Abril 23
Cheques del Banco de la Fe - C.H.Spurge
El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. El que
venciere no sufrirá daño de la segunda
muerte.
Apocalipsis 2:11
Debemos pasar por la muerte primera, a no
ser que el Señor venga muy pronto a su templo. Estemos apercibidos
esperándola sin temor, ya que Jesús ha transformado este
valle oscuro en un camino que conduce a la gloria.
Lo que más debemos temer no es la primera
muerte, sino la segunda; no la separación del alma y cuerpo,
sino la separación definitiva del hombre completo de Dios. Esta
es la verdadera muerte, la que mata toda paz, toda alegría y
esperanza. Cuando Dios se marcha, todo desaparece. Una muerte
de tal naturaleza es peor que dejar de existir, porque es una existencia,
pero sin la vida que es la única que le da su razón de ser
y su valor.
Si por la gracia de Dios luchamos hasta el
fin, y vencemos en esta guerra gloriosa, nunca podrá tocarnos la
muerte con su garra fría. No temeremos ni a la muerte, ni al
enfermo, porque tenemos en perspectiva una corona incorruptible.
¡Cuánto nos fortalece este pensamiento en la pelea! La
vida eterna bien vale una vida de lucha. Para vernos libres del
daño de la segunda muerte, vale la pena luchar durante toda la
vida.
¡Señor, danos fe para que salgamos
victoriosos y concédenos la gracia de poder perseverar sanos y
salvos, aun cuando el pecado y Satanás traten de seguir nuestros
pasos!
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