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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

sábado, 29 de octubre de 2011

Devocional Día 103

Devocional Día 103
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración



Impedimentos para recibir respuesta a la oración

5. DUDA

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos (Santiago 1:5-8).

Aunque hemos tratado el tema de la duda en otras secciones del libro, ésta es un impedimento mayor en la oración que debemos estudiarlo brevemente aquí. La duda es hacer un gran alboroto ante Dios por algo que usted quiere que Él haga, luego que la oración acaba, usted mismo no cree una palabra de lo que dijo. Es como estar en una reunión de oración y decir, "Dios, creo en Ti", para luego salir de la reunión rezongando, "no estoy seguro de la oración que hicimos". Con eso usted demuestra que no cree porque no espera una respuesta o porque no hace los arreglos necesarios para recibir la respuesta.

Confíe en la generosidad y bondad de Dios, poniendo su fe en el carácter de Dios y Su Palabra.

Por ejemplo, si usted ora para que alguien en su familia sea salvo, anticipadamente usted puede comprar una Biblia para esa persona. Eso es creer. Si usted ora para que alguien sea sanado, usted puede hacer arreglos para llevar a esa persona a comer. Dígale a esa persona, "te invito a cenar fuera". "¿Por qué?" "He orado para que seas sanado; espero que seas sanado. Estoy haciendo los arreglos para ello. Cuando llegue el momento de que Dios manifieste tu sanidad, te llevaré a cenar".

Las Escrituras nos dicen que debemos creer, "pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar" (vv. 5-6, NVI). En vez de dudar, confiemos en la generosidad y bondad de Dios, poniendo nuestra fe en Su carácter y Palabra.


Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

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