Devocional Día 117
Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración
El poder de la Palabra
LA PALABRA DICE MUCHO ACERCA DE LA ORACIÓN
Otra razón por la cual la Biblia edifica la fe—y, por consiguiente, da poder—es que es el más grande Libro que se haya escrito acerca de cómo Dios contesta las oraciones de fe de Su pueblo. Hebreos 11:2 dice que los "antiguos" fueron elogiados por el hecho de que ellos no vivieron por lo que vieron, sino por lo que Dios les había dicho. Ellos creyeron y actuaron sobre ello y les funcionó.
Los hombres y mujeres de la Biblia no fueron súper santos. Ellos fueron personas como nosotros. Ellos recibieron respuesta a sus oraciones a medida que ponían su fe en Dios, confiando en Su carácter y en Su Palabra. La Biblia deja esto en claro:
Elias era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto (Santiago 5:17-18).
Las Escrituras dicen que "Dios no hace acepción de personas" (Hechos 10:34). Esto significa que Él no nos tratará de diferente manera que trató a los creyentes de tiempos pasados, excepto que ahora tenemos una ventaja adicional—la expiación y las oraciones de Cristo en nuestro favor, como también la intercesión del Espíritu. Es por medio de los poderosos ejemplos de los creyentes de la Biblia que somos instados a tener fe en que Dios puede e intervendrá en nuestro favor. He aquí algunos ejemplos:
• Un siervo (el principal de los siervos de Abraham) y un rey (Salomón) pidieron sabiduría, en ambos casos Dios la otorgó (Véase Génesis 24:1-27; 1ra Reyes 3:4-14).
• Ana le pidió a Dios que la bendijera y que la librara de su aflicción, Dios le otorgó lo que pidió (Véase 1ra Samuel 1:1-20).
• Moisés y Daniel intercedieron por la nación de Israel, Dios escuchó y contestó en Su misericordia (Véase Éxodo 32:1; Daniel 9).
• Nehemías oró por la restauración de Jerusalén (Nehemías 1:1-11) y se le otorgó el favor y la protección para su obra en la reconstrucción de los muros (Véase el libro de Nehemías).
• Tanto Ana como Simeón, después de toda una vida de fiel devoción a Dios, recibieron señales que confirmaron la promesa de Dios por un Redentor (Véase Lucas 2:25-38) (Hechos 1:14; 2:1-4).
• Pablo y Cornelio recibieron conocimiento concerniente al camino de salvación después de haber orado (Véase Hechos 9:1-20, específicamente el versículo 11; Hechos 10).
• Jesús, durante Su bautismo (Lucas 3:21), y los discípulos, en el Día de Pentecostés (Hechos 1:14; 2:1-4) recibieron el Espíritu Santo después de orar.
• Pedro y Juan recibieron revelación y visión mientras oraban (Véase Hechos 10:9-15; 11:1-18; Apocalipsis 1:9-10).
• Pablo y Silas fueron liberados de la prisión después de haber orado y cantado a Dios (Véase Hechos 16:16-34).
Leyendo sobre la vida de estos creyentes, nos damos cuenta que muchos de ellos luchaban con las dudas, se inclinaban a cometer errores y fracasos, y, tuvieron que aprender por experiencia propia. Sin embargo, también vemos la fidelidad y el amor de Dios al enseñarles Sus caminos, salir a su rescate y fortalecerles para cumplir los propósitos que Él tenía en mente para ellos. La Biblia está llena de estas historias sobre el poder de Dios para salvar, sanar y bendecir. Estos relatos son los mensajes de fe de Dios para nosotros, los cuales también nos dicen que Él intervendrá a favor nuestro. Nosotros somos sus hijos amados; hemos sido redimidos por Su Hijo y estamos siendo preparados para gobernar y reinar con Él en la eternidad. "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?" (Romanos 8:32).
Fuente: Munroe, M. (2005) Entendiendo el Propósito y el Poder de la Oración. Whitaker House. EE.UU.
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