Devocional Día 29
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
La Redención del Hombre le Permite Tener Dominio
Muchos creyentes no podrían ser descritos como que "[tienen] dominio" en el sentido de hacer una contribución significativa al posterior reinado de Dios sobre la tierra. ¿Qué nos impide hacer esto? A menudo es porque no reconocemos— o aceptamos—el llamamiento y autoridad que hemos recibido de Cristo. No conocemos nuestros derechos basados en el "nuevo pacto":
No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica (2da Corintios 3:5-6).
Creo que nuestro temor de ser orgullosos o presuntuosos, junto con la falta de aceptación de nuestro valor en Cristo nos ha mantenido en esclavitud y nos ha robado de la realidad de Su obra acabada a nuestro favor. ¡Que lentos hemos estado para actuar sobre lo que somos en Cristo! Sin embargo, Él quiere que nosotros usemos lo que Él ha hecho disponible para nosotros por medio de la redención.
Por ejemplo, debido a que la iglesia no ha entendido la verdadera naturaleza de la humildad, por mucho tiempo y persistentemente se nos ha enseñado acerca de nuestra debilidad, nuestra falta de habilidad y nuestra falta de méritos, apenas nos atrevemos a afirmar lo que Dios dice que somos: "somos una nueva creación" (2da Corintios 5:17). Tenemos temor de que si lo hacemos la gente nos mal interpretará y pensará que somos fanáticos. Pero las Escrituras dicen: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pararon; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo proviene de Dios..." (vv. 17-18). Esto no es algo que hayamos inventado. No es una presunción de nuestra parte. Proviene de Dios. Por lo tanto, no debemos tener temor decirlo y vivir en su maravillosa realidad.
El Espíritu ha declarado que esta nueva creación se impone. Ésta incluye todo lo que somos en Cristo. Efesios 1:7, dice: "En [él] tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia".
Por mucho tiempo y persistentemente se nos ha enseñado acerca de nuestra debilidad y nuestra falta de méritos al punto que apenas nos atrevemos a afirmar que "somos una nueva creación".
¿Quiénes somos en Cristo? Somos los redimidos. Además, esto no es sólo una filosofía o una opinión. Esto es una descripción del Padre de lo que somos en Su Hijo. El Segundo Adán remidió a la humanidad. Por consiguiente, no solamente somos una nueva creación, sino que también tenemos una redención que es literal y absoluta.
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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