Devocional Día 100
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
Impedimentos para recibir respuesta a la oración
2. TEMOR
Segundo, el temor es un impedimento significativo que debemos vencer ya que a menudo nos detiene de creer que podemos acercarnos a Dios en oración. Primera de Juan 4:18 dice, "en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo [ 'porque el temor involucra castigo', lbla]. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". La idea de "castigo" en este versículo se refiere a nuestro temor de acercarnos a Dios porque pensamos que Él pueda recordar nuestro pecado o falta. Nos impide de tener libertad y confianza al orar. Tememos pedirle a Dios cualquier cosa porque creemos que Él tiene algo en contra nuestra. Este tipo de temor bloqueará su fe, y, por ende, sus oraciones serán ineficaces.
La Biblia dice que "el temor involucra castigo". Este temor le inmoviliza, drena la energía de su cuerpo. Esto le lleva a preocuparse sin sentido. El temor es tener fe en lo que pueda salir mal en vez de tener fe en lo que pueda salir bien. Es creer en lo que el diablo y otras personas le dicen en vez de creer en lo que Dios le dice a usted.
El temor es tener fe en lo que pueda salir mal en vez de tener fe en lo que pueda salir bien.
Cuando usted se presenta ante Dios, no importa cuál fue su pasado, no importa lo que usted hizo ayer e incluso lo que usted hizo esta mañana, cosas que fueron desagradables para Él. Si delante de Dios usted confiesa su pecado, se apropia de la sangre limpiadora de Jesús para purificarse de toda iniquidad (Véase 1ra Juan 1:9), entonces Él le perdonará y usted podrá acercarse a Él como si nunca hubiera pecado. Ningún temor debe tomar lugar en nuestras oraciones.
Veamos nuevamente 1ra Juan 4:18: "El que teme, no ha sido perfeccionado en el amor". Ahora veamos el versículo diecinueve: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero". El versículo diecinueve tiene la solución para nuestro temor, para ese no haber "sido perfeccionado en el amor". Cuando nos damos cuenta que Dios nos amó primero y deseó establecer una relación con nosotros aun cuando no le conocíamos y vivíamos en pecado, es entonces cuando entendemos que podemos acercarnos a Él libremente y pedir perdón. Romanos 5:8 es eco de esta idea: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (el énfasis fue añadido).
Algunos creyentes piensan, "eso está bien para los que vienen a Cristo por primera vez, pero yo he sido cristiano por años. El hecho de que todavía peco me hace sentir un fracasado. ¿Cómo puede Dios perdonarme una y otra vez?" En realidad, ahora que usted es un creyente, usted está en mejor posición. Veamos Romanos 5:9: "Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira".
Tenemos la palabra de Jesús de que continuaremos siendo perdonados. Cuando Jesús le dijo a Pedro que él debía seguir perdonando a la otra persona, no importa cuántas veces esa persona haya pecado contra él (Véase Mateo 18:21-22), Él reflejaba la actitud de Dios con respecto al perdón. Isaías 43:25 dice, "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados". ¡Anímese! Dios quiere que usted viva con la seguridad del perdón y siga adelante con Sus propósitos con toda confianza. "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2da Timoteo 1:7, NVI).
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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