Abril 10
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
Y Jehová dijo a Moisés: Hazte
una serpiente ardiente, y ponla sobre
un asta; y cualquiera que fuere
mordido y mirare a ella, vivirá.
Números 21:8
Aquí tenemos una gloriosa figura del
Evangelio. Jesús, contado con los malvados, está suspendido
delante de nosotros. Una sola mirada sobre Él nos sanará de la
mordedura de la serpiente del pecado. La curación será inmediata.
«El que miraba vivía». Fíjese el lector, que llora su pecado, en
estas palabras: «Cualquiera que mirare a ella vivirá». Todo el
que mira comprobará la verdad de esta afirmación. Yo así lo he
experimentado. Miré a Jesús, e inmediatamente tuve vida. Puedo
testificarlo. Lector, si miras a Jesús, también vivirás. Cierto
que te estás hinchando con el veneno y ya has perdido la esperanza;
pero también es cierto que fuera de esta mirada no hay
esperanza de remedio. No se trata de una curación dudosa. «Cualquiera
que fuese mordido y mirase a ella, vivirá».
La serpiente de metal no fue levantada
como un objeto de curiosidad para que la mirasen los sanos;
estaba destinada de un modo especial para los «mordidos». Jesús
murió como verdadero Salvador por los pecadores. Si la mordedura
ha hecho de ti un borracho, un ladrón, o un impuro, la
mirada al Salvador te sanará de todas estas dolencias y te hará
vivir en santidad y comunión con Dios. Mira y vivirás.
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