Agrupaciones de demonios
Los demonios se identifican de acuerdo con su
naturaleza. Un espíritu de odio se llama “odio”. Cada demonio es un
especialista. Un demonio de odio no alienta la concupiscencia ni la lujuria,
solamente estimula el odio. Cuando a los demonios se les ordena identificarse
con un nombre, usualmente se nombrarán en identidad con su naturaleza, p.e.,
rebeldía, maldición, indiferencia, etc. Sólo ocasionalmente un demonio dará un
nombre personal como “Juanito” o “Paulina”. A veces usan nombres extranjeros.
Esta es una maniobra de engaño para evitar que el ministro de liberación
conozca su naturaleza verdadera. El ministro debe ordenar a los demonios que
revelen su naturaleza diciendo, “¿cuál es tu naturaleza, demonio?”
Los demonios que viven en las personas rara
vez se encuentran aislados; por lo general se juntan en grupos. Cada agrupación
se puede considerar como una colonia, un clan, una tribu o una familia. Cuando
se descubre o se discierne un demonio, inmediatamente uno debe estar alerta
para buscar sus compañeros. Un grupo de demonios se juntan con el propósito de
controlar un área particular en la vida de una persona. Por tanto, es muy
lógico que los espíritus se encuentren en grupos especiales. Ciertos tipos de
espíritus se encuentran una y otra vez en las mismas combinaciones; sin
embargo, no se debe presumir que la combinación sea siempre la misma. Las
posibilidades de agrupación de los demonios son ilimitadas.
Dentro de cada grupo habrá un “hombre fuerte”
o espíritu dominador. Con frecuencia durante la ministra- ción se identificará
específicamente un espíritu gobernante. No siempre es necesario que sea
identificado como un espíritu gobernador para que tenga lugar la liberación.
Por lo general tal identificación se dará por uno o dos motivos. Primero, el
Espíritu Santo puede dirigir un orden en el procedimiento. El ministro de
liberación deberá estar alerta a cualquier plan de batalla que el Señor quiera
mostrar. Hay situaciones donde el Señor hará que se trate en primer lugar con
el espíritu gobernante y luego con los espíritus compañeros. Otras veces la
dirección del Señor será expulsar los espíritus menores primero y por último el
espíritu gobernante. Parece que no vale la pena preguntarse por qué el Señor
dirige en un modo o en otro. Un buen soldado está entrenado para seguir las
órdenes sin cuestionar a su comandante. A veces se le puede dar una gran
amplitud para que elija su propia ruta de ataque pero en otras ocasiones sus
órdenes son muy específicas. Lo mismo es cierto en las batallas de la guerra
espiritual.
Una segunda razón para que los espíritus se
deban identificar es por el beneficio de la persona que recibe la liberación.
Es muy útil conocer cuál espíritu sea, a fin de estar en guardia especial
contra él en el futuro. Algunos espíritus están particularmente ligados o
unidos con cuadros de hábitos que se deben cambiar y áreas del hombre carnal
que se deben crucificar. Después de la liberación la persona debe luchar
algunas batallas por sí misma para mantenerla. Es extremadamente útil conocer
de manera exacta, cuando uno está peleando, contra qué combate, lo que es de la
carne y lo que viene de los espíritus.
Por la experiencia que se ha ganado en
centenares de liberaciones al tratar con grupos de demonios, estoy convencido
que el espíritu gobernante es el primer espíritu en invadir cierta y
determinada área. Como es el primero en ganar la entrada se puede establecer
como gobernante. Luego se convierte en la llave y abre el camino a otros
espíritus. Cuando se está expulsando a los demonios no es raro ordenar al
espíritu gobernante, “ ¡Fuera tú y contigo todos tus compañeros!” o “ ¡Sal y
trae todas tus raíces!” Si una parte de un grupo no se expulsa, se deja una
puerta para que el grupo regrese. Por este motivo la liberación debe ser lo más
cuidadosa y completa posible.
Se puede encontrar más de un espíritu
demoníaco de un tipo determinado, dentro de un cierto grupo. Por ejemplo, la
colonia de amargura puede contener varios espíritus
de resentimiento. También un tipo dado de
demonio puede estar presente en más de un grupo. Por ejemplo, se puede
encontrar un demonio de ira en la colonia de amargura y otro demonio de ira en
la colonia de perfección. En una liberación es posible expulsar varios grupos
de espíritus. En cada grupo puede haber un espíritu de depresión. Sólo mediante
la acción del don sobrenatural de discernimiento se puede saber qué se ha
tratado con tales combinaciones de espíritus.
