Devocional Día 4
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
- La oración es darle a Dios el derecho y el permiso legal para interferir en los asuntos terrenales.
- La oración es darle al cielo licencia terrenal para influenciar la tierra.
- La oración es licencia terrenal para la interferencia celestial.
- La oración es ejercer nuestra autoridad legal en la tierra para invocar la influencia del cielo sobre el planeta.
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra (2a Crónicas 7:14).
También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar (Lucas 18:1-2).
Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Efesios 6:17-18).
Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús (1a Tesalonicenses 5:16-19).
Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos (Mateo 16:19-20).
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mateo 18:18-20).
Estos pasajes dan a la humanidad la autoridad y prerrogativa para determinar lo que ocurre en la tierra. De hecho, un cuidadoso estudio bíblico sobre los tratos de Dios con la humanidad y la tierra revela que él no hizo nada en la tierra sin la cooperación de alguna persona.
Toda acción tomada por Dios en el reino terrenal requirió del envolvimiento del ser humano. Para rescatar a la humanidad del Diluvio, Él necesitó a Noé. Para crear a una nación, Él necesitó a Abraham. Para guiar a la nación de Israel, Él necesitó a Moisés. Para sacar a Israel de la cautividad, él necesitó a Daniel. Para derrotar a Jericó, Él necesitó a Josué. Para la preservación de los hebreos, Él necesitó a Ester. Para la salvación de la humanidad, Él necesitaba volverse hombre.
En cierta ocasión John Wesley dijo, "Dios no hace nada si no es en respuesta a una oración".
Por lo tanto, la oración no es una opción para la humanidad sino una necesidad. Si no oramos, el cielo no podrá interferir en los asuntos terrenales. Es de suma importancia que tomemos responsabilidad por la tierra y que determinemos lo que ocurre aquí por medio de nuestra vida de oración.
Le invito a descubrir su poder, autoridad y derechos en la tierra y a colocarse usted mismo para ser un canal de fe para la influencia celestial en los asuntos terrenales. El cielo depende de usted, y, la tierra lo necesita. Sin usted, el cielo no lo hará — y sin el cielo la tierra no lo logrará.
Recuerde la gran petición que Jesús hizo cuando Sus discípulos le preguntaron cómo debería orar el hombre: "Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mateo 6:9-11).
El cielo necesita que usted le otorgue licencia para impactar la tierra. Usted puede hacer la diferencia y cambiar el curso de la historia si tan sólo usted consigue entender el propósito y el poder de la oración. Únase a mí en esta aventura al núcleo de la oración y observe cómo su poder generalísimo explota en una vida dinámica de peticiones con propósito para lograr el impacto celestial en la tierra.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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