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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

sábado, 16 de julio de 2011

Devocional Día 19

Devocional Día 19
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


UNA RELACIÓN ROTA CON DIOS SIGNIFICA UNA EFICACIA ROTA EN LA ORACIÓN

Dios le dio a la humanidad una vasta libertad y autoridad sobre la tierra. Aun así estos dones dependían de que el hombre usara su voluntad para cumplir con la voluntad de Dios. Si él usa su voluntad para otra cosa que no sea hacer la voluntad de Dios, la imagen y la semejanza de Dios dentro de él sería desfigurada y los propósitos de Dios para el mundo serían obstruidos—propósitos de bondad, productividad, creatividad, verdad, gozo y amor. La rebelión del primer hombre y la primera mujer, trajeron esta distorsión de la imagen de Dios en el género humano y atacando así los planes de Dios para la tierra. Esto sucedió porque el hombre empleó su voluntad para propósitos propios, mientras que la voluntad de Dios se basa en el amor.

¿Cómo sucedió esta rebelión? Satanás tentó a Adán y Eva para que desobedecieran a Dios y ellos escogieron ir de acuerdo con los propósitos del diablo y no con los de Dios. Al hacerlo así, el género humano pecó y cortó su comunión con Dios. La humanidad ya no convino con Dios para cumplir Sus propósitos para la tierra—dejando el mundo a merced de una autoridad renegada que ya no tenía en mente los mejores intereses de Dios. De hecho, el hombre le entregó el derecho de su autoridad a Satanás, a quien escogió servirle en lugar de Dios. Eso quiere decir que la Caída introdujo un nuevo gobernante en la tierra—uno que se inclinara a la destrucción de la misma y no a su crecimiento en piedad y productividad. Debido a que Satanás usurpó la autoridad del género humano sobre la tierra, el apóstol Pablo se refirió a él como "el dios de este mundo" (2da Cor. 4:4, NVI).

Cuando Adán y Eva rompieron su relación con Dios, la efectividad de su oración también fue rota. La verdadera oración se mantiene por medio de la unidad de corazón y propósito con Dios. Solamente entonces podemos cumplir con las direcciones y planes de Dios. Cuando oramos, nosotros representamos los intereses de Dios en la tierra, y, la representación requiere de relaciones. Por tanto, nuestras dificultades con la oración pueden ser trazadas hasta los orígenes de la Caída y en la resultante naturaleza caída del hombre, por la cual fuimos alejados de Dios. Aun como creyentes redimidos, debemos reconocer y actuar por lo que somos en Cristo y los principios de la oración que Dios ha establecido, si hemos de ser restaurados para Sus propósitos en el área crucial de la oración.

Nuestra oración debe ser una oración con propósito, motivada por el conocimiento de la voluntad de Dios.

Puede que no pensemos en la oración como un área en la cual necesitamos ser "transformados mediante la renovación de [nuestra] mente" (Romanos 12:2, nvi). Sin embargo, siendo que la oración efectiva tiene mucho que ver con que estemos unidos con Dios en una relación de amor, teniendo un corazón y una mente en unión con la voluntad de Dios, obteniendo una mente que discierne en relación con Sus propósitos, y, ejerciendo la fe en Su Palabra, ésta es un área vital en la cual necesitamos ser transformados. La oración no debería dejarse abierta. Nuestra oración debe ser una oración con propósito, motivada por el conocimiento de las direcciones e intenciones de Dios.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

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