El equipo de liberación
Jesús estableció el patrón de un trabajo en
equipo para sus discípulos. Cuando envió a los doce a ministrar los envió de
dos en dos. Cuando comisionó a los setenta también los envió de dos en dos. En
el Libro de los Hechos se encuentran otros equipos de trabajo. En el primer
viaje misionero estaban Pablo, Bernabé y Juan Marcos. Más tarde fueron Pablo y
Silas. Bernabé eligió a Juan Marcos. Aquila y Priscila eran una pareja, esposo
y esposa, que trabajaban en equipo. El ministerio en equipo es un principio
escritura! y es especialmente apropiado y efectivo en el ministerio de la
liberación.
Tamaño y composición
Idealmente, ¿cuántos deberían conformar un
equipo de liberación? Esto se puede responder en forma arbitraria. Las
situaciones varían según la liberación. Para ministrar a una sola persona un
equipo constituido por dos a seis individuos es por lo general apropiado. El
equipo debería estar compuesto tanto por hombres como por mujeres. A causa de
las facetas tan extraordinarias de este ministerio un hombre no debe ministrar
solo a una mujer, ni una mujer debe ministrar sola a un hombre. La mejor
combinación es que esposo y esposa ministren como equipo cuando quiera que sea
posible. Como “la imposición de las manos” se puede usar durante la
ministración es mejor que haya representantes de ambos sexos en el equipo. Los hombres
y las mujeres no deberían imponer manos en el sexo opuesto en forma
indiscriminada. También a veces es necesario limitar físicamente a la persona a
quien se le ministra. Aunque no peleamos contra carne y sangre en ocasiones los
demonios hacen demostraciones muy violentas, de manera que se debe evitar que
la persona que experimenta la liberación se hiera a sí misma o que lesione a
otros.
Unidad de equipo
La unidad es absolutamente esencial en un
equipo de liberación. Satanás capitalizará toda desunión. El buscará crear la
desunión por métodos tortuosos. Es necesario estar en guardia constante contra
esta táctica que se ilustra muy bien por una experiencia que tuve la segunda
vez que actuaba en un equipo de liberación. Seis o siete de nosotros en un grupo
de oración nos dedicamos a liberar a una mujer de una opresión demoníaca. Al
ser retados, los demonios comenzaron a hablar rápidamente a través de ella. Un
demonio dijo, “Sólo uno de ustedes está siguiendo realmente al Señor; los demás
apenas llevan una etiqueta de cristianos”. El propósito de esta afirmación era
romper nuestra unidad y lo hizo. Cada uno inmediatamente comenzó a pensar que
era el único que seguía al Señor y se puso a sospechar de la dedicación de los
otros. En consecuencia, perdimos de vista al enemigo y la atención de todos se centró
en sí mismo y en los demás.
Todo grupo que trabaja junto debe aprender a
fluir en el Espíritu y a tener confianza el uno en el otro. Cuando se está en
el calor de la batalla con los poderes demoníacos no hay tiempo para discutir
las diferencias personales. Si un miembro del equipo discierne un espíritu los
otros miembros deben recibir el testimonio en su espíritu. Sin embargo, es
mejor seguir y expulsar al espíritu discernido que emprender una discusión sobre
la seguridad del discernimiento. A veces podrá haber algún error en el
discernimiento pero esto no debe afectar ni desalentar la ministración total.
Funciones de los miembros del equipo
Se debe enfatizar que no es posible imponer
reglas rígidas. Cada miembro del equipo debe ser sensible y obediente a la
dirección del Espíritu Santo. Usualmente lo mejor es que sólo una o dos
personas den las órdenes a los espíritus. Los demás miembros estarán en oración
o en lectura de la Biblia o alabando o cantando. Los himnos que enfatizan la
sangre de Jesús son especialmente efectivos y apropiados. No es raro que la
“dirección” cambie varias veces especialmente si el trabajo se extiende durante
una hora o más. Esta transición en el liderazgo se puede hacer muy suavemente.
Puede ser difícil para una persona permanecer
en la posición de liderazgo después de un período de tiempo largo. ¿Han visto
una bandada de gansos en vuelo? Entonces, van a tener un cuadro de cómo la
responsabilidad del liderazgo puede cambiar de uno a otro. El ganso que va
adelante luchará contra el viento unos minutos y luego se va atrás en la
formación para “descansar” mientras otra ave pasa a la posición directriz y
toma su sitio. El equipo de liberación puede cooperar de una forma semejante.
El propósito es dejar al cautivo libre y dar la gloria a Jesús, de manera que
no importa quién dirige la lucha. Cada puesto del equipo es importante.
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