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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

viernes, 22 de julio de 2011

Devocional Día 24

Devocional Día 24
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración


EL PLAN DE REDENCIÓN DE DIOS ES CONSISTENTE CON SU CARÁCTER Y SUS PROPÓSITOS

Hemos visto que los propósitos de Dios son eternos y que Él tenía un plan, desde la fundación del mundo, para restaurar el género humano. Note que esta restauración, la cual implica la derrota de Satanás y el pecado, fue cumplida en acuerdo con los principios de Dios. Sus propósitos jamás cambiaron. El plan de Dios no era simplemente venir a quitarle el control de la tierra a Satanás. Él pudo haber hecho eso, pero Él nunca lo iba a hacer. ¿Por qué? Hubiera sido inconsistente con la integridad de Su carácter y Sus propósitos. Si Él hubiera hecho eso, Satanás podría acusarlo de hacer lo que él (Satanás) había hecho—usurpar la autoridad que se le había dado al hombre en la creación.

Dios tiene todo poder y autoridad. No obstante, Él le dio autoridad al género humano sobre la tierra, también le dio libre albedrío, y, Él no invalidaría esos dones—aunque el hombre hubiese pecado, rechazándolo a Él, haciéndose merecedor de ser separado de Él para siempre. Las Escrituras dicen: "Porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). ¡Que respeto extraordinario tiene Dios por la humanidad! Él respetó la autoridad del hombre aun cuando yacía inactiva dentro de su naturaleza caída, "porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios" (Romanos 11:29).

Dios respetó la autoridad del hombre aun cuando yacía inactiva dentro de su naturaleza caída.

Sin embargo ¿Cómo podría Dios capacitar a la humanidad para recobrar una relación con Él y la autoridad sobre la tierra cuando el hombre rechazó estos dones por su propia elección? Necesitamos valorar la magnitud del dilema del hombre. El pecado del hombre tendría que ser enfrentado. El hombre también tendría que querer regresar a Dios y trabajar junto con Él por su propia voluntad. Estos no eran asuntos sencillos. Restaurar al género humano hubiera sido imposible si no fuera por Cristo. Como Jesús mismo dijo: "Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible" (Mateo 19:26). El plan eterno de Dios para la humanidad se hizo posible con la llegada de Cristo. Sólo por medio de Cristo somos restaurados a nuestros propósitos en Dios, y soto por medio de Cristo tenemos el derecho a orar con autoridad.

Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.

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