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Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos; confía plenamente en él, y él actuará en tu favor. Salmo 37:4 BLS

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cualidades de un líder - Tip 9

Tips
Cualidades indispensables de un líder

GENEROSIDAD

TU VELA NO PIERDE NADA CUANDO ALUMBRA A OTROS

Nadie recibe honra por lo que le dan.
La honra es la recompensa para el que da.
—Calvin Coolidge, Presidente estadounidense

Dar es el nivel más alto de vivir.
John C. Maxwell

LA GENEROSIDAD COMIENZA EN EL CORAZÓN

Cuando piensas en personas generosas, ¿quién te viene a la mente?

¿Filántropos millonarios de finales de siglo como Andrew Carnegie, J.P. Morgan, y Andrew Mellon? ¿O donantes contemporáneos como Joan Kroc o Bill Gates? Estas personas han dado millones de dólares. Pero quiero familiarizarte con otro dador. Probablemente no has oído hablar de ella, a pesar que tipifica la clase más profunda de dar, la clase que puede venir solo del corazón.

Su nombre es Elisabeth Elliot. A principios de la década del 50, acompañó a un grupo de misioneros que fue a Ecuador con la esperanza de alcanzar a los indios quichuas. Entre el grupo había un joven llamado Jim, que la había estado cortejando desde 1947. Mientras trabajaban juntos, dedicando sus vidas a servir a los indios ecuatorianos, decidieron darse el uno al otro y se casaron.

Cuando Jim y otros cuatro misioneros se sintieron impulsados a hacer contacto con otro pequeño grupo de indios que vivía en el área llamada el Auca, habían estado juntos por dos años y tenían una hija de diez meses llamada Valerie. El registro más antiguo de algún contacto con ellos se refería al asesinato de un sacerdote en los años 1600. Desde entonces habían atacado a cada extraño que se adentrara en su territorio. Incluso los demás indios ecuatorianos los evitaban debido a su brutalidad. Mientras Jim y los otros se preparaban para hacer contacto, Elisabeth sabía que los cinco hombres estarían poniendo en peligro sus vidas. Pero estaba resuelta. Ella y Jim habían entregado sus vidas a esta misión. Durante varias semanas, uno de los misioneros que era piloto sobrevoló en una pequeña avioneta una villa auca dejando caer provisiones y otros artículos como regalos. También incluían fotografías de ellos mismos para preparar a la gente de la tribu para su primer contacto.

Varias semanas después, Jim y otros cuatro aterrizaron en una pequeña franja de playa en el río Curaray y establecieron el campamento. Allí hicieron contacto con tres aucas, un hombre y dos mujeres, que parecían ser amistosos y receptivos. En los días siguientes, conocieron a varios otros. En sus reportes por radio, decían a sus esposas que parecían estar haciendo un progreso significativo en materia de amistad con la tribu.

Pero unos pocos días después, los misioneros no se reportaron a la hora convenida. Sus esposas esperaron en vano junto al receptor de radio; pero pasaron los minutos, después las horas, y luego un día. Elisabeth y los otros empezaron a temer lo peor.

Un grupo de socorro salió en su busca, pero volvieron con malas noticias. Habían encontrado el cuerpo de un hombre blanco flotando en el río. Luego, uno a uno, fueron descubriendo los demás cuerpos. Habían sido lanceados por los aucas. Los cinco hombres estaban muertos.

Bajo tales circunstancias cualquiera persona en la situación de Elisabeth Elliot se hubiera ido a casa. Una cosa era renunciar a una vida cómoda en los Estados Unidos y otra era renunciar a su esposo. Pero Elisabeth tenía un corazón verdaderamente generoso. A pesar de su terrible pérdida, se quedó para ayudar a los quichuas, con los que estaba viviendo.

Lo que sucedió después fue aun más notable. Otros misioneros continuaron tratando de hacer contacto con una aldea auca. Después de dos años, tuvieron éxito. Inmediatamente, Elisabeth Elliot se dirigió hasta allí. ¿Iba a buscar venganza? No. Iba para trabajar con la gente y servirles. Vivió y trabajó entre los aucas por dos años, y muchos de ellos (incluyendo a dos de los siete hombres que habían dado muerte a su esposo) aceptaron gustosos el mensaje del amor de Dios que ella les llevaba.

AL GRANO

Nada habla más alto o sirve más a los demás que la generosidad de un líder. La verdadera generosidad no es algo ocasional. Viene del corazón y permea cada aspecto de la vida del líder: su tiempo, su dinero, sus talentos y sus posesiones. Los líderes efectivos, el tipo de líder que a la gente le gusta seguir, no recogen cosas solo para sí; las recogen para darlas a los demás. Cultiva la cualidad de la generosidad en tu vida. Aquí dice cómo:


1. Sé agradecido por lo que tienes

Es difícil para una persona ser generosa cuando no está satisfecha con lo que tiene. La generosidad viene de la satisfacción, y la satisfacción no se logra acumulando más bienes. El multimillonario John D. Rockefeller admitió: «He ganado millones, pero eso no me trajo la felicidad». Si no estás contento con poco, nunca estarás contento con mucho. Y si no eres generoso con poco, no vas a cambiar de pronto si llegas a ser millonario.

