, los silbidos, los ronquidos, los bostezos, etc. El aire también se puede soplar a través de la nariz o la persona puede soplar con su nariz constantemente como si tuviera una sinusitis severa y estuviera haciendo el drenaje. Estas manifestaciones pueden variar ampliamente en intensidad, desde algo muy leve hasta algo bastante dramático. El grado de manifestación rio es indicativo de la efectividad de la liberación. Las personas que expulsan sus demonios por medio de bostezos o de suspiros quedan tan liberadas como las que tienen manifestaciones mucho más violentas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gracias por tu comentario

Create your own visitor map