Devocional Día 97
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
Barreras para recibir respuesta a la oración
PRINCIPIOS
Los seis obstáculos para la oración contestada son—
1) Aprender de la oración, pero no practicarla: Obtenemos un falso sentido de satisfacción cuando aprendemos de la Biblia y de la oración pero que no vivimos lo que hemos aprendido. No es asunto de cuánto sabemos; nuestro conocimiento no nos ayudará espiritualmente a menos que lo pongamos en práctica. El mejor método es orar.
2) Consentimiento mental en vez de acción: El consentimiento mental asiente con Dios pero no cree en Dios. Una variación del consentimiento mental es el "sentido de conocimiento".
3) Esta actitud dice: "Creeré cuando lo vea"; mientras que la fe es creer antes que veamos la manifestación de nuestras oraciones. Santiago 1:22 nos dice que si pensamos que sólo escuchar la Palabra es suficiente, estamos equivocados. Debemos creer la Palabra y ponerla en práctica.
4) Oír la Palabra, pero no asimilarla: Cuando no asimilamos la Palabra, Satanás se la roba para que no haga impacto en nuestra relación con Dios. Asimilamos la Palabra meditando en ella, dejándola que entre en nuestro espíritu. Cuando esto sucede, el diablo no puede parar la Palabra porque Dios ahora tiene algo que Él puede usar para cumplir Su voluntad en nuestras vidas.
5) Ilusionar en vez de tener fe: Hay dos maneras en que la idea de esperar puede interferir con lo que Dios quiere cumplir por medio de la oración: (1) cuando aplicamos la definición bíblica de esperar (cumplimiento futuro) a las situaciones de fe del día presente; y (2) cuando nuestra esperanza no es la bíblica sino que es realmente sólo ilusiones.
6) Orar pidiendo fe: Cuando ora pidiendo fe, oramos para creer. Ese tipo de oración realmente se basa en la incredulidad, y, por lo tanto, no será contestada. La fe viene y aumenta cuando oímos y creemos la Palabra, y, la ponemos en práctica.
7) Preocupaciones del mundo/Holgazanería: Si somos muy perezosos como para orar, nos arriesgamos a que Dios nos llame "siervo malo y negligente" (Mateo 25:26) con respecto a este propósito crucial para nuestras vidas. Cuando permitimos que las muchas preocupaciones de esta vida nos excluyan nuestra práctica de orar, entonces lo que sabemos de la oración, no dará ningún fruto en nuestras vidas.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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