La siguiente lista de grupos de demonios
representa cuadros que se han comprobado por medio de sesiones verdaderas de
liberación. Estas agrupaciones sólo sugieren lo que se puede encontrar. La
lista de ninguna manera pretende ser exhaustiva, ni supone que las agrupaciones
sean invariables. Se da una explicación sobre algunos grupos de la lista para
ofrecer alguna profundidad en los problemas causados por un grupo particular de
espíritus. Casi todos los grupos se explican por sí solos.
Los autores creen que la información que se
brinda en este capítulo será de un gran valor práctico para quienes tienen un
llamado al ministerio de la liberación. Ayudará a todos a entender mejor cómo
los demonios se agrupan entre sí. Muchos años de estudio y de experiencia se
han condensado en unas pocas páginas (ver anexo 1).
Amargura
En Hebreos 12:15 se hace una advertencia:
“Mirad bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y
por ella muchos sean contaminados”.
La raíz de amargura es responsable de muchas
“perturbaciones.” La amargura que se guarda en el corazón por mucho tiempo
abrirá la puerta a la invasión de demonios. Esta es probablemente la abertura
más común para la actividad de demonios. En muchos casos la amargura es hacia
alguien dentro de la familia inmediata.
Los espíritus de amargura mantienen vivos los
incidentes que nos hirieron. Las cosas que sucedieron hace muchos años aún
están frescas y vivas en la memoria como si apenas hubiesen tenido lugar ayer.
De esta manera la persona no solamente rivaliza con los problemas actuales sino
que se enfrenta siempre con una gran carga de heridas en el pasado. El espíritu
de falta de perdón mantiene vivos todos estos golpes y los revive de manera
constante en la mente de la persona. Así, la herida más trivial nunca se
perdona ni se olvida.
Dondequiera que se observe una actitud de
amargura, se puede esperar la presencia de los espíritus de amargura, de
resentimiento y de odio. En algunas ocasiones esta cadena de espíritus continúa
para incluir otros espíritus o todos los del grupo.
Rebeldía
La rebeldía es el espíritu anticristo, de
desobediencia y de falta de respeto por la autoridad. Dios ha establecido la
autoridad en el hogar, en la iglesia, y en el gobierno civil. Dios mismo es
nuestra suprema autoridad. Afirmar la obstinación por encima de cualquier nivel
de la autoridad en el orden divino de Dios, es agradar a los demonios de la
rebeldía. Para mantener esta área liberada se necesita una completa sumisión a
toda autoridad constituida por Dios.
Control
Los espíritus de control se encuentran en
casos como los siguientes: (1) Un padre que muestra un control antinatural
sobre un hijo ya crecido; (2) un marido o una esposa que domina al cónyuge; (3)
un ministro que es un dictador y no un pastor; (4) un miembro de un grupo de
oración que controla al grupo o a otros en el grupo. Los métodos de control
pueden incluir falsas visiones o falsas revelaciones, profecías falsas y cosas
semejantes. Tal control se compara o se iguala con la hechicería que busca
controlar a otra persona y hacer que haga lo que se quiere, ya sea que se sepa
en una forma muy clara o sin saber el empleo del poder de los espíritus del
mal.
El ministro de liberación también debe estar
preparado para ministrar a las víctimas de los espíritus de control. Haga que
las personas dominadas renuncien a todo control demoníaco y que declaren su
libertad de las ataduras con base en la libertad que Cristo Jesús ganó y en
forma firme rechacen cualquier control posterior. Los individuos liberados
deben aprender a ejercitar su propia libertad y a tomar sus propias decisiones.
Además, pueden necesitar una liberación personal de los espíritus de
inseguridad, de inferioridad, de temor. También los espíritus de condenación
pueden procurar persuadirlos que están hiriendo a las otras personas con
quienes han tenido esa unión tan cercana. Quizás necesiten ayuda para que les
sea posible separar a la persona de los demonios en la persona. Cuando esto se
cumple pueden amar a la persona pero odiar a los demonios que buscaban
controlarlos.