2. Pon a las personas primero

La calidad de un líder no se la da el número de personas que lo sirven, sino el numero de personas a las que él sirve. La generosidad requiere poner a otros primero. Si tú puedes hacer eso, el dar se convierte en algo más fácil.

3. No permitas que el deseo por las posesiones te controle

De acuerdo con mi amigo Earle Wilson, las personas pueden dividirse en tres grupos: «los que tienen, los que no tienen, y los que no han pagado lo que tienen». Más y más personas se están haciendo esclavos del deseo de adquirir. Richard Foster escribe, «Obtener cosas es una obsesión de nuestra cultura. Si somos dueños, pensamos que podemos controlar; y si podemos controlar, pensamos que esto nos dará más placer. La idea es una ilusión». Si quieres tener control sobre tu corazón no permitas que las posesiones te controlen.

4. Considera el dinero como un recurso

Alguien dijo que cuando se trata de dinero, no se puede ganar. Si tu meta es hacer dinero, entonces eres un materialista. Si lo intentas pero no lo logras, eres un fracasado. Si ganas mucho dinero y lo guardas, eres un miserable. Si tienes mucho dinero y lo gastas, eres un derrochador. Si no te preocupas por tener dinero, no tienes ambiciones. Si haces dinero y todavía lo tienes cuando mueres eres un tonto por tratar de llevártelo contigo.

La unica forma de realmente ganar con el dinero es no darle importancia, y ser generoso con él para lograr cosas de valor. Como E. Stanley Jones dijo, «el dinero es un siervo maravilloso, pero un amo terrible. Si se pone encima de ti y tú quedas debajo, te convertirá en su esclavo».

5. Desarrolla el hábito de dar

En 1889, el industrial millonario Andrew Carnegie escribió un ensayo llamado el «Evangelio de la riqueza». En él dijo que la vida de una persona rica debe tener dos períodos: un tiempo de adquirir riquezas y un tiempo de redistribuirla. La única forma de mantener una actitud de generosidad es hacer propio el hábito de dar: tiempo, atención, dinero y recursos. Richard Foster dice que «el simple acto de gastar el dinero u otro bien, hace algo en nosotros. Destruye el demonio de la avaricia». Si eres un esclavo de la avaricia no puedes ser un líder.

REFLEXIONEMOS

¿Eres un líder generoso? ¿Buscas constantemente formas de añadir valor a los demás? ¿Estás dando dinero para algo más grande que tú mismo? ¿A quién le estás dando tu tiempo? ¿Estás derramando tu vida en otros? ¿Ayudas a los que no te pueden ayudar o darte algo a cambio? El escritor Juan Bunyan afirmó, «No has vivido hasta que no hayas hecho algo por personas que nunca podrían pagarte o retribuirte el favor». Si no has dado en las áreas pequeñas de tu vida, probablemente no seas un líder tan generoso como deberías de ser.

CONVENCIMIENTO

Para mejorar tu generosidad, haz lo siguiente:

• Reparte algo. Determina qué clase de influencia tienen las posesiones sobre ti. Toma algo que realmente valores, piensa en alguien que podría beneficiarse con eso y dáselo. Si lo puedes hacer anónimamente es mejor.

• Pon tu dinero a trabajar. Si conoces a alguien con la visión de hacer algo realmente grande (algo que impacte positivamente la vida de otros), provee recursos para que lo pueda lograr. Pon tu dinero a trabajar por algo que te sobreviva.

• Encuentra a alguien a quien aconsejar. Una vez que hayas alcanzado un cierto nivel en tu liderazgo, lo más valioso que tienes que dar es a ti mismo. Encuentra a alguien en quien derramar tu vida, dale tiempo y recursos para llegar a ser un mejor líder.

PARA EXTRAER DIARIAMENTE

Cuando el popular autor francés Dominique Lapierre viajó a la India para hacer una investigación para un nuevo libro, lo hizo lujosamente en un Rolls-Royce del modelo Silver Shadow que había comprado con un adelanto de su libro. Estando allá obtuvo lo que necesitaba para su The City of Joy [La ciudad de la alegría]. Pero también recibió algo más: una pasión de ayudar a la gente pobre y miserable que encontró allí. Ese descubrimiento cambió su vida para siempre. Ahora divide su tiempo en escribir y recaudar fondos, y dona tiempo y dinero para ayudar a la gente. Su actitud puede resumirse por las palabras del poeta indio Rabindranath Tagore que están impresas en el reverso de su tarjeta de presentación: «Todo lo que no se da, se pierde». ¿Qué estás perdiendo tú?

Fuente: Maxwell, J.C. (2000) Las 21 cualidades indispensables de un líder. Betania. EE.UU.

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