Abril 17
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
Cuando los caminos del hombre son
agradables a Jehová, aun sus
enemigos hace estar en paz con él.
Proverbios 16:7
He de procurar que mis caminos sean
agradables al Señor. Aun así tendré enemigos, y tal vez más,
porque trato de obrar con rectitud. ¡Oh, y qué promesa es ésta!
Dios sacará alabanza de la ira del hombre y de tal modo la apaciguará
que no me aflija.
Dios puede hacer que el enemigo desista de
hacerme daño, aun cuando intente hacérmelo. Así sucedió con
Labán, el cual persiguiendo a Jacob, no se atrevió a tocarlo. Dios
puede apaciguar el furor del enemigo, y trocar su odio en amistad,
como aconteció cuando Esaú vino fraternalmente a besar a
su hermano, en el momento en que éste temía morir al filo de
su espada junto con toda su familia. Dios puede también convertir
un enemigo encarnizado en un hermano en Cristo y en
colaborador, como lo hizo con Saulo de Tarso. ¡Quiera el Señor
obrar así todas las veces que surge un espíritu perseguidor!
Bienaventurado es el hombre cuyos enemigos
se han trocado para él como los leones para Daniel que en el
foso se tornaron mansos y apacibles. Cuando venga la muerte,
que es «el último enemigo», pido al Señor que encuentre la paz,
y que mi primer cuidado sea agradar al Señor en todas las cosas.
¡Tenga yo fe y santidad porque estas virtudes son agradables al
Altísimo!
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