Represalia
Este grupo por lo general tiene su raíz en la
amargura. Estos espíritus procuran devolver mal por mal. Una manifestación
interesante se observó cuando se liberaba a un grupo de niños de este tipo de
espíritu. Mientras un padre sostenía al niño durante la liberación vimos al
niño que pellizcaba, mordía o golpeaba al padre. La disposición del niño cambió
instantáneamente una vez que los espíritus salieron. En los adultos es más
probable encontrar represalias mediante palabras o actos rencorosos.
Rechazo
La puerta para el espíritu de rechazo se abre
más frecuentemente durante la niñez o cuando el niño aún está en el vientre de
la madre. Si un niño no es deseado, el feto queda abierto para la entrada de un
demonio de rechazo. Encuentro que para algunas personas esta idea puede ser desde
ofensiva hasta repugnante. Piensan que es terriblemente injusto que tal cosa
sea posible. Sin embargo, debemos recordar que el diablo no es un caballero y
que no se rige por las reglas del deportista limpio. En cambio, es
extremadamente maligno y perverso y no vacila ni por un instante en aprovechar
una situación que estimule sus propósitos malvados. Satanás goza y se deleita
si halla un talón de Aquiles para su objetivo, y elige los momentos más débiles
en la vida para atacar. Y, ¿cuándo una persona está más indefensa? Antes de
nacer y durante la infancia.
La Biblia dice de Juan el Bautista que antes
de nacer fue lleno del Espíritu Santo, cuando estaba en el vientre de la madre
(Lucas 1: 15b). Así como el Espíritu Santo entró en Juan el Bautista antes del nacimiento,
no podemos dudar de la capacidad de un espíritu demoníaco para entrar en una
criatura antes que nazca.
Una madre soltera vino a verme para buscar
consejería y ayuda. A causa de las circunstancias de la concepción de su hijo
admitió que no deseaba el bebé y que había pensado en el aborto. En el momento
de ministrarle estaba en el octavo mes de embarazo. Varios demonios se
expulsaron del feto, incluyendo el espíritu de rechazo. A medida que se echaban
estos espíritus la madre tuvo dolores agudos en el área del vientre. Estos
dolores desaparecieron por completo cuando los demonios salieron por su boca.
El ministro de liberación hará muy bien en
averiguar a todos los que buscan liberación la posibilidad del rechazo. Es una
cosa extremadamente común y con frecuencia muy fuerte. Casi todos los niños que
han sido adoptados tendrán espíritu de rechazo. Las mismas circunstancias que
llevaron a la adopción del niño han provisto una puerta para que los espíritus
de rechazo tengan entrada.
El rechazo usualmente se convierte en un
monstruo de tres cabezas. Además del espíritu básico de rechazo puede haber un
espíritu de temor al rechazo y un espíritu de autorrechazo. La presencia de
estos demonios se demuestra con rapidez por la incapacidad del individuo para recibir
amor o para dar amor a otros. Como ha sido rechazado teme las relaciones
cercanas que podrían causarle posteriormente una herida mayor. Teme aceptar el
amor de otros y se mantiene a distancia. Así se ha abierto la vía para el temor
al rechazo.
El autorrechazo se agrega a este tormento. La
persona que' se siente rechazada decidirá que hay algo malo dentro de sí que
hace que los otros no gusten de ella. Vuelve sus pensamientos a su interior, se
hace introvertida y comienza a odiarse a sí misma por lo que es. Esto es el
autorrechazo.
Indecisión
Estos son espíritus en la mente y son bastante
comunes. Una persona normal debe ser capaz de pesar los diversos factores de
los hechos y llegar a una decisión, pero estos espíritus pueden atormentarla y
hacer muy difícil la decisión más pequeña. Toda decisión se convierte en una
crisis enorme. Cuando el sujeto no puede resolver algo, entonces pospone la
determinación. La indecisión lleva así a la dilación o a la demora. Entre más
considera o pesa un tema hay más confusión. En su desesperación o frustración
aplaza la decisión y habitualmente elige lo que no es lo mejor. También puede
escapar a la responsabilidad de hacer una decisión por medio del olvido.
En algunos casos la dilación o la demora
anteceden a la indecisión y pueden ser los espíritus directores. La guía para
un espíritu de dilación en un niño se encuentra cuando se le oye decir a
menudo, “en un momento” o “en un minuto” o “ya voy”. Por ejemplo, una madre
ordena a su hijo limpiar su habitación. El niño responde, “En un minuto, ya voy
mamá”. En verdad, desea obedecer pero el espíritu de olvido toma su mente y
cuando se le recuerda explicará, “Oh, lo olvide”. La mamá entonces debe ejercer
la autoridad. Cuando tal situación se sucede repetidamente el niño se vuelve
rebelde y terco.
