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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

jueves, 27 de octubre de 2011

Devocional Día 101

Devocional Día 101
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración



Impedimentos para recibir respuesta a la oración

3. CULPABILIDAD

La culpa va relacionada al temor de no ser perdonado. Algunas personas viven con un constante sentido de ser condenados por Dios; por consiguiente, ellos siempre se sienten culpables. Sin embargo, Romanos 8:1-2 nos dice: "Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".

Si Dios dice que ha perdonado sus pecados, entonces Él los ha perdonado.

"Ahora pues, ninguna condenación hay" (Romanos 8:1). Es crucial que entendamos la verdad si hemos de acercarnos a Dios en oración. Recuerdo que en una reunión de oración hablé acerca de la libertad de la condenación, libertad que tenemos en Cristo. Después de la reunión, alguien se me acercó y dijo, "esas palabras fueron tan importantes para mí; antes pensaba que porque había hecho tantas cosas terribles en mi vida, Dios no iba a usarme nunca más. Me sentía como si Dios no quería que fuera parte de Su obra". Aun después de que algunas personas han sido perdonadas, puede que ellas asistan a la iglesia, adoren, canten y parezcan estar felices, pero dentro de sí todavía se sienten culpables por las cosas que hicieron en el pasado. Su crecimiento espiritual fue impedido debido a que ellos pensaban que Dios usaría esos pecados contra ellos; de manera que ellos no se acercaban a Él en fe y amor perfectos. Esta persona dijo, "yo pedí perdón, pero necesitaba escuchar a Dios decirme, 'está bien. Has sido perdonado'".

Dios ha perdonado y olvidado su pecado, si es que usted lo ha confesado, se ha arrepentido y ha creído que ha sido cubierto con la sangre de Cristo. Hebreos 8:12 dice: "Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades".

Suponga que usted se encuentra en una reunión de oración o en un servicio de adoración; de repente, usted comienza a recordar cosas que usted hizo mal en el pasado—cosas por las cuales usted ya ha sido perdonado y limpiado, pero que continúan haciéndole sentir culpable. ¿Por qué se siente de esa manera? Algunas veces la culpabilidad viene por la falta de fe. Si usted todavía carga ese pecado en su corazón y mente, entonces usted duda que Dios le haya perdonado. Es por eso que la culpa llega nuevamente a su vida. El diablo usa esa culpa para minar su fe; cuando usted ora, su fe es débil, y, sus oraciones no son contestadas.

La Biblia dice, "[Dios] volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados" (Miqueas 7:19), y "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados" (Isaías 43:25). Dios elige no recordar nuestros pecados una vez que han sido perdonados. Él no permite que éstos entorpezcan nuestra relación con Él. He aquí lo importante de este hecho: Puesto que Él ha elegido olvidarlos, Él tampoco quiere que usted se los recuerde. No traiga a la luz bultos viejos cuando Dios no sabe de lo que usted está hablando. Dios es tan poderoso que si Él le ha dicho que ha olvidado sus pecados, entonces Él los ha olvidado. Si Él ya decidió olvidarlos, entonces no se los recuerde. ¡Qué bendición!

Uno de mis colegas profesores solía decir, "después de que pedimos perdón, Dios coloca un cartel que dice, 'No pescar'". Él echa nuestros pecados al mar del olvido y nosotros no debemos salir a pescar ahí. Quizás nosotros decimos, "pero Señor, ¿te acuerdas lo que hice hace unos años? Eso todavía está en mi mente". Dios dice, "no sé de lo que hablas. Yo ya te perdoné. Eso ya se me olvidó". Gracias a Dios que todo lo del pasado es perdonado y olvidado. Hemos sido limpiados de todo ello.

Si usted siente carga de culpabilidad sobre su pasado, usted puede entrar en la presencia de Dios sin sentirse condenado. No hay condenación para los que estamos en Cristo Jesús porque Dios ya nos perdonó por medio de Cristo. Hebreos 10:14 dice, "porque con una sola ofrenda [Cristo] hizo perfectos para siempre a los santificados'' (el énfasis fue añadido).

Si en la actualidad hay pecado en su vida, cúbralo con la sangre de Jesús. Permita que Él eche su pecado en el mar del olvido para que usted pueda obtener el poder en la oración con Dios. Busque la reconciliación de sus relaciones rotas y restituya el mal que ha cometido, de acuerdo como Dios le guíe. Si usted peca en el futuro, pídale a Dios que le perdone y continúe el proceso de santificación en su vida. Acepte Su perdón y acerqúese a Él una vez más con una fe confiada:

"Este es elpacto que haré con ellos. Después de aquellos días", dice el Señor: "Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré", añade: "Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones". Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos conaguapura (Hebreos 10:16-22).

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

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