Autoengaño
“Suyos son el engañado y el engañador”
(versión libre de Job 12: 16). El Señor nos dio este versículo durante una
ministración para identificar un profundo problema en el señor P. Por más de 20
años se había autoengañado en creer que estaba al borde de una gran revelación
respecto a la Trinidad. Consideraba que esta revelación asombraría a todo el
mundo cristiano. Nos demostró cómo creía que iba a venir la revelación.
Cuidadosamente dobló una hoja de papel en varios pliegues y fue rompiendo
varios pedacitos. A medida que cada pedacito de papel se desdoblaba lo veía
como un símbolo o una letra. Creía que un día iba a ser capaz de deshacer e
interpretar los símbolos inspirados por el Espíritu que revelarían de una vez
por todas el misterio de la divinidad. El autoengaño, el autoerror y el orgullo
(los espíritus compañeros) le convencieron que él, un desconocido, vendría a
ser renombrado mundialmente.
Todo su problema se había originado en el
rechazo. Su padre, un ministro, le había rechazado en la niñez. En sus intentos
por recibir la aprobación y el amor de su padre, abrió puerta a los espíritus
del engaño quienes le convencieron que no solamente vendría a ser famoso, sino
que esta fama llegaría por medio de una revelación espiritual que ganaría la
admiración de su propio padre.
Renunciar al engaño no fue fácil para el señor
P. El tenía gran temor de estarle fallando a Dios. En tales casos de autoengaño
la persona se debe confrontar con el error y debe renunciar a la ilusión.
Cuando una persona deja de estar de acuerdo con las mentiras de los demonios
puede mantener su liberación.
Perfección
Hay un lugar para la organización, para el
orden, y para un trabajo bien hecho. El demonio de la perfección hace una
atadura de todos estos atributos. Por ejemplo, una persona ha planeado su día.
Ha decidido lo que hará y cómo todo se ajustará a un esquema determinado. Se
ata a sí mismo a ese esquema y no deja sitio para la variación. Es un plan
perfecto. Está orgulloso de ser capaz de planear y de cumplir así de bien.
Luego algo o alguien interfiere con ese plan y viene la irritación. Ahora no
puede realizar su esquema y no se puede ajustar a la interrupción. La
frustración aparece y la ira se levanta contra la persona o la cosa que ha interrumpido
el plan. De esta manera todo un juego de demonios se pone en movimiento. El
conflicto es tanto interior como exterior.
El rechazo con frecuencia está detrás de la
perfección. La persona rechazada lucha por la perfección en un esfuerzo por
ganar respeto y aceptación. En otras ocasiones la perfección es un mecanismo
para compensar la inferioridad.
Falsa carga
El demonio goza al agotar a los santos. El
demonio, al contrario de Dios, echará sobre los hijos de Dios más de lo que
pueden soportar. Jesús declaró que su yugo es fácil y que su carga es ligera.
Una falsa carga es muy pesada de llevar y usualmente es autoimpuesta. Inclusive
una carga piadosa por las almas puede tener origen satánico. Así como Dios
tiene un tiempo y un camino, también tiene un propósito. Cuando el Espíritu
Santo fluye quita todo peso y controla todo. Muchos creyentes necesitan ser
liberados de las falsas cargas, de las falsas responsabilidades, y de las
falsas compasiones que no son de Dios.
Error religioso
El error religioso es una designación muy
amplia que abarca las falsas religiones, las sectas cristianas, las prácticas
del ocultismo y las doctrinas falsas. El compromiso con cualquiera de esas
fuentes de error puede abrir la puerta para los espíritus del mal. La asociación
o el contacto no necesariamente deben ser muy profundos.
Todo cristiano que se haya comprometido con
cualquier clase de error religioso debe renunciar a él. En casi todos los casos
es necesaria una liberación para dejarle libre de las opresiones. Se ha demostrado
que estos demonios de error religioso causan confusión mental, atadura del
alma, opacamiento de la comprensión, miedos, dolores físicos, depresiones,
enfermedades físicas, falso orgullo, falta de enseñabilidad, resistencia a la
verdad bíblica y obstáculos espirituales por ejemplo, para la oración, para la
lectura de la Biblia, para escuchar los sermones y mensajes, para recibir los
dones del Espíritu, para la fe, etc